Cuando una nación tiene un cáncer
El octubre de los argelinos en Francia
I) Los hechos
Octubre.
1961: De veinte a treinta mil argelinos se manifiestan en París el 17 de octubre:
cuatro o cinco mil el día 18, y algunos millares más de mujeres y niños, el 20.
Gritan que se libere a Ben Bella o «Viva Argelia argelina».
Las
cifras oficiales hablan de tres muertos (uno de ellos europeo) el primer día y
de dos el segundo. Se efectúan 14.094 detenciones.
II) Las causas
Las
causas directas y próximas de las manifestaciones son las medidas tomadas por
la Policía el 6 de octubre y que aconsejan a los argelinos que no aparezcan en
las calles entre las ocho y media de la tarde, y las cinco y media de la mañana
del día siguiente, mientras los cafés a los que ellos suelen acudir deben cerrar
sus puertas a las siete de la tarde.
La
razón de estas medidas, según la Policía, es doble: 1) Proteger a los agentes
de los atentados nocturnos; 2) Proteger a los mismos argelinos honestos de los
atentados de los miembros del F.L.N.
En
la realidad: es una medida discriminatoria contra los argelinos, que les impide
acudir a sus trabajos nocturnos, abrir sus tiendas o divertirse buenamente.
Un
testimonio: «Yo empleo a lo largo del año a seis obreros argelinos. Desde
hace un mes, todos ellos han sido sucesivamente arrestados y puestos luego en
libertad a los tres o cuatro días. Ayer mismo se detuvo a uno de esos obreros
míos, que lo ha sido durante cuatro años, mientras en un bar se tomaba un café
tranquilamente con su mujer. Su hoja de servicios en el Ejército, pensaba él,
que le ponía al abrigo de toda detención. El dueño del bar me dijo luego que
había enseñado a Policía sus recibos de jornal, su cartilla militar, su
certificado de domicilio. Pero, por lo pronto, se le montó en los coches de la
Policía. Le volveré a ver, sin duda como a los otros, dentro de unos días con la
cara hinchada y señales de golpes en el cuerpo. Siento una horrible vergüenza».
Las
causas últimas y profundas de estos servicios policiales y de las
manifestaciones son una sola y vieja causa: el acceso de la guerra de Argelia,
que ha comenzado a reventar ahora todo el pus acumulado durante siete años.
III) Más hechos
Descubrimiento
de cuerpos de argelinos arrojados al Sena o colgados en el bosque de Vincennes o
Meudon, con anterioridad y posterioridad de las manifestaciones.
Una
redada en el Metro: Entre la muchedumbre es interrogado un argelino. Mientras
que saca su documentación, un agente rompe su bastón sobre la cabeza del infeliz;
la sangré corre. La muchedumbre murmura, pero “pasa de largo”.
IV) Las consecuencias
Las
consecuencias de las manifestaciones han sido las violencias ejercidas sobre
los argelinos. Violencias en caliente y violencias en frío.
Violencias
en caliente; que serán, si no justificables, al menos explicables en unos
hombres, como los policías, cuyo cuerpo ha perdido varias decenas de sus
miembros asesinados por los terroristas del F.L.N. Pero la brutalidad de la
represión y su amplitud no son ni siquiera explicables.
Un
testigo: En “Démocratie 61” escribe Pierre Berger: «Nuestras ventanas
dan sobre la calle de Lille y el bulevar Saint-Germain. Ante nuestras ventanas,
un pelotón de C.R.S. y un grupo de agentes, metralleta en mano, barrieron la
calle de Lille. En el otro sentido, una cincuentena de musulmanes avanzó hacia
el bulevar Saint-Germain. Estos hombres marchaban tranquilamente. Estos hombres
manifestaban en voz casi baja las palabras que significaban su razón de haberse
lanzado a la calle. De repente, los C.R.S. dispararon. La carga fue muy breve, las
fuerzas del orden pusieron a la pared a los manifestantes Después los golpearon
con los puños, a patadas y con la porra. Uno de ellos tiró».
Violencias
en frío: Heridos abandonados, falta de alimentos, y de la higiene más elemental
entre los que concentraron; frío. 7.000 argelinos concentrados en el Campo de
los Deportes no pueden dormir durante varios días. No se llamó en ningún caso a
la Cruz Roja. Nazismo, en fin, resucitado.
V) Las reacciones
En
el Parlamento. — Ante todo esto, Claude Petit, diputado de la circunscripción
del Loira, ha dicho en la Asamblea: «Estamos viviendo lo que no comprendimos
que los alemanes vivieron después de la llegada de Hitler al Poder.» Testimonia
otros casos y dirigiéndose al ministro del Interior [Roger Frey] dice: «la
bestia horrible del racismo está suelta. Cierre rápidamente la trampa, señor
ministro».
La
prensa. — “La Croix”, católico: “En la sola ciudad de Saint-Denis se han
contado 170 desapariciones desde el 1º. de octubre”. “El número de
cadáveres de argelinos sacados del Sena desde el 1º de octubre sobrepasa con
mucho las cifras oficiales”. “Un manifestante, llegó a casa con tres
golpes en la cabeza. A la mañana siguiente quiso reanudar el trabajo. A
mediodía tuvo que volver a casa orinando sangre”.
“Le
Populaire” socialista: “Los rostros del odio y del racismo, que muchos no
querían ver disfrazados como estaban en su bienestar y su civilización,
aparecen bajo la luz brutal de disturbios en la Calle”.
“Le
Figaro”, centro derecha: “gran número de víctimas han sido golpeadas después
de su detención en el curso de escenas de violencia en frío. Miles de hombres están
alojados desde hace días en locales inadaptados para tal objeto. ¿Se han tomado
todas las medidas de urgencia indispensables para que sea respetado el mínimo
de dignidad humana y de humanidad?”
Los
Sindicatos. — Protestas y testimonios. Amenaza de huelga si la represión
continúa.
Los
Intelectuales — Protestas. Se les prohíben reuniones. Los estudiantes, en su
gran mayoría, se manifiestan por la solidaridad con los argelinos y recogen ayuda.
El
poder.—El señor [Maurice] Papon, en la Alcaldía: “La Policía no puede tener
en cuenta los argumentos de los que no reaccionan nunca cuando son asesinados
los agentes y se liberan ahora del miedo que pasaron el 17 de octubre”.
El
señor [Roger] Frey, en la Asamblea: “No tengo ni el comienzo de una sombra
de prueba”.
Sin
embargo, se han nombrado siete jueces de instrucción para abrir encuestas y el
fiscal general ha recibido numerosas querellas contra la Policía.
La
Iglesia.—En vísperas de las manifestaciones, los cardenales condenaron de mañera
absoluta el ritma de odio y violencia y todas mis manifestaciones. Al día
siguiente de la manifestación tuvo lugar una nueva llamada del cardenal [Maurice]
Feltin para que los cristianos se hiciesen los defensores de la dignidad
humana.
En
el distrito XIII de París, un sermón como un grito de solidaridad con los
argelinos y la petición de actuar en su favor, porque “hay momentos en que
la oración y la compasión no son suficientes”.
En
San Pedro de Neuilly petición a los cristianos para que ayuden a las familias
de los argelinos.
La
Federación Protestante de Francia: protesta.
Unión
de Sociedades Judías y gran rabino de Francia: “Nosotros, las victimas
clásicas del racismo, expresamos nuestra solidaridad a las víctimas”.
Los
parlamentarios cristianos y musulmanes: protesta airada.
Vergüenza
e indignación en todos los ciudadanos franceses y en todos los hombres del
mundo.
Cuando una nación tiene un cáncer
Francia
está dividida entre los territorios de la O.A.S. y sus partidarios, y los partidarios
de la Independencia de Argelia. Los franceses tienen sus por quejas legitimas
contra los terroristas del F.L.N., y los argelinos que trabajan en Francia se
sienten humillados por los franceses. Violencia de un lado y del otro. Si
Francia duda en ceder a Argelia a los argelinos por más tiempo, el tiempo de la
comprensión habrá ya pasado. Argelia será independiente a pesar de los
franceses y contra éstos, y a causa de la ceguera de éstos será antifrancesa y
fatalmente antioccidental.
Argelia
es el cáncer de Francia, un cáncer de racismo y de odio. Si no se “saja”
mañana mismo, quitas intoxique la paz del mundo entero. Y destruya totalmente el
sentido ético de toda una civilización, de toda una época.
JOSE
J. LOZANO, "El Caballo de Troya" de El Norte de Castilla, 3 de
diciembre de 1961, p. 7.
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