lunes, 15 de octubre de 2018

Matias Tugores entrevista a Cristóbal Serra en torno a su traducción del libro "Espejo de astrologia" de Max Jacob (S´Esclop, septiembre de 2005)


Cristóbal Serra y la Astrología de Max Jacob
Conversar con Cristóbal Serra es entrar dentro de otro mundo, en un mundo de sabiduría, un mundo mágico, en el que el conocimiento, el famoso logos, deja lugar a la sabiduría; y eso es, precisamente, lo que se respiraba, el otro día en casa de este entrañable escritor que, una vez más, es capaz de sorprenderme por su entusiasmo, por el pensamiento verdadero y, sobre todo, por su cuidado en la escritura; digamos que su pulcritud en su quehacer se refleja en cada línea que traduce y en cada vivencia literaria propia. Este ambiente plus ultra, esta atmósfera sacada -una vez más- de un país inventado por él mismo, nos conduce de manera natural a su último libro; la traducción (ayudado por la amiga Joaquí Juncà) de la famosa obra Espejo de astrología del inclasificable y gran escritor francés Max Jacob, que de manera tan pulcra ha publicado Ediciones Cort dentro de la colección «Bearn». 
Adivinatoria Cristóbal Serra lo tiene claro y a propósito de los enemigos que tiene la astrología, dice: “La astrología es una experiencia milenaria; sus detractores suelen ser científicos o teólogos. Los primeros porque le niegan su carácter científico y los segundos porque la tiene por ciencia adivinatoria, que pone en entredicho el libre arbitrio de la persona humana, de la que son defensores a ultranza. Yo ya reaccioné muy de joven a esta corriente condenatoria de Quevedo y del clero inquisitorial que juzga a los astrólogos y alquimistas peores que Judas. Muy pronto me di cuenta que era propio de todo racionalismo tratar a la astrología como un engaño. Y seguí los pasos de Jung y de Max Jacob que consideraban inestimable su ayuda para descifran nuestra vida y orientarla. Los astrólogos cristianos de la Edad Media decían que los astros orientan pero que no coaccionan. Pero eso no quita que no exista un condicionamiento cósmico a la psique”.
Max Jacob nació en Bretaña en el año 1876, en el seno de una familia judía. Como poeta, destaca en la Vanguardia. Su primera obra, una mezcla singular de lirismo y broma “El cubilete de dados” fue todo un manifiesto. Para poder subsistir en París, se dedicó a menesteres extraliterarios, como la cartomancia y la astrología. Llegó a tener un consultorio astrológico, por el que desfilaban especialmente mujeres de distintas clases sociales. Esto fue la cantera que le permitió analizar retratos en vivo de mujeres de diferentes signos. En la mayoría de estos retratos no sobra nada, aunque son tales sus tintas, que dan pie a que se le considerase un misógino. Según Cristóbal Serra -y lo afirma con toda franqueza- “A los escritores bíblicos también se les califica de misóginos, y con razón, por haber subrayado, además, las de-bi-li-da-des femeninas. No me parece que Max Jacob sufriera una misoginia declarada por mor de estos retratos, sino que, más bien, es un psicólogo aventajado.”
Y refiriéndose al libro objeto de este artículo, Cristóbal Serra, continúa: “Lo principal que tiene este libro, más allá de su rigor científico, es su valor literario. Todo lo que está escrito, dura o perdura. Y este libro está escrito. Si no fuera un libro claramente literario, yo no lo habría traducido. Además, haciendo referencia a su utilidad, diré que tanto hombre como mujeres, si lo saben manejar y leer, se verán reflejados. Además este libro contiene claves, pero que cada uno debe encontrar. Hay que decir, asimismo, que con respecto a las analogías, tal vez sea la parte más fértil de libro, ya que el caudal de sugerencias y similitudes es tal, que darían para escribir otro libro; pero están aquí como una fiesta para la imaginación y para alentar a la acrobacia mental. La cantidad de ejercicios que se pueden hacer pasando por esta cuerda floja, es inimaginable.
Gracias (¡de verdad!) Cristóbal Serra, por haber traducido este magnífico libro capaz de saciar la curiosidad astrológica, pero que no acaba de saciar al sediento de horóscopo.
Maties Tugores Garau, S´Esclop, nº 23, septiembre de 2005, pp. 26.
Traducción de Don Cogito

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