jueves, 14 de noviembre de 2013

En Varsovia. Dos fotos.


Fotografía de Anna Beata Bohdziewicz.
"...y en primavera, dejame ver la primavera, no Polonia"
Jan Lechoń, Eróstrato, 1920

Hace unos días tuve la enorme alegría de conocer in person a Lia Villares, la blogera, músico, artista, escritora etc. etc. etc. que, desde tiempo ha -2008-, me ha ayudado a saber de la Cuba real (no confundir con la “Cuba in our minds” de buena parte de buena parte de la gafapastez –y no sólo- hispánica) desde Habanemia, su liberrimo, hiper-artístico y mega-lo-que-sea blog. Junto con ella conocí a Hamlet Lavastida, otro artista, pintor y performance, que vive en la actualidad en Polonia. La cuestión es que entre bromas y veras, algo de tiempo tuvieron para hacerse una instantánea ante esa representación, en el siempre muy pedagógico Palacio de la Cultura y de las Ciencias, del "homo sovieticus" sostenedor de la santísima trinidad -que era, cuando se construyó, cuaternidad- del marxismo-leninismo.

En 1986, en el mismo lugar, veintisiete años antes, la fotógrafa, Anna Beata Bohdziewicz y el traductor, poeta y crítico Stanisław Barańczak realizaron una foto parecida. Cambian algunas cosas. Ya no es sólo la actitud mesurada de los polacos frente a la jodedera cubana. En el hueco que, después de 1956, se dejó del camarada Stalin, lo que era un homenaje de los primeros a ese gran intelectual antitotalitario que fue Orwell, mi amiga decidió grabar -via photoshop- las iniciales del gran grupo de la oposición a los Castro: Porno para Ricardo.


Obra de Lia Villares.

Entre una y otra fecha ha pasado casi de todo. Han caído muros, desaparecidos países enteros, casi nada sigue igual. Incluso parece que un estado de más de quinientos años está destinado a desaparecer de la historia. De las pocas cosas que sigue en pie es la dictadura en la que nacieron mis amigos. Dictadura que para mucha gente es todo un símbolo. Y no es raro que muchas personas quieran que ese símbolo, todo lo maltrecho que se quiera, siga en pie. Los símbolos dan sentido. Son algo "sagrado", y ya se sabe lo que dijo el intelectual Sartre sobre los anticomunistas y los perros: "Un anticommuniste est un chien, je n´en démordrai pas". El problema es que dentro de ese símbolo vive gente que está harta de ser parte de él y que, cuando menos querría que se les preguntase su opinión. Imagino que muchos occidentales verían de manera parecida a Anna Beata Bohdziewicz y Stanisław Barańczak en 1986. “Son buena gente, e incluso tienen razón, pero sería una catástrofe ideológica que desapareciera el comunismo en Europa”. Tres años más tarde Polonia entró, con todo el grueso de la Europa centro-oriental, en la mucho menos excitante, terriblemente gris y aburrida, democracia occidental. Al poco se vio que no era un camino de rosas, que no se entraba en ningún paraíso sino que “simplemente” se salía -al fin- de uno que se había querido construir. Hoy por hoy muchas de las ilusiones del cambio han quedado barridas. La unión contra el enemigo común desapareció y diferencias, hasta entonces poco percibidas, afloraron. La economía fue dando tumbos (siendo muy generoso) durante bastantes años y mucha gente, con horror, pudo comprobar la corrupción de algunos de sus representantes políticos. Con todo, en Polonia, al día de hoy, existe –como no puede ser de otra manera- una imperfectísima democracia. Que la inmensa mayoría de los polacos no quieren cambiar por nuevas ensoñaciones políticas de los intelectuales de moda en Occidente.

Durante el franquismo se decía que en España no podía haber una democracia como en el resto de los países de Europa porque éramos “diferentes”, incluso algún ministro de la época tuvo el cuajo de mostrar, como anzuelo turístico, eso de “Spain is different”. Por supuesto muchos europeos compraban esta mercancía, y no cabe duda que era un buen negocio. Se venía a España a ver excentricidades. Cosas nunca vistas desde hacía siglos en el país de origen. Y el país es bonito. Tiene playas. Y sol. La gente es peculiar. Se baila flamenco. Y hay toreros. A Hemingway le gustaban los encierros en Pamplona. Y tal.

Ahora el país vive una crisis que no se veía en décadas. Y no faltan voces que dicen que eso ocurre porque “somos así”. Imagino que si es por tales ideadores de esencias nos habríamos quedado dándole a “la morisma” y a “los herejes” per secula seculorum ya que, parece ser, “es lo nuestro”.

Espero que, algún día, en Cuba, cuando el "socialismo irrevocable" desaparezca, se les dé esa misma lección a gentuza así. Por muchas vueltas que se le quiera dar, Cuba no es ni Bután ni Arabia Saudita, ni cuando te encuentras con un cubano tienes que buscarte un interpreté del urdú. Por tener, ha tenido muchos más años de democracia que, por ejemplo España, no tuvo hasta 1975. 

La historia no está escrita, pero espero que un día vuelva a mirar esa foto de mis dos amigos diciéndome simplemente: “Fíjate, ahí están Lia y Hamlet. Qué bien nos lo pasamos. La foto es genial”.

Y nada más(pínchese en el enlace)

4 comentarios:

Israel dijo...

Yo a esa isla maravillosa fui a "vivir el comunismo sobre el terreno", según mi retórica de entonces, y mientras dejaba El Capital en la mesita de noche del hotel, me pasaba la vida en La Bodeguita de En Medio o en las extraordinarias playas de Varadero, viviendo el Caribe como quien vive dos veces. El comunismo no me enseñó nada de nada sobre Cuba, pero Cuba sí me enseñó que el comunismo agria el carácter de los pueblos más sabrosos y repica las campanas de la muerte frente a la vida.

Nunca terminé de leer El Capital.

Abrasssso, Cógito
Isra

Don Cogito dijo...

Como imagen está muy bien. Se viene al país -entre otras cosas- de "la Bodeguita de En Medio" y de Varadero para entender -era eso, no?- "El Capital", y se acaba -simplemente- tomando el sol y bebiendo "algún que otro" mojito en "La Bodeguita".

Estoy seguro que al de Tréveris le hubiese ocurrido lo mismo...

Un saludo muy fuerte...

Borja dijo...

Una gran vuelta, D. Cógito. El intelectual insatisfecho con la vida, el amante de los paraísos artificiales, quiere todavía, haciéndose con el papel de Dios creador, hacer de la tierra un paraíso, y lo que propone es resucitar viejos monstruos, imponer al mundo una Organización en la que nada escape a la propia voluntad, escapar algún día alas incertidumbres para poner, en su lugar, la sólida redondez de la idea. Me interesa lo que dices sobre la democracia y su imperfección. Yo, tal como lo veo, encuentro que las democracias realmente existentes se dejan llevar, cada vez más, precisamente por el modelo de esa perfección en el control y la intervención, que hace de los Estados verdaderos señores sobre la tierra. EL modelo actual de las democracias es, cada vez más, el totalitarismo; un totalitarismo sin terror, si quieres, pero de vigilancia igualmente total. El Estado tiene que vigilar y controlar todo, y hoy he oído que va a haber inspectores incluso en bodas, bautizos y comuniones para asegurar que nada escape al fisco. Y, además, el deber de delación para aquellos participantes que sepan acerca de "irregularidades" en las cuentas de estos eventos. EL comisariado político es, hoy, una realidad fortalecida. EL otro día, también, supe queen 7 años, el volumen del PIB español controlado por el Estado ha ascendido en casi diez puntos: si con Zapatero era un treinta y pico, ahora, con estos "liberales", asciende a un cuarentypico por ciento. EL ideal está más cera. EN unos años más, a este ritmo, rozaremos el, no sé, noventa por ciento de la sociedad soviética. ¿Es esto una sociedad libre?

Don Cogito dijo...

Si Borja, si. Toda la razón. Es algo en lo que he estado meditando estos dias de post-viaje varsoviano-habanero.

La cuestión es que de paseo por la ciudad, Lia me comentó una vez lo curioso que le parecía la existencia ahí (en un lugar sin ninguna importancia oficial) de camaras de seguridad. Cámaras, "al parecer", bastante comunes en la paradisiaca -y tropical- Isla-carcel. Yo, que me he vuelto un asqueroso patriota español le solté (¿¿¿por que????) que no, claro que no, que por España tales cosas no eran tan comunes.

Ah... ciego. ¡Pues claro que existen! Quizá no una manera tan aparatosa, e incluso no en el número que en otros paises, pero si que existen. ¿Te acuerdas, cuando estuviste viviendo en los noventa en Colchester, el cachondeo que teniamos con lo de las camaras que veías allá donde mirases? ¿Y ahora?...

...ahora se tiene miedo... y se fomenta el miedo... hay mucho miedo... Y claro el terrorismo. Y claro, la ciber-delincuencia. Y claro, el poco respeto a los derechos a la propiedad intelectual...

...vamos, que hay mucha gente, y eso es lo peor, que solicitan esos controles...

Y a esto te vienen de Cuba y te dicen: "¿Que hace ahí una cámara?"... "Ah, ¿pero había una cámara?"