lunes, 3 de febrero de 2025

"El ateísmo tiene sus catedrales" de José Jiménez Lozano (El Norte de Castilla, 15 de julio de 1962)


EL ATEÍSMO TIENE SUS CATEDRALES

JACQUES Maritain, uno de los cristianos que de manera más profunda se ha planteado el problema del ateísmo moderno, distingue entre 1) un «ateísmo negativo» que es «un proceso meramente negativo o destructor de rechazo de la idea de Dios que queda reemplazada sólo por el vacío», y 2) «ateísmo positivo» o «antiteísmo», que consiste en «una lucha activa contra todo cuanto pueda recordamos a Dios, y, al mismo tiempo, un desesperado, diría yo heroico esfuerzo, para volver a fundir y a reconstruir todo el universo humano de pensamiento y la escala humana de valores, de acuerdo con ese estado de guerra contra Dios».

Y esta clase de ateísmo positivo o antiteísmo es la que profesó el comunismo desde el primer momento y en la raíz de su pensamiento, aunque el partido comunista no se reveló de una manera absolutamente hostil a la religión hasta el VIII Congreso, que tuvo lugar el 1919. Allí se decidió que todo comunista debía ser ateo positivo, pero, naturalmente, estas cosas no pueden hacerse así por decreto-ley, y ahora, después del XXII Congreso del partido, cuando el señor Kruschev ha dicho que Rusia será un país absolutamente comunista dentro de 25 años, los dirigentes del partido se encuentran con que les queda todo por hacer, en el sentido de conseguir desterrar el sentido religioso del pueblo ruso. De modo que quizás arrecie la tarea de descristianización y de la formación atea del pueblo, como piden esos dirigentes.

Las organizaciones encargadas de esa formación atea son las Organizaciones del Partido, del Konsomol, de los Sindicatos, de la Asociación para la difusión de los conocimientos políticos y científicos y las casas y clubs de ateísmo y sus museos.

Las casas de ateísmo son una institución relativamente reciente y algo así como una réplica a las iglesias cristianas. Esas casas se encuentran situadas precisamente en los lugares en que la fe es más viva, en toda Ucrania, por ejemplo. La casa del ateísmo de Odessa, modelo en su género, comenzó su actividad el 30 de septiembre de 1957 y su Comité directivo está formado por un presidente, dos vicepresidentes y 24 miembros escogidos entre los profesionales de la Química, la Física, la Biología, la Medicina, la Filosofía y la Historia, y puedan repartidos en siete secciones con función variada cada una de ellas:

a) Sección de Propaganda, por medio de conferencias.

b) Sección de Astronomía, que utiliza los conocimientos astronómicos y éxitos espaciales como un argumento contra la religión.

c) Sección de Historia, que estudia particularmente la historia de las religiones, orientada a «demostrar» el carácter reaccionario de éstas.

d) Sección de discusiones ateas, que prepara veladas en las que son invitadas a hablar personas que han roto con su religión.

e) Sección artística y literaria, que utiliza con fines de propaganda atea todos los medios de orden artístico.

f) Sección de «milagros sin milagro», que organiza veladas, de «física milagrosa» que pudiéramos decir, en las que se explicó cómo la ciencia domina perfectamente la naturaleza y conoce sus misterios y leyes, y se enseñan los trucos de cómo se pueden encender cirios por sí mismos, cómo se pueden hacer salir llamas de la tierra, cómo se puede convertir el agua en vino, cómo se hace desaparecer un cruz, etc., concluyéndose al fin que no existen los milagros.

g) Sección de organización, encargada de aportar las colaboraciones y hacer la publicidad.

Durante las sesiones de estudio de esta casa del ateísmo se proyectan también películas y los temas tratados en las conferencias son, por ejemplo: La verdad de la religión, El cielo sin Dios, El trabajo y la religión, La moral comunista y la moral religiosa, La ciencia y la religión, etc., y se anuncian con slogans como éste: «Será desvelada la verdad sobre la creación del mundo, se enseñará si el hombre puede o no vivir sin Dios, si Cristo ha vivido realmente y por qué existen aún prejuicios religiosos». Las reuniones son muy concurridas, lo que indica bien que interesan los temas.

Muchas de estas reuniones están orientadas especialmente para católicos, ortodoxos, judíos, musulmanes o protestantes, y se editan libros en este sentido. Por otra parte, y como complemento de las enseñanzas de ateísmo, los asistentes, al igual que todo ciudadano soviético, son invitados a visitar el «Museo de la Historia de la Religión y del Ateísmo», de Leningrado.

Dicho Museo edita trabajos de investigación sobre cuestiones religiosas, posee una magnífica biblioteca de estas cuestiones de más de 200.000 volúmenes, entre los cuales se encuentran varios manuscritos de los siglos XV y XVI, y reúne también cerca de 300.000 objetos de culto, pertenecientes a diversas religiones, entre los cuales hoy una maravillosa colección de iconos. Ocupa el lugar de la antigua Catedral de la Virgen de Kazán y está dividido en varias secciones que a su vez ocupan uno o varios «stands». Por ejemplo, ciencia y religión, siete «stands»; la religión y el ateísmo en la Grecia antigua, once «stands»; los orígenes del cristianismo, 19 «stands»; Historia de la ortodoxia y del ateísmo rusos, 57 «stands»; Historia del Papado y de la Inquisición, 90 «stands» con 3.000 cuadros, esculturas, grabados, mapas, documentos y una colección de instrumentos de tortura de los Tribunales inquisitoriales, etc. En 1960 lo visitaron 500.904 personas curiosas, ateas o creyentes, y el número de visitas de los domingos no baja de 4.000.

Existe además otro organismo de propaganda y enseñanza atea, la Academia Pan-Unionista de Moscú, que publica revistas como «Naouka i religia» (Ciencia y religión), y montones de libros sobre el mismo tema. La radio, la televisión y el cine completan luego esta guerra contra los «prejuicios religiosos».

Pero los Seminarios ortodoxos se nutren todos los días de jóvenes obreros o universitarios educados en el ateísmo, los jóvenes esposos hacen bendecir su matrimonio y bautizar sus hijos. Se reza en el hogar y se hacen preguntas indiscretas a los conferenciantes de ateísmo, que no parecen ser muy buenos teólogos. Los hombres y las mujeres sencillos, que visitan el Museo de Leningrado y ven allí tantos maravillosos iconos, sienten el deseo de apretarlos, contra su pecho y rezarlos. La ciencia y la historia no demuestran nada contra Dios y contra Cristo a los ojos de los intelectuales. Los mismos militantes del Partido son, con frecuencia, menos ateos de lo que quisieran sus jefes.

De vez en cuando hay una apostasía que la propaganda airea, pero hay mil conversiones ocultas que la propaganda ignora. Una obrerita encargada de un Konsomol, y formada en el marxismo más riguroso se enamora de un estudiante de Teología y quiere conocer a ese Hombre intrigante del que él la habla: Cristo.

Como un rio subterráneo, la gracia de Dios corre potente y generosa en el país del antiteísmo oficial, la cruz reposa sobre muchos corazones. Un día el comunismo tendrá que plantearse el problema, reconocerse vencido en este aspecto: no poder echar a Dios de la mismísima Catedral atea de Leningrado.

JOSE JIMENEZ LOZANO, en "El Caballo de Troya" de El Norte de Castilla, 15 de julio de 1962, p. 7.


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