miércoles, 16 de abril de 2008

Descartes y los miserables

Estando en el mar, en un barquito que había alquilado para él solo a fin de trasladarse de Embden a West-Frise, Descartes se encontró con la necesidad de tratar "con unos marineros que eran de lo más bárbaro y rustico ... No tardó mucho tiempo en percatarse de su maldad, pero -después de todo- eran los amos del barco ... Ellos observaban en él que tenía un carácter muy tranquilo, muy paciente, y por la dulzura de su rostro y la honradez que manifestaba para con ellos, lo juzgaban como hombre sin experiencia, y decidieron que "les tendría mejor cuenta" arrebatarle la vida. No tuvieron ningún inconveniente en celebrar consejo ... en su presencia, pues no creían que supiese otra lengua que la que hablaba con su criado; deliberaban sobre la conveniencia de matarlo a golpes o de tirarle al mar y aprovecharse de sus despojos.

"El Sr. Descartes, viendo que la cosa iba muy en serio, cambió de actitud, se levantó de repente, sacó su espada con una fiereza imprevista, les habló en su lengua con un tono que les sobrecogió, amenazándoles con atravesarlos a todos si se atrevían a ultrajarle ... La intrepidez de que dio pruebas en esta ocasión tuvo un efecto maravilloso en el espíritu de aquellos miserables ..
l.

1 Vie de Monsieur Descartes, por Adrian BAILLET, éd. de la Table Ronde, París, 1946, págs. 47-48.

Casi como un signo del Altísimo, he encontrado -al fin- en esta anécdota cartesiana (tomada del libro de Jacques Maritain, Filosofía Moral), el texto que dé el tono adecuado a las dificultades que -como me comentó el feacio Borja- sufren, en estos momentos, muchos profesores de filosofía de educación secundaria. Esto no es algo que venga de nuevo (ya en la universidad había, de tanto en cuando, manifestaciones de los estudiantes de filosofía a favor de una mejora del papel de su disciplina en los colegios e institutos), pero en los últimos años se ha radicalizado con la ocurrencia de reducir las horas lectivas de filosofía, a favor de Educación para la Ciudadanía; esto es, que estos profesores cedan parte de su tiempo -y den las clases- a la asignatura de "nuevo cuño".
Quienes quieran saber un poco más de este asunto, les aconsejo que entren en estos dos enlaces (aquí y aquí). Quizá después de leerlos, se planteen -como el Sr. Descartes- defenderse, negarse a ser ultrajados por unos miserables...

27 comentarios:

Borja Lucena Góngora dijo...

¡Chapeau, Rick! El texto da en el blanco de muchas, demasiadas cosas. Ya escribí un post en "Feacios" en el que hablaba de la colaboración de los mismos filósofos en la devaluación del papel de la filosofía en la educación.
( (http://feacios.blogspot.com/2008/02/defensa-de-la-filosofa.html Para no extenderme demasiado, la mayor responsabilidad que los filósofos han compartido en esto es aceptarla componenda y el mercadeo de horas y asignaturas, ejerciendo más de simples trabajadores que de profesores y filósofos que no aceptan dedicarse a cualquier cosa, sino que exigen impartir docencia de la materia que les es propia. En este sentido, muchos profesores de filosofía se han movido impulsados por meros intereses de casta, motivados sólo por la defensa de condiciones gremiales más que por un genunino interés en la filosofía y una convicción razonable sobre su necesidad en un sistema educativo que valga la pena. Muchos filósofos participaron entusiastamente en la ominosa LOGSE, y muchos aceptaron un "trasvase" (no sólo se mercadea y estafa con agua) repetido de horas que significó cambiar asignaturas específicamente filosóficas por asignaturas "morralla" carentes de contenido o, lisamente, concebidas como guardería en donde entretener a los niños (por ejemplo, cuando se asumieron las horas de las alternativas a la religión). Ahora estamos en lo mismo: muchos se conforman con que los departamentos de filosofía no pierdan horas -como así es- aunque sea al precio de sustituir las asignaturas de filosofía y ética por una dudosa e interesada "Educación para la Ciudadanía". Aparte de cuestiones de adoctrinamiento ideológico (también me referí a ello brevemente en "Feacios": http://feacios.blogspot.com/2007/06/educacin-para-la-ciudadana.html
la cuestión es también de índole profesional: el filósofo se convierte en el basurero de los institutos, aquel que acepta impartir cualquier cosa que, por indefinición o carácter difuso, no pertenezca propiamente a una disciplina concreta. Los departamentos de filosofía, así, por cobardía y carencia de consideración hacia la filosofía, se convierten en vertederos de deshechos del conocimiento. Mientras, muchos callan y se conforman con que el estado asigne horas de docencia, sea éstas de lo que sean. Un abrazo y gracias por el artículo.

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

Acabo de tener una revelación... Algo tiene que ver con la verdadera naturaleza de la filosofía, aunque tal vez no guste; pero al carajo con el gusto cuando lo que está en juego es la dignidad de las personas...
Y es la siguiente, y como bien dices, don Cógito, que tengan los filósofos un buen par de "descartes" bien apretados al culo y que se den de baja del denominado "sistema" educativo español, todos a una, sin dilación, que se queden tan solo los tomistas, que sean, si es cierto, filósofos, y se liberen de las ataduras gubernamentales de turno... El que quiera filosofía, que la busque y que la pague. ¿Porque puede haber verdadero estudio de la filosofía en las aulas de los colegios españoles?: no; entonces, ¿qué es contra lo que en realidad se está "protestando"? ¿Qué es lo que se defiende?
En la cuestión obrera, Nietzsche dice: "si se quiere una finalidad, hay que querer también los medios: si se quiere esclavos, se es un necio si se los educa para señores".
Si se pertenece a un sistema, qué quieren hacer desde dentro, si les quitan horas, que hagan más fructíferos los minutos que os dejan, pero mendigar... ¡Filósofos! Huíd ahora mismo, salid cuanto antes de esa cueva de felones que es la escuela...
Este gregarismo me está volviendo loco; tanto balido...
Y ahora me viene Aristipo y me dice que soy un platónico del montón,y que los filósofos también tienen que comer, y cuanto mejor alimentados mejor filosofamos... ¡Pues bien, a filosofar entonces!

Don Cogito dijo...

Borja
Muchas gracias por los piropos...
La verdad es que cuando leí el texto me dije "¡Esto es!".

En principio pensé en algo relacionado con Socrates bebiendo la cicuta (demasiado ambiguo pensé- puede ser tomado como un canto a la fatalidad), más tarde me vino a la idea de Farenheit 451, pero igualmente me pareció igualmente demasiado fatalista... en estas voy a la biblioteca de filosofía de la universidad complutense... "atrapo" el libro de Maritain (últimamente estoy "maritainizado") y ahí está... ni puesto a proposito!!!... filósofos...¡A las armas!

De lo que me dices... está claro Borja...tu piensas como un filósofo....no un funcionario!!!...

Don Cogito dijo...

Casanueva...todo de acuerdo... hay una sensación general de cansancio de y de falta de arrojo terribles -y no sólo entre los filósofos- una falta de pundonor y dignidad que intenta esconderse -normalmente- tras una pose "desangañada" y/o sentimental que sólo encubre la impotencia....

...de lo único que no estoy muy de acuerdo es con tu fijación por los tomistas...Casanueva.... ¡¡¡Sal un poco de la "escolastica nietzscheana", hombre de Dios!!!... alza el vuelo y date un bañito por las cristalinas aguas del medievo!!!

...
¡¡¡Allá encontrarás la fuente de la eterna juventud!!!!

Saludos!!!!!!

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

Eg que... no puedo, cariño!

Don Cogito dijo...

Pero bueno hombre.... si solo es un chapuzón!!!

Saludos

Eduardo Abril Acero dijo...

Como se ha apuntado muchas veces, Rick, la anécdota de la hazaña contra los pescadores es, muy probablemente, un exceso de Baillet que, aquí y en muchas otras anécdotas es más llevado por la admiración al estudiante de La Fleche, que por un rigor biográfico. Tu llamada a las armas es emocionante, pero no nos engañemos, ni Descartes ni otros filósofos han sido héroes, si lo hubiesen sido seguramente no habrían sido filósofos; tampoco los profesores de filosofía lo serán esta vez.
YO, por mi parte, me mamnifestaré en donde sea y firmaré todos los manifiestos que haya que firmar; también seguramente escriba alguna carta al director de algún periódico de la zona. Todo ello sin demasiado entusiásmo esta vez.
Lo cierto es que, aunque nos pongamos solemnes e, incluso, algunos se lo crean, lo que haremos para defender la filosofía esconde una intención mucho menos elevada: defender nuestro plato de lentejas.
Yo no creo que la filosofía sea algo imprescindible en un sistema de enseñanza como el nuestro y dudo mucho que su desaparición tuviera algún efecto negativo en la ciudadanía que, a partir de entonces, tendrían, dicen algunos, un inevitable descenso a la "cavernosa prisión subterránea". En realidad, pienso que la justificación de la filosofía en el currículo de bachillerato tiene la misma raóz que, por ejemplo la literatura o la poesía: es una tradición intelectual occidental que merece ser dad a conocer. Del mismo modo que si desapareciese la poesía del bachillerato, eso no mermaría la sensibilidad de los futuros ciudadanos, ni pondría enpeligro la futura producción literaria, la desaparición de la filosofía no haría más "borregos". Es más, la mayoría de las veces, los profesores de filosofía contribuimos más aún con ese progresivo aborregamiento (que parece que nay que defender como principio)
Otros países como Alemania o Estados Unidos no incluyen en sus sistemas educativos asignaturas específicas de filosofía sin que eso significa un acabamiento de la civilización y una aceptación inevitable del barbarismo.
Tengo la sensación de que, desde ya unos años, la filosofía está sufriendo un proceso similar al que experimentaron las lenguas clásicas ya hace unos años. Poco a poco han ido ocupando su lugar en el mundo moderno, un lugar a penas perceptible y, seamos sinceros, bastante poco necesario.
Dejemos las monsergas de que la filosofía forma ciudadanos, que fomenta el pensamiento libre, que hace surgir el espíritu crítico y reconozcamos que eso no es más que una monserga que los profesores de filosofía repetimos para seguir creyéndonos que el destino de la civilización pasa por nosotros... bobadas.
A mi me jode que me quiten una hora en el bachillerato, pero por una razón de puro egoísmo edonista: se vive tan bien "parloteando" junto a jóvenes de diecisiete años... Supongo que si a Epicuro le hubieran dicho que cerraban su jardín, también habría tratado de convencer a las autoridades de cuán importante es la tarea que allí se realiza, lo que no dejaría de ser una impostura, como la nuestra.
Así que... ¿dónde hay que firmar? ¿dónde hay que manifestarse?
Venga, hinchada de filósofos... ¡¡Viva la filosofía manque pierda!!

Borja Lucena Góngora dijo...

Edu, tu argumento me parece no apuntar a lo que, yo por lo menos, defiendo cuando defiendo el lugar de la filosofía en la educación. E No pretendo que la filosofía salve a nadie, y tampoco creo que vaya a desaparecer por que se extinga su educación oficial. Esta no es cuestión de salvar a nadie, sino simplemente de configurar un sistema educativo que pueda constituir el centro de reunión de unos saberes que, para bien y para mal, han conformado lo que las sociedades occidentales han llegado a ser. Hablamos de un asunto político -que afecta a la organización de la polis en unao de sus núcleos fundamentales- y en esos términos hemos de tratarlo si no queremos perdernos en consideraciones de otra índole.Dejemos aparte lo del interés propio, que por supuesto, en tanto defiendo mi puesto de trabajo, no debe avergonzar reconocer. Es preciso separarlo porque, además de mirar nuestro ombligo gremial, estamos hablando de un asuntoque afectaa unos como filósofos o a otros como hosteleros. Si con mis impuestos pago un sistema público de educación creo que éste debe ofrecer un servicio que valga la pena; debe ofrecer todo aquello que la propia experiencia cotidiana no alcance a dar, porque para aprender "de la vida" ya está la vida. Además de ciencias diversas, además de historia u otros saberes, la filosofía es una de estas disciplinas que no se descubre por sí sola, y por eso creo que es importante dar la posibilidad de que todos la conozcan. Yo creo que es un saber valioso, y sólo por ello pienso que debe tener sitio en una educación que pago. Por supuesto que la vida no se acabará sin filosofía, y seguro que los procesos vitales siguen su marcha monótona e intempestuosa, pero creo que no hablamos de una cuestión de necesidad y compulsión, sino de lo elegible, lo preferible, lo deseable. En esos términos planteo una defensa de la filosofía. Siguiendo tu argumento, la educación misma resulta espúrea, porque la vida seguirá siendo vida sin matemáticas, sin física, sin historia. El problema es que, aunque la vida no vaya a dejar de serlo, creo que sin todo eso resukltará empobrecida. Para enseñar prejuicios, para entretener a los niños, para solucionar el problema de quñé ahcer con ellos a los padres, no hace falta un sistema educativo como tal, porque con guarderías o centros de ocio es bastante. Si los institutos se convierten en eso, prefiero poder educar a mis hijos al modo antiguo, porque el gasto descomunal en educación és, para tan cortos fines, excesivo. El asunto no es salvar a nadie de no se qué, ni tampoco salvarse uno mismo, sino perseguir lo que, entre opciones alternativas, es mejor.

Don Cogito dijo...

Abundando en lo que dice Borja -tenía preparada la contestación antes pero Borja se me ha adelantado- a mi Eduardo, asignaturas como historia, filosofía, literatura, historia de las religiones (si la hubiera), lenguas clásicas etc...las asumo como un especie de “conocimiento del medio” (histórico, literario, religioso, artístico...). El debilitamiento de estas asignatura provoca barbarie, no en tanto desaparecan las supuestas “facultades taumatúrgicas” de dichas asignaturas, sino en tanto que provocan la ruptura del hilo que une al alumno con una tradición, o si prefieres con el medio cultural al que pertenece. Dicho en otras palabras, cierto conocimiento de tales asuntos -una buena educación humanística- es la mejor de las “educaciones para la ciudadanía” que se pueden dar. En este sentido Educación para la Ciudadanía me da la impresión de ser un medio más de ruptura con ese pasado. Aunque eso es parte del Progreso ¿no?

Como siempre muchos saludos Eduardo. A ver si nos vemos.

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

Siempre he creído que la filosofía debería ser un fundamento primordial del bachillerato porque en esa edad es cuando se termina de estructurar la cabeza de eso que denomino personas, y la filosofía siempre me ha parecido un medio cultural, incluso de sabiduría, que humaniza y atempera conductas, educando el sentido y el sentimiento para no caer en las trampas del totalitarismo.
Pero esto solo puede ser cierto si el sistema educativo está pensado para formar personas, y en España esto no es el caso. Porque se trata de la filosofía en España, no de la filosofía en sí misma, que contra eso poco puede hacer la ley más que censurarla.
Edu, Yo estoy absolutamente convencido de que eliminar la filosofía de las aulas tiene una finalidad menos burocrática que de ingeniería social, pero es que ahora estoy convencido de que la batalla no debe librarse en las aulas-establos, así que lo mejor que podéis hacer es salir corriendo de allí antes de que el parloteo os ahogue los pulmones.
Desconozco cómo impartís las clases, vosotros los profesores, yo tuve un buen maestro que la filosofía la enseñaba en la cafetería al que tenía redaños de sentarse a su lado a tomar café en vez de salir huyendo al patio, y en aula se dedicaba a ganarse el pan, como todos.
No firmes nada Edu, que no sirve de nada, y huye (no de tu trabajo) del aula.
Borja, como dice Edu, no seamos egoístas y miremos entonces por la educación en general, y no por la cuota filosófica en el mercado estudiantil. Lo mismo es que está mal planteado y no es que tenga que haber profesores de filosofía que argamasen el conocimiento vertido por sus compañeros de lengua, física o matemáticas; lo mismo es que esos compañeros tuyos deberían ser filósofos que enseñaran geometría, historia, lengua, biología... Lo mismo es hora de replantearse no cuántas horas le quedan a un profesor de filosofía, sino cómo es posible que un profesor de física no sepa quién es Aristóteles.

Eduardo Abril Acero dijo...

Borja, estoy de acuerdo contigo en todo esto que dices. Yo no no pretendo ni defiendo que se saque a la filosofía de los planes de estudio; más bien estoy de acuerdo contigo y con Joaquín, cuando considerais a la filosofía como una tradición cultural más, digna de estar, junto a otras, presente en la educación pública. De hecho esta es la justificación que me parece más correcta para justificar este hecho: la filosofía es una corriente intelectual más, un conjunto de lecturas de muy diverso tipo, agrupadas bajo una misma denominación que, como tal, y dado que, como afirma Borja, sería de dificil tener conocimiento de ella por parte de nuestros estudiantes, futuros ciudadanos, merece la pena que sea mostrada. En esto estamos de acuerdo, creo. Otra cosa es que discutamos, que es muy discutible, cuál debería ser la importancia que debería tener la filosofía en el currículo... Entre nosotros, y aunque me duela decirlo, tal vez esté sobrevalorada: tres horas en primero y tres horas en segundo, más otras dos en cuarto...
Mi argumento va por otro sitio, como bien has sabido ver Borja. Va más bien contra eso que dice Javi acerca de nuestra disciplina, "un medio cultural, incluso de sabiduría, que humaniza y atempera conductas, educando el sentido y el sentimiento para no caer en las trampas del totalitarismo"; estos días, en distintas páginas y blogs, veo por todas partes filósofos y profesores de filosofía lamiéndose unos a otros los culos y reivindicando la centralidad de la filosofía a la hora de "formar personas". "Enseña a pensar" dicen o, como Javi, nos salvan de las trampas del totalitarismo. En esto estoy completamente en desacuerdo. La filosofía, ni ninguna otra disciplina, enseña a pensar, s decir, enseña a desarrollar una manera de contruir discursos que puede levantarse por encima de los prejuícios y las meras repeticiones. La filosofía no es, como defendía Marcuse en su famosa "dialéctica d ela liberación", algo ni remotamente parecido a eso: una subida de la caverna, una corrección de la mirada, un acceso privilegiado al conocimiento. Los profesores de filosofía se creen demasiado a menudo esta patraña y, ilusos, hacen descansar sobre sus hombros el destino de la civilización. Hagamos un ejercicio de humildad y reconozcamos que los filósofos jamás han sido, ni serán, esa figura de aspecto heideggeriano, "el que permanece a la escucha". Me gusta más pensar que los filósofos son tipos constituídos más al modo de Vattimo, argumentadores profesionales o, como los llama Rorty, Ironistas.
Yo ya estoy lejos de creerme que mi tarea va más allá de enseñar unas cuantas herramientas, un par de pensamientos y algunos léxicos difíciles y, desde luego, no creo que esté formando personas, ni descubriéndoles el mundo a los adolescentes. Pero no pienso salir corriendo de las aulas como nos insta Javi, no porque me gusta estar allí, me gusta hablar, que me escuchen, contarles alguna historia y alguna mentira, sin demasiadas pretensiones... como no ha dejado de cantar el extremeño Iniesta, "Yo mas humilde soy y solo quiero que la ola que surge del ultimo suspiro de un segundo me transporte mecido hasta el siguiente."

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

Sí, bueno... vamos a ver, Edu. Te estás describiendo como un charlatán, no como un filósofo sino como un retórico, un orador ciceroniano, y quizás es en eso en lo que ha terminado siendo, no la filosofía, sino la educación filosófica del "¿sistema?" educativo español en el bachillerato, y lo mismo en el ámbito universitario, yo no lo sé.
Supongo que, con el tiempo, la filosofía no dejará de ser más que un epígrafe dentro de una asignatura superior denominada Historia de las ideas y de la Ciencia. Pero por ahora, creo que no está de más pensar que debe ser un filósofo (un orador con método, por ejemplo, como Ernst Tugendhat, que se pregunte o re-pregunte por lo que que es el ser o en qué consiste la estructura de la comprensión humana) antes que un político el que nos diga en qué consiste la ciudadanía y otras bagatelas de esas.
Pero eso es Filosofía, y allá cada cual con su optimismo. Otra cosa es la educación filosófica de nuestros alumnos y los "profesionales" que la imparten. O lo que es lo mismo, cómo debería estar presente la filosofía en nuestras aulas del bachillerato. Y por lo que veo y por lo que me cuentas cada vez estoy más convencido de que si no os vais, os deberíamos de echar, porque hacer de la filosofía una campo de conocimiento independiente es una actividad universitaria, y debería ser una actividad facultativa de los profesionales de la educación, es decir, para formar profesores de matemáticas, lengua, física, historia, etc.. con amplios conocimientos filosóficos, pero una asignatura de filosofía a secas, monda y lironda, sólo sirve para pagaros las lentejas, cosa a lo que ya no estoy dispuesto.
Deberíais abandonar las aulas, eso dije, pero ahora estoy convencido de que debéis abandonar los institutos (al menos los públicos) y abrir, como los psicólogos, pequeños gabinetes o academias, o no abrir nada y vivir en un tonel o bajo el mecenazgo de algún banquero o terrateniente con heráldica.

Borja Lucena Góngora dijo...

D. Cogito: con respecto a lo que dices sobre "Educación para la ciudadanía", un día de estos te pasaré algún fragmento de los libros de texto que poco a poco las editoriales hacen llegar al departamento de filosofía (nada, está claro que ya nos han asignado esa cosa). Las peore previsiones se cumplen: una asignatura de nivel intelectual plano, compuesta a base de prejuicios, dogmas y eslóganes vacíos. Si en saber eso consiste ser "ciudadano" no sé que tipo de ciudad se está eligiendo. Bueno, más bien sí lo sé. Lo que, como filósofo, me indigna, es uq epretendan sustituir un saber positivo, una forma de conocimiento, por la nada. En el mejor de los casos, cuando se presenta algún contenido, no haría falta gastar fondos públicos en enseñar algo que el alumno aprenderá por sí mismo -al igual que cuando los bobos de la LOGSE nos hablan de "enseñar a los niños a que jueguen" o, incluso, "a que sean niños"....¡majaderías!-
Por eejmplo, para terminar con los prejuicios ideológicos: un tema del libro de educación contra la ciudadanía se dedica a exponer qué es la familia. Aparte de que, como nadar se aprende nadando, los tipos de familia existentes se conocen en su existencia empírica, y no a través de discursos meramente edificantes, se introduce el dogma de la valoración moral m´ñas chata y progre: existe la "familia tradicional" (buh, qué aburrido) y la FAMILIA EVOLUCIONADA (sí, no bromeo, imagínate en qué consiste ésta: debe ser algo así como los móviles de última generación, o algo que va más allá del "homo sapiens". Vamos, lo guay). Bueno, me tengo que ir. ¿Os imagináis enseñando las diferencias entre la familia tradicional y la evolucionada? ¿Serán nuestros intelectos capaces de tan magnífico derroche de genio? ¿Y nuestras narices? ¿Soportarán la peste de la moralina?

Don Cogito dijo...

Bueno Borja, lo que me dices reafirma lo que he dicho antes... el objetivo de la mencionada asignatura es la ruptura con un pasado que se considera "pernicioso", a eliminar... eso -viniendo a lo que dice Edu- muestran que tal pasado, tradición, tal medio cultural, etc... y las asignaturas que las apuntalan, son algo más que una "tradición más", son uno de los medios que forman eso tan raro que es un ciudadano.

Como siempre saludos a todos.

Eduardo Abril Acero dijo...
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Eduardo Abril Acero dijo...
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Eduardo Abril Acero dijo...

Javi, es posible que sea un charlatán pero, por mucho que lo intentes (que seguro lo haces) no creo que puedas (ni tu ni nadie) distinguir, de forma no meramente retórica, entre un "Charlatán" y un filósofo. Esta línea difusa que separa a unos y otros y que, desde las intuiciones del genial Nietzsche, se ha borrado por completo se suele usar de una manera meramente práctica, para distinguir la comunidad de los que, han adquirido y admitido un discurso socialmente valorable, frente a los que hablan sin "fundamento", o lo que es lo mismo, sin demasiado público; un "orador con método" como dices de Tugendhat, bien puede ser una definición para los tan denostados "sofistas"; de todas formas, aunque me gusta tu definición, sigo prefiriendo la del Ironista Rortiano.
En estas circustancias me halaga que me llames charlatán pero, entre nosotros, soy mucho más modesto que eso. Desde luego estoy lejos de una concepción tan manoseada como aburrida, heredada de la tradición Hegeliano-marxista y avivada por la izquierda frankfurtiana, que ve en la filosofía una dialéctica de la liberación, como ya he señalado. Es comprensible, de todas formas, que los filósofos se agarren de una forma corporativista a estas concepciones, también la mosca se siente el centro volante del mundo, insistía el "crucificado" de Rocken.
No alcanzo a entender la inquina que nos profesas como gremio y esa llamada a que abandonemos las aulas. Haces constantes referencias a la forma en que se imparte filosofía en la educación secundaria y, la verdad, no acabo de entender cuál es el estilo al que te refieres. En mi opinión creo que incurres en un error producido por tu concepción demasiado tópica de la filosofía; como señalas, la filosofía es un preguntarse por el ser o por la consistencia de la comprensión humana; eso tal vez vale para algunos autores, pero está muy lejos de poder aplicarse a la totalidad de la designación; pero, como desde esta perspectiva reduccionista, supongo que te imaginas que la filosofía en el aula debería ser algo así como "El club de los poetas muertos" pero en lugar de poesía, con textos de Heidegger o Kant: una enseñanza en el arte de preguntarse por la insondabilidad del ser (o algo así). Si es así, claro, la filosofía como disciplina formadora de espíritus libres sobra por completo en la educación pública, está de más por su imposibilidad. Pero aún más... también sobra seguramente en la universidad; tal vez porque eso es una ensoñación.
Yo, como ya he señalado, soy más modesto que todo esto; estoy completamente de acuerdo con Joaquín y con Borja cuando señalan que la educación debe ser, además de muchas otras cosas, un modo de introducir en los elementos fundamentales de la tradiciómn a la que se pertenece, un elaborado “conocimiento del medio”, como ha señalado Rick. No creo que la filosofía sea esa herramienta de liberación, fundamental en la formación de ciudadanos, pero sí que debería estar, junto a otras discimplinas igualmente configuradoras de este "medio" (historia, literatura, religión -mitología, arte... etc) Y digo bien lo de "junto a otras".
Entiendo yo que deben ir por quí los tiros ya quela obsesión por dejarnos sin trabajo parece que se refiere exclusivamente a nosotros y no afecta a otros profesores.
En el fondo, Javi, junto a otras consideraciones, creo que la visión que tienes de la filosofía en el bachillerato tiene poco que ver con la realidad de lo que hay pero supongo, claro, que no vas a retornar ahora al instituto para corroborarlo.
Borja, confieso que yo también estoy perplejo con el tipo de material que nos está llegando al instituto. Y no por su carácter ideologizante ya que toda educación para la ciudadanía debe ser una educación en prejuicios, en determinados prejuicios, claro, sino, como dices, por la absoluta vacuidad de los contenidos; básicamente los libros que han caído en mis manos, son compendios de chorradas. Tenía cierta esperanza de que, en un espíritu un poco más democrático, la ciudadanía se enfocase desde la perspectiva en la que ha señalado muchas veces Savater, uno de sus principales defensores, y consistiera en un poco de cultura política, otro poco de cultura democrática legal, un poco de historia de la democracia, y una educación en valores al uso, pero veo que no ha sido así. Lástima.
Un saludo a todos.
Por cierto, el fin de semana de 26 paso por Madrid junto a un par de Feacios, espero poder tomarme unas cervezas (muchas) con vosotros.

Borja Lucena Góngora dijo...

Javi, ¿por qué nos quieres dejar sin trabajo? Tu propuesta me parecería muy bien si eso significara que vamos a recibir un sueldo por dedicarnos sólo a ser filósofos, sin tener que torcer nuestra vocación dedicándonos a dar clases a mocosos.... una reivindicación por venir.
En cuanto al comentario de Edu, creo que difuminar el contenido de ciertas distinciones hasta fundir todas las palabras en un único significado no lleva más que una visión cada vez más ininteligible del mundo. Existen charlatanes, existen majaderos, farsantes, impostores, mentirosos, embusteros; también, en la medida en que nuestra condición lo permite,otros que no lo son o, sobre todo, no lo son siempre. No creo que todo dé igual, y el "anything goes" aplicado al ámbito moral siempre me ha parecido un modo de excusar acciones de otro modo injustificables. Recuerdo ese fabuloso tango de Santos Discépolo, "Cambalache" y su airado desprecio hacia la igualdad indiferenciada de todo:

Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...

¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...

¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...
(Le falta la música. Si no lo conocéis os recomiendo que encontréis la versión de Goyeneche junto al quinteto de Piazzolla..... )



En cuanto a lo de Educación contra la ciudadanís, la fverdad, Edu, no sé qué te esperabas: plantear algo desde un planteamiento catequizador sólo puede terminar en una catequesis, pero además de ínfima calidad. El apunte de Ricky es acertado: esto sólo se entiende desde la inquina contra una cierta tradición -en la que aparece no por casualidad el concepto de "ciudadano" y la posibilidad de su realización - a la que hay que extirpar de la realidad de modo violento para dejar sitio al "hombre nuevo" sin tradición, mero material de la idea, manipulable, modelable a voluntad. En este último sentido, estoy de acuerdo con el carácter "liberador" de la filosofía del que hablaba Javi; este carácter no es salvífico ni redentor, sino quer sólo se refiere a la continuidad de un saber que recorre como un hilo toda la historia occidental y que, ante los intentos de eliminar esta tradición, configura una resistencia al reinado de la voluntad pura. Así entiendo yo el sentido de una educación en la filosofía -pero es verdad que inseparable de las ciencias, la historia, las artes- como contención y resistencia; en este sentido, claro que contribuye a una formación e introducción del infante en el mundo compartido, el mundo conformado por la tradición occidental en el que el individuo no es residuo, sino lo verdaderamente real y lo importante. Por mucho que su efectividad sea problemática, dudosa o poco clara, también es verdad que no es inútil del todo, vistas las patentes diferencias que se dan, por ejemplo, con respecto al mundo islámico y su modelo educativo. Es tan erróneo pensar en un carácter absoluto de la educación institucionalizada como en su completa nulidad; no da igual qué se enseñe a los niños en las escuelas, no d aigual que se les enseñe a repetir hipnóticamente el Corán o que se les proporcione un conocimiento de la ciencia moderna, o de la filosofía o la revolución americana. Es absurdo pensar que, eliminando todo aquello que engendró la noción del hombre como individuo y ciudadano, vayan a seguir existiendo, o vayan a existir, ciudadanos.
La verdad es que he perdido el hiulo y no sé a qué venía esto. Bueno, lo dejaré por hoy. EL próximo fin de semana espero que podamos vernos todos y tomar algo. Abrazos.

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

No, Edu, no me has leído bien. Todo lo contrario digo que no sé cómo desarrolláis las clases, ni cómo anda la filosofía por los lares universitarios. Ni una referencia hago a la forma en que se imparte la filosofía, ni una, no sé donde encuentras tú esas referencias. Tan sólo digo que desde hace apenas 12 horas estoy absolutamente convencido de que la asignatura de Filosofía debe ser eliminada del Bachillerato y debe subir un nivel, a la Universidad, y que todo diplomado,licenciado, o catedrático
no puede titularse sin ser filósofos... Como ves, no os tengo inquina, todo lo contrario, os tengo en muy alta estima.

Yo tampoco te llamo charlatán, te lo has llamado tú, aunque lo de charlatán no lo digo de manera despectiva, sino de alguien que habla sin más motivación que la de pronunciar palabras, como decía Cicerón, que todo buen orador debería de tener conocimientos filosóficos porque "sin la filosofía, nadie puede hablar con amplitud y abundancia sobre temas de envergadura y variedad [...] y sin una formación filosófica no podemos distinguir el género y la especie de ninguna cosa, ni definirla, ni clasificarla, ni juzgar lo que es verdadero y lo que es falso, ni analizar las consecuencias lógicas, ver lo que es contradictorio y distinguir lo ambiguo".

Sobre mi concepción de la filosofía en el instituto, me baso en la descripción que tú haces de tu labor "pedagógica" y para eso prefiero ser yo el que converse con mi hijo (así sea) y sea yo el que le cuente anécdotas y mentirijillas.
Y también me baso en las historias que mi hermana, jefa de estudios de un instituto me cuenta del profesorado y de su "fantástica" preparación, y del "sistema pedagógico", (¡¡¡sistema!!!) con el que brega cada día.

Es cierto que mi posición tan entusiasta ante la filosofía como fundamento del pensamiento crítico pueda ser que se quede en nada, pero lo cierto es que por ahora no puedo defender más que el ansia de conocimiento del hombre, si no es bien encaminado, puede crear dictaduras y tiranías, y la filosofía (aunque no precisamente la metafísica) la tengo como un buen instrumento del estímulo crítico...

Y repito que desde hace ahora 13 horas que opino que no debe de haber filosofía en los institutos como materia a estudiar, sino como conocimiento a poner en práctica. Yo ya no quiero filósofos que filosofan a imberbes, sino Filósofos matemáticos, filósofos lingüistas, filósofos geómetras, filósofos éticos, filósofos químicos, etc...

Pero no os quiero dejar sin trabajo, todo lo contrario, os quiero hacer trabajar, y más y mejor y con más ganas...

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

Borja, creo que la filosofía es algo muy distinto a la educación filosófica, y estas dos cosas totalmente distintas a lo que pueda ser una asignatura de filosofía en bachillerato. Es contra esta tercera idea contra la que me estoy revelando desde no hace mucho; no creo pertinente en estos momentos mantener una asignatura que ni los propios maestros la tienen como pertinente. Es como si un médico siguiera recetando sangrías contra la fiebre.
Yo, por mi parte, me comprometo a educar a mi hijo en la filosofía con mis medios o contratando a algún profesor particular para el caso (al menos elegiré al "parloteador" que me apetezca).
Bueno, ya es tarde, hasta otra.

Don Cogito dijo...

Antes de retomar el hilo de vuestra interesante discursión -os escribo desde los ordenadores del Comercial, tengo el tiempo justo, 3 minutos pone en el contador- permitidme que os agradezca a todos el interes que estáis poniendo en el debate. Es un placer leer como saltan chispas -espero que amistosas- entre "mentes tan preclaras".

Probablemente mañana suba otra entrada que espero que os interese. Aún así ,veré como se desarrolla el debate aquí y ya os escribieré algo a proposito. Mientras por favor -si queréis- continuad, que yo encantado...

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...
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Eduardo Abril Acero dijo...

NO PINCHEIS EL VÍNCULO ANTERIOR, ES UN VIRUS

Algún gracioso pretende acabar con esta conversación.

Eduardo Abril Acero dijo...

BORJA, charlatanes, embusteros, mentirosos... no pretendo difuminar el lenguaje. A lo que apuntaba es a que la distinción entre unas categoprías y otras es meramente retórica. Con esto apunto a intentar superar la visiónde la filosofía como de ese "conocimiento" que posee un acceso privilegiado a la realidad. La filosofía es una tradición intelectual, un conjunto de autores y textos de diversa clase que han compartido unos intereses y unas formaciones comunes en buena parte de las cosas. La idea, por supuesto , no es mía; la tomo prestada de Rorty. Existe una comunidad de lectores que han leído ciertas obras y, por eso, disponen de ciertos léxicos que les permite comprender otras obras. Para que haya lectores de esta clase (y escritores) es necesario familiarizarse con estos léxicos. En este sentido entiendo que debe estar presente la filosofía en el bachillerato y no circuscribirla, como dice Javi, al ámbito universitario, entendiendo, no sé por qué razón, que es más digno un lugar que otro. NO creo que la filosofía deba ser únicamente "filosofía de altura", igual que no lo creo de la historia, las matemáticas o la literatura; estas disciplinas tienen la misma función , permiten que haya lectores de historia o de literatura, poesía.. etc, por ejemplo. Se me objetará que no es necesario profesores de literatura para introducir en un discurso "literario" a un niño. Bueno, esto ocurre sólamente en algunas familias, que acostumbran a sus hijos a tales léxicos. Hay estudios tranculturales, de un tal Cole, que hablan de cómo los distintos léxicos afectan a la comprensión de los textos, por ejemplo de "historia"; una comunidad que no está acostumbrada a usar un lenguaje historicista, no comprendería la historia tal y como se plantea en occidente; entendería esos relatos, seguramente desde una perspectiva mitológica o religiosa, según sea el uso del lenguaje en sus respectivas sociedades. La propuesta de Javi de que será él quién se ocupe de la educación de esos aspectos en la educación de su hijo me parece perfecta, esa misma intuición ya la tuvieron los Hippies ibicencos en los años sesenta y setenta, pero me parece injusta para quienes no pueden acceder a estos léxicos por causas familiares. La educación no es ni puede ser un asunto de "familia", porque entonces la comunidad política como tal no existiría.
Respecto al otrop asunto que plantea Javi, eso de que la filosofía debería ser una formación que recinieran todos los profsores que, de ses modo, impartirían una educación filosófica desde cada unao de sus respectivos asuntos, me parece que sigue procediendo de una consideración errónea de la filosofía, algo que ya he apuntado: la filosofía como el lenguaje de los lenguajes, un léxico superior que es capaz de reflexionar acerca de todos los léxicos.. este pretensión la han tenido diversos filósofos, desde el criticismo kantiano hasta el logicismo de Russel, y en todos los casos ha fracasado. Seguramente obvligar a un matemático o a un biólogo a admitir por obligación léxicos que no son el que ha usado para comprender lo que trata de explicar (y que haya filósofos que tratan de "lexificar" filosóficamente algunas teorías traídas de la matemática o de la biología, no significa que alcancen una comprensión mayor de estas teorías poe el hecho de ensayar una traducción, del mismo modo que el que haya científicos que por su formación han partido de copnceptos estrictamente filosóficos y los han traducido a otro lenguaje, con lo que conlleva dicha traducción, no significa que estén extendiendo las redes de la filosofía; pienso que esta clase de sujetos, los que se pueden familiarizar con distintos léxicos son los que hacen falta en la universidad, y en la investigación , ya que es allí donde dará frutos la "interdisciplinariedad, por eso pienso que la educación secundaria debería ser un intento de dotar a los alumnos en todas estas formas de hablar y de escribir, pero no peidirles a los alumnos de secundaria que pretendar reflexionar acerca del teorema de Fermat con el textualismo derridariano. Ese es el sentido de la filosofía y no otro.
Respecto a lo de charlatán, claro que soy un charlatán, un modesto charlatán, si. Porque ese es mi trabajo: parlotear de filosofía y hacer que mis alumnos de habituen, se acostumbren, comiencen a acceder a ciertos léxicos que precísamente se dan en nuestras conversaciones, nada más. No pretendo que mis alumnos se pregunten acerca de la insondabilidad del ser, sino más bien que la palabra "ser" se puede usar de ciertas formas a las que no están acostumbrados. Soy un charlatán y además un buen profesor de filosofía, si es que hay alguna diferencia.

Eduardo Abril Acero dijo...

Por cierto, lo que sí me ofende un poco, es eso que dices de que quieres hacernos trabajar "mejor y con más ganas", metiéndonos en el saco de los profesores desmotivados que trabajan "mal" y "sin ganas" de los que te habla tu hermana. De esos los hay, sin duda, igual que médicos, abogados, cocineros y mamposteros, pero no creo que seamos ni Borja ni yo, en este caso.
Entiende también que, seguramente lo que te dice tu hermana es absolutamente cierto, pero quién habla es un "jefe de estudios" y los discursos tienen una vinculación con el lugar desde el que están enunciados.

Eduardo Abril Acero dijo...

Acabo de leer lo que he escrito y no sé si se entiende lo que quiero de3cir, que está lleno de errores. Escribo desde una trinchera en plena guerra con dos enemigos de menos de medio metro que me están volviendo loco, a punto de salir a pasar el día en la playa... así que disculpenme ustedes todos.

Fco. Javier Blázquez Mena dijo...

Por cierto, esto que viene al caso, aunque un poco de pasada...
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