domingo, 26 de septiembre de 2010

Hannah Arendt sobre la natalidad

"lo nuevo siempre se da en oposición a las abrumadoras desigualdades de las leyes estadísticas y de su probabilidad, que para todos los fines prácticos y cotidianos son certeza; por lo tanto, lo nuevo siempre aparece en forma de milagro. El hecho de que el hombre sea capaz de acción significa que cabe esperar de él lo inesperado, que es capaz de realizar lo que es infinitamente improbable. Y una vez mas esto es posible debido sólo a que cada hombre es único, de tal manera que con cada nacimiento algo singularmente nuevo entra en el mundo."

La condición humana. Hannah Arendt

sábado, 25 de septiembre de 2010

Volver a ponerse en camino



Ya hace ya muchos meses que no escribo. Y quizá ya sea hora de volver a empezar. Aunque esta vez sea rompiendo –algo- lo que era una de las normas del blog: “evitar comentarios y emociones”.

Por eso voy a abrir un nuevo blog en el que trataré sobre una aventura que me llevó a salir en agosto de mi casa en Madrid y recorrer a pie durante 25 días más de 660 kilómetros en dirección a Santiago de Compostela.

Espero que os interese.

PD: Quizá –mientras tanto- escriba algo en Los papeles de Don Cógito.

lunes, 15 de febrero de 2010

Apuntes polacos

Reflexionando sobre los cambios fronterizos que se produjeron en Polonia después de 1945, puede decirse, como regla general, que un cambio importante en la población o territorio de un país conlleva su desaparición (por mucho que conserve su nombre) y la aparición de otro. El nuevo país puede conservar su nombre o -más o menos- su carácter previo, pero es diferente.
Hay personas en las que tales cambios, se producen de una manera -digamos- íntima. Por ejemplo, a lo largo de sus vidas, puede darse que la nacionalidad y el estado de quienes nazcan en las localidades en los que nacieron sus padres varíe.
Quizá sea preferible que la existencia de los estados (estados que garanticen en algo la vida de sus ciudadanos, claro) duren más que la vida de los individuos que la componen.

jueves, 4 de febrero de 2010

Primera impresión de Varsovia


Varsovia es una ciudad inédita. Parece organizada en “retales”. No hay un centro claro y las partes de las que se compone parecen cosidas las unas a las otras de mala manera. Existe una reconstruida ciudad vieja. Existe el barrio de Praga al otro lado del río. Existe Urzynów repleto de bloques de pisos de estilo soviético. Existe el barrio de Belbedere repleto de edificios oficiales, embajadas y parques. Existe el palacio de la Cultura y la estación central... Y atravesándolo todo, amplias avenidas y enormes autopistas compartimentado la ciudad, troceándola de manera extraña. De cuando en cuando, aparecen monumentos que recuerdan el heroico y horripilante pasado de la ciudad: monumentos a los héroes del gueto, al levantamiento de Varsovia, el Pamiak..
A diferencia de una ciudad como Madrid, no es posible trazar una línea que atraviese las sucesivas etapas del crecimiento de la ciudad. Cuesta imaginar que los edificios que componen la “ciudad vieja” tengan los mismos años que los bloques soviéticos del extraradio o que las iglesias que pueblan el “casco antiguo”, no hayan sido construidas durante el barroco.
Aún así la ciudad tiene cierto orden si es vista desde las lineas de tranvías y autobuses que parece que la sirven como de esqueleto.