Una de las consecuencias del debilitamiento de la fe cristiana a lo largo del siglo XX, ha sido la colaboración de muchos cristianos con regímenes o partidos totalitarios. Tal colaboración se ha planteado desde la aplicación de un antiguo lema: gesta Dei per barbaros, esto es, que ciertas sentencias del poder -aún equivocadas y crueles- tienen la virtud de purificar la fe y cumplir la voluntad de Dios. Esto es, que un “cristiano” puede entrar en un partido totalitario, suspendiendo en la esfera pública ciertos dogmas de la fe, en la suposición de que Dios va ha utilizar a ese mismo partido para hacer cumplir Su voluntad en la Historia.
El"tonto útil" cumple el papel que dan las civilizaciones victoriosas a aquellas destinadas a desaparecer.
El"tonto útil" cumple el papel que dan las civilizaciones victoriosas a aquellas destinadas a desaparecer.
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