A LA EDAD DE OCHENTA Y SEIS AÑOS
HA
MUERTO EN ALEMANIA EL FILOSOFO MARTIN HEIDEGGER
Estaba considerado como la figura más
representativa del pensamiento existencialista
Messkirch. (República Federal de Alemania), 26.
(Efe.) Ha muerto hoy el filósofo alemán Martin Heidegger, en su pueblo natal de
Messkirch, al sur de Alemania federal. Contaba ochenta y seis años de edad.
El modesto profesor, «pequeño y de pelo negro»,
había pedido a sus familiares que no dieran la noticia de su muerte hasta que
su cadáver fuera inhumado, voluntad que no ha sido cumplida al hacer pública
hoy la noticia de su muerte el alcalde de la aldea.
Madrid. (De nuestra Redacción.) Nació Martin
Heidegger el 26 de septiembre de 1889 en Messkirch (Baden). Estudió
sucesivamente Teología católica, Ciencias Naturales e Historia y Filosofía. En
1914 se doctoró con la tesis «La teoría
del juicio en el psicologismo»: en 1923 fue designado profesor de la
Universidad de Marburgo, donde preparó su obra fundamental: «Ser y tiempo», inacabada, pues su primer
volumen fue el único que se publicó —en 1927—, provocando una revolución
filosófica. La Universidad de Friburgo le llamó para suceder a su maestro
Husserl, recientemente jubilado, y en 1933 fue rector de la Universidad de
Friburgo, cargo que dimitió a los pocos meses. En los diez años siguientes sólo
publicó un trabajo sobre Hölderlin y el carácter de la poesía en 1937. En 1942,
«La teoría de Platón sobre la verdad»:
en 1943, «La esencia de la verdad»:
en 1954, «Sobre la verdad»; en 1961,
«Nietzsche»; en 1966, «Kant y el
problema de la Metafísica». Sus obras completas constan de 70 volúmenes.
Se le considera el fundador del
existencialismo, del que luego se distanció. El problema de su adscripción al
nazismo fue cuestión debatida al surgir éste, y posteriormente Herbert Marcuse
la definió como «la caída del monstruo de
su pedestal». Después de la guerra mundial fue suspendido en sus funciones
docentes y, en 1950, rehabilitado.
ENCUESTA
DE URGENCIA
Con motivo de la muerte del filósofo Martin
Heidegger, ABC ha preparado la siguiente encuesta de urgencia entre
significadas personalidades de la vida intelectual española. Las preguntas
planteadas son estas:
1.
¿Qué significa Heidegger para la Filosofía y la
Cultura de Europa?
2.
¿Qué figura del pensamiento español
contemporáneo podría parangonársele?
3.
¿Qué desaparece de Europa con la muerte de
Heidegger?
***
JOSÉ CORTS GRAU: «EL MAESTRO MAS PRESTIGIOSO DE OCCIDENTE»
1. El maestro más prestigioso de Occidente en los
últimos cincuenta años. Metafísico por esencia, presencia y potencia, en él se
concertaban extraordinariamente el rigor mental, la formación filológica y
científica, la profundidad de pensamiento y la sensibilidad literaria y
artística. Todo ello le llevaba a una autentica renovación de los problemas y a
un como renacimiento y depuración de las palabras.
2. En el fondo, creo que Francisco Suárez (el
doctor Corts Grau se refiere aquí al pensamiento español no exclusivamente
contemporáneo). Cuando me acerqué al maestro por vez primera, dictaba él en
cátedra un curso sobre «Los comienzos del pensamiento occidental»; y la única obra en ese de momento,
me recomendó insistentemente fue «Disputaciones metafísicas». Con todo este
parangón ha de tener en cuenta obvias diferencias de muy diversa índole.
3. Propiamente no desaparece. Sabido es que
esquivaba su presencia personal cuando no era imprescindible, y que. en
realidad, era su obra la que mantenía esa presencia. No sé en qué grado de
realización se halla la publicación de sus obras completas, conforme a un plan
rigurosamente estudiado por él. Había que incluir en esa edición muchos
trabajos inéditos y otros revisados. Él tenía un gran interés en que esta
edición, facilitara lo mejor posible al estudioso el seguir fielmente la
trayectoria de su pensamiento.
LUIS DÍEZ DEL CORRAL: «UNA PERDIDA ESPECIALMENTE SENSIBLE PARA LOS ESPAÑOLES»
Con Heidegger desaparece uno de los más grandes
filósofos de nuestro siglo y no es exagerado afirmar que también de la historia
entera de la Filosofía. Es una perdida especialmente sensible para los
españoles, porque nuestro país le prestó una especial acogida. La primera
versión de su gran libro «Sein und Zeit» («Ser y tiempo») a un idioma
extranjero fue hecha al español por Gaos, difícil empresa porque Heidegger inventó un idioma propio para expresar su pensamiento. España estaba
especialmente dispuesta a la recepción del gran filósofo alemán por la índole
de su mentalidad más genuina. El existencialismo de Heidegger tiene un cierto
paralelismo con la filosofía de Unamuno y la de Ortega, quien ha defendido no
sólo el paralelismo, sino una cierta anticipación. Por su parte, Xavier Zubiri estudió
varios años con Heidegger.
«Ser y tiempo» gozaba de un gran predicamento
cuando yo era estudiante de Filosofía en la Universidad de Madrid. Pronto
tendría una gran boga el existencialismo. con sus distintas versiones, algunas
exageradas e incluso absurdas. Hoy se encuentra un tanto olvidado por la crisis
misma de la filosofía y el predominio de corrientes como el positivismo lógico
y el marxismo, que se encuentran en los límites del campo que tradicionalmente
se ha considerado como el propio de la Filosofía.
Heidegger no sólo fue autor de un gran libro
filosófico, sino que exploró con máximo rigor filosófico campos muy distintos,
como los de la poesía, el arte, la sociedad y la Historia. Mucho le debo
personalmente en cuanto traductor y comentarista de Hölderlin, por sus
estupendos ensayos sobre el vate alemán, o cuando abordó temas de filosofía del
arte y de la Historia. Quiero terminar con estas palabras suyas que figuran en
lugar muy destacado de mi libro «El rapto de Europa», y que cada día resultan
más actuales, si es que Europa cuenta algo hoy en el concierto o desconcierto
del mundo en que vivimos: «¿Es ahora cuando adviene de verdad el Occidente, la
tierra del crepúsculo? ¿Será esta tierra del crepúsculo, por encima del
Occidente y del Oriente, y a través de lo europeo, el lugar de la verdadera
historia que está iniciándose? ¿Somos ya nosotros, los que vivimos hoy,
occidentales en un sentido que se revela por nuestro tránsito hacia la noche
del mundo...? ¿O somos de verdad los rezagados, como indica nuestro nombre? ¿O
somos, al mismo tiempo, los precoces del amanecer de una música del mundo
enteramente distinta, que ha dejado atrás las ideas actuales sobre Historia?»
GONZALO FERNÁNDEZ DE LA MORA: «GRAN PROFETA DE LA ANGUSTIA CONTEMPORÁNEA»
1. Como filosofó, Heidegger es el pensador
contemporáneo que ha hecho un análisis más hondo, pesimista y trágico de la
existencia humana. Como estilista lleva la lengua alemana casi hasta el límite
de sus posibilidades en la creación de neologismos abstractos, en lo cual
superó a Hegel. Como crítico literario constituyó un hito en la exégesis
profunda de loa textos, especialmente de los poéticos. Creo que su obra cumbre
es «Ser y tiempo», raíz de todos los existencialismos.
2. En España la única figura que puede
comparársele es la de Zubiri, No por las coincidencias metafísicas que existen
entre ambos sistemas, sino por el parecido en la calidad y en el estilo
filosófico. Zubiri es más preciso, aunque más frío; es menos revolucionario;
pero más verdadero. La antropología de Zubiri no es pesimista, sino incitadora.
Zubiri sólo ha publicado una parte de su obra: cuando esté toda Impresa no creo
que ceda en relieve a la del pensador alemán.
3. Desaparece el gran profeta de la angustia
contemporánea. Desaparece el último gran filósofo germano, con lo que Alemania
pierde el centro metafísico que venía sosteniendo desde los tiempos de Kant.
JESÚS F. FUEYO ÁLVAREZ: «SU MUERTE, LA DESEUROPEIZACION DEL PENSAMIENTO OCCIDENTAL»
1. Heidegger significa todo lo que significa la
crisis metafísica para la cultura de Occidente. A saber: ha sido al mismo
tiempo el crítico más agudo de la mentalidad metafísica de Occidente —y en tal
sentido, el teórico más vigoroso, después de Nietzsche, del nihilismo que
vivimos—, y, casi desesperadamente, ha intentado una especie de resurrección del
talante metafísico de Occidente, a la búsqueda de una nueva inteligencia más
allá del conocer tecnológico. Heidegger es, para decirlo a la manera de
Nietzsche, un último y un primer hombre del pensamiento.
2. En cierta manera, desde los años veinte,
especialmente desde su publicación, en 1928, de «Ser y tiempo», todos hemos
tenido que ser, de una manera apologética o polémica un poco heideggerianos.
Quiero decir que ha sido imposible pensar y, sobre todo analizar, el gran
pensamiento sin un diálogo intelectual e íntimo con Heidegger. En cuanto a las
grandes figuras españolas que pudieran estar a la altura de este diálogo entre
titanes, yo sólo puedo mencionar a tres: Unamuno, Ortega y Zubiri.
3. La muerte de Heidegger significa, en el
pensamiento puro, la deseuropeización de la inteligencia occidental. En tal
sentido, hay una homología entre la cláusula de la gran época europea de
Occidente y la gran época política de Occidente.
PAULINO GARAGORRI: «SU LONGEVIDAD LE HA PERMITIDO ASISTIR A SU PROPIO OLVIDO»
1. Heidegger ha experimentado en vida una
notoriedad que rara vez acompaña a un filósofo que sólo se ocupa de filosofía.
pero también su longevidad le ha permitido asistir a su propio olvido y
sustitución en la actualidad filosófica. Sin embargo, parece probable que su
nombre figure entre la media docena de filósofos más importantes por su influencia
en la vida cultural del siglo XX.
2. Me parece que tres. Zubiri, el más semejante
por ser también un filósofo profesional, aunque la adjetivación es, a mi
juicio, contradictoria. Unamuno, que encarna un existencialismo ibérico. Y
Ortega, cuya obra se magnificará en el futuro.
3. La sociedad contemporánea parece incompatible
con las grandes individualidades en todos los géneros, desde la ciencia a la
política. Muerto Russell, desaparecido ahora Heidegger, sólo queda, superviviéndose,
Sartre, como testimonio de una época filosófica pasada.
ÁNGEL GONZÁLEZ ÁLVAREZ: «SU FIGURA HA CONDICIONADO LA REFLEXIÓN FILOSÓFICA DE NUESTRO SIGLO»
1. Heidegger ha llenado con su obra filosófica la mayor
parte del quehacer cultural de los últimos cincuenta años. Su colosal figura ha
condicionado, positiva o negativamente, la reflexión filosófica de nuestro
siglo. Una rápida mirada a los Congresos Internacionales de Filosofía lo pone
de relieve sin duda alguna. El secreto de ello habrá que buscarlo en el
fundamento humanista de su meditación, que. aunque parte de la filosofía de la
existencia, concluye en una respuesta la pregunta metafísica sobre el ser.
2. Entre los ya desaparecidos habría que conceder la
primacía a hombres de la talla de Ortega y de Ramírez. Ante los españoles de
hoy debe ser citado Xavier Zubiri.
3. Europa acaba de perder uno de los grandes metafísicos
de todos los tiempos. Pero que su lectura y su recuerdo nos ayuden a recuperar
la metafísica que fundamente y consolida toda investigación científica en el
triple orden especulativo práctico y técnico.
ANTONIO HERNÁNDEZ GIL: «DESAPARECE UNA ACTITUD FILOSÓFICA»
1.
Heidegger,
con todo lo que hay en él de carga innovadora en el entendimiento del ser, encarna la tradición cultural europea de una filosofía plena, con fe en sí
misma, hoy en crisis. Temporalizó la metafísica y humanizó la fenómeno logia.
Ha sobrevivido al existencialismo en este doble sentido: el declive del
existencialismo precedió a la muerte de Heidegger y éste no se identificó por
completo con el existencialismo.
2.
Ni
Heidegger es rigurosamente «uno», ni hay en el pensamiento español
contemporáneo una figura que de modo especialmente significativo le equivalga.
Tampoco existen adeptos estrictos. En términos sólo de aproximación, y sin
perjuicio incluso de discrepancia, acude a mi memoria el nombre de Ferrater
Mora.
3.
Con
Heidegger desaparece, sobre todo, una actitud filosófica —acaso más rebelde que
comprometida— con vigor para mantener una tensión de rivalidad frente a las
Ciencias, acaparadoras del conocimiento.
ANTONIO MILLÁN PUELLES: «UNA DE LAS MENTES DE MAS AMBICIOSA UNIVERSALIDAD»
1. El pensamiento de Heidegger constituye una de
las más originales aportaciones de este siglo al replanteamiento de los
problemas capitales de la filosofía. Heidegger es, ante todo, un metafísico, en
el estricto sentido de esta palabra, pero tal vez su originalidad se cifra en
haber explorado las raíces humanas de la metafísica, valiéndose para ello del
análisis de los estados de ánimo más significativos del peculiar ser del
hombre.
La herencia del
romanticismo está presente en la filosofía heideggeriana, no sólo en el estilo
y la actitud, sino también en el sentido y la inspiración de las respuestas a
los problemas metafísicos fundamentales. Con todo. las ideas más clásicas de la
filosofía occidental han encontrado en este pensador un instrumento expresivo
de excepcional vitalidad y hondura.
2. Creo que cualquiera de los filósofos españoles
contemporáneos, que suelen ser presentados como afines a Heidegger. tienen con
éste tantas o más discrepancias que coincidencias.
3. Con la muerte de Heidegger desaparece para el
mundo entero, y no sólo para Europa, una de las mentes más inquietas y de más
ambiciosa universalidad en todo el pensamiento de Occidente.
ENRIQUE TIERNO GALVÁN: «EL ÚLTIMO GRAN METAFÍSICO EUROPEO»
1. Heidegger es uno de los últimos, quizá el
último gran metafísico europeo. No me parece ninguna exageración decir que
después de la gran obra metafísica de Heidegger se abre un vacío que es
perceptible en este orden especulativo. Enseñó a los europeos, fundamentalmente,
a preguntar sobre cualquier cuestión hasta llegar a sus fundamentos. Tanto el
Heidegger existencialista como el que buscaba una nueva construcción
arquitectónica de la realidad, como el solitario casi místico, ha sido para muchos
intelectuales europeos el antídoto de la trivialidad.
2. Es un lugar común establecer un paralelismo
contradictorio entre Ortega y Heidegger. Realmente iban por caminos muy
distintos y el parangón es un poco forzado, aunque los españoles, naturalmente, tendamos a establecer.
A mi juicio, el metafísico
que estuvo más próximo a Heidegger, sobre todo en la primera época, fue
Bergson; pero como la pregunta se concreta a España, pese a las diferencias
fundamentales, el único de nuestros filósofos parangonable fue don José Ortega
y Gasset.
3. Creo que en parte la pregunta ya está respondida
en cuanto he dicho que fue el antídoto de la trivialidad, pero con él
desaparece una larga etapa cultural en la que el pensamiento alemán, sobre todo
en las ciencias del espíritu, orientaba y regía el pensamiento europeo, no sólo
por los muchos epígonos de la filosofía alemana, sino también porque la
metafísica alemana estaba entroncada directamente con la gran teología medieval
y con los pensadores griegos.
Desaparece,
por consiguiente, una perspectiva global para interpretar la realidad, que se
ha sustituido por el empirismo anglosajón sin que hasta ahora se vea amanecer
la síntesis. En el orden del método y la gimnástica intelectual, los europeos
nos estamos resintiendo de la desaparición de lo que en términos generales
Heidegger significaba.
XAVIER ZUBIRI: «UN GRAN MAESTRO Y UN GRAN FILÓSOFO»
El autor de «Sobre la esencia», fiel a una norma que se ha impuesto desde hace
largo tiempo, ha declinado amablemente contestar a nuestra encuesta en torno al
filósofo alemán.
«Contestar
a esas preguntas —dijo al redactor que mantuvo con él una fugaz
conversación telefónica— interrumpiría el
trabajo a que ahora me dedico; esto me prendería en la cabeza. Compréndalo. Más
de una vez me he prometido romper el silencio, pero no creo que sea este el
momento.»
En cuanto a la figura del ilustre pensador
desaparecido, don Xavier Zubiri se limitó a decir: «Era un gran maestro y un gran filósofo.»
EL
FILOSOFO DEL SIGLO
Heidegger ha sido durante cincuenta largos años
el filósofo del siglo. Su filosofía arrancaba en forma inmediata de la
fenomenología de Husserl, de los neokantianos, de Brentano. Pero su filosofía
venía de más lejos. Venía de una reivindicación de gran alcance y profundidad
de la filosofía griega, más concretamente, de las presocráticos. Heidegger se
daba cuenta de que nuestra época era una época de superación, incluso de muerte
de la metafísica. Por ello ha intentado más de una vez relacionaría con la
época auroral del pensamiento occidental. Con la filosofía presocrática.
Consideraba que nos encontrábamos en una edad superadora de la metafísica y que
era necesario, por lo tanto, reanudar nuestro diálogo, un diálogo provocativo
decía él, con una época en que el pensamiento occidental no era todavía
metafísica. De aquella época Heidegger recoge, en la última etapa de su obra,
lo más original, lo más actual y lo más fecundo acaso de su intensa obra de
filósofo. Esta obra se inició con su tesis doctoral sobre Scoto, antes de la
primera guerra mundial. Tuvo una etapa de enorme importancia con la aparición
en 1927 de su obra fundamental, «Ser y
tiempo», continuó en la época de los años veinte y treinta con obras
fundamentales como «Kant y el problema de
la metafísica», «Que es metafísica»,
«De la esencia del fundamento», para
continuar luego con una serie de trabajos en que planteaba los problemas
sociales de nuestro tiempo —concretamente, el tema del nihilismo y su invadente
fuerza planetaria— y se prolongaba en las últimas tres décadas con ensayos de
enorme, penetración sobre el mundo de la poesía, del arte, de la técnica, de la
ciencia, y con una serie de retornas a los problemas de una ontología
fundamental que significan en el esfuerzo filosófico del siglo una de las
máximas excreciones del pensamiento.
Su último mensaje fue el mensaje de la serenidad.
Un texto incomparable suyo, titulado concretamente así, «Serenidad», nos ofrece la mejor definición del drama, de los
anhelos, de las perspectivas del tiempo presente. Define nuestra época como
época inclinada al cálculo y poco propensa a la meditación. Invoca la necesidad
del hombre de recobrar sus propias raíces, las raíces de su tierra, de su
morada, de su patria, de superar la mentalidad del cálculo y volver a la
reflexión serena, a la meditación. Reflexión, meditación, serenidad, éste es el
mensaje del gran maestro de la filosofía europea, que se nos va ahora en la
plenitud de sus años. Estoy seguro que se nos ha ido calmo, sereno, con su
fuerte planta campesina, buscando el último sendero en el bosque, unos de
aquellos senderos serenos, firmes, que él ha sabido Indicar a todos las que en
su propio tiempo han hecho del pensamiento una tarea noble y humana.—Jorge USCATESCU
ABC, 27 de mayo de 1976, pp. 98-100
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