ME
LLEGÓ LA NOTICIA DE SU TRÁGICA muerte -acaecida en Chicago en el mes de mayo de
este bélico año de 1991- a través de un Hermes “romano” (el profesor Elémire Zolla), que sentía por él, al igual
que quien redacta estas breves líneas de recordatorio, una sincera admiración.
Ioan
P. Couliano había nacido en 1950 en Rumania. Estudió en Italia y luego se fue a
los EE.UU. para especializarse con Mircea Eliade. Un paréntesis como profesor
en la Universidad de Groningen (Holanda), y luego definitivamente a Chicago
donde enseñaba en su prestigiosa universidad.
Estudioso
de las creencias religiosas, se había convertido ya en vida del preclaro Mircea
Eliade -rumano como él- en su aventajado discípulo y, de alguna manera, en el
continuador de su obra. Buena prueba de ello nos la proporciona el magnífico “Dictionnaire des Religions” (Plon,
1990), firmado por ambos, si bien Eliade había fallecido en 1986.
Sus
intereses intelectuales eran muy amplios. Había estudiado la gnosis en “I miti dei dualismi occidentali” (Jaca
Book, Milán, 1989), analizando a fondo las ideas dualistas que se han
manifestado a lo largo de los siglos en Occidente, llegando a la conclusión de
que las creencias humanas son el resultado de una serie de variaciones entre
pocos principios fundamentales. Examinar los mitos significa, para Couliano,
narrar el juego de la verdad. “La condena
de la raza humana -escribe al final de ‘I
miti’- es que todos los mitos son
igualmente verdaderos. Es únicamente el poder el que convierte a unos en más
verdaderos que otros...”
Resultan
fundamentales sus artículos, creo que 14, en “The Encyclopedia of Religión” (McMillan, 1987, bajo la dirección de
Mircea Eliade), en los que junto a una docta y rigurosa erudición despliega un
escepticismo sapiente y nada desmesurado.
Couliano
dirigía una revista (¿qué ocurrirá con ella?), escribía novelas, “La collezione di smeraldi” (Milán, 1989)
y “Hesperus” (en prensa en Italia),
una gran metáfora sobre el destino de Occidente. Y me contaba sus hermosos
proyectos sobre obras ambientadas en pleno renacimiento italiano...
Con
Couliano -hablé por teléfono diez días antes de su muerte para comentarle que
su artículo para el número 19 de la revista “ArcVoltaic” nos había gustado mucho- teníamos pendientes una cena
en una de esas raras trattorias romanas caseras, todavía iluminadas por el
espíritu de Baco.
Después
de haber leído su último libro, “I Viaggi
dell’anima” (Mondadori, 1991), no estoy muy seguro de que, en una de esas
noches otoñales didimias, no podamos compartir un espléndido plato de “penne all´arrabbiata”.
VALENTÍ GÓMEZ I OLIVER
Poeta y profesor en la Universidad de Roma
La Vanguardia, 22 de julio de 1991, p. 24
No hay comentarios:
Publicar un comentario