Con la vista puesta en la confección de una pequeña entrada para la página de mis queridos feacios, estoy releyendo el libro de Oscar Tusquets Blanca Dios lo ve. Cuando compré el libro, hace unos meses, lo leí un poco por encima, sin darme cuenta de la joyita que tenía entre mis manos. Y digo joyita no sólo por el tamaño del libro (apenas páginas 263 de las cuales más de cien son dibujos y fotografías) sino por la sensación de estar cuando se lee, ante un texto delicado, pulido, hecho con gusto, muy bien escrito y con un envidiable sentido del humor. La tesis del libro es bien sencilla: la razón por la que grandes creadores (de Miguel Angel a Dali, de Fidias a los creadores de las “líneas de Nazca”...) se han empeñado a resolver ciertos aspectos de sus obras que ningún ojo humano puede valorar, es porque contaban con la que pudieran ser vistas por un ser superior. Y, para muestra un botón, e aquí parte de uno de -para mi gusto- los mejores capítulos: el dedicado a las líneas y figuras de Nazca. Que lo disfrutéis y si tenéis la posibilidad de comprarlo, hacedlo. No os arrepentiréis.
"En Perú, en una de las regiones más secas del mundo... se encuentra el monumento de mayor extensión pero, a la vez, el más pobre e invisible de la tierra.
Tan invisible es, que los cronistas que relataron la conquista de Perú no lo mencionaron y ha permanecido en el más absoluto anonimato durante varios siglos.
No fue hasta 1939 cuando el arqueólogo norteamericano Paul Kosok viajó por primera vez a Perú... se detuvo al sur de Palpa. Desde lo alto de la meseta se sintieron intrigados por unos extraños surcos que, absolutamente rectilíneos, se extendían cientos de metros a ambos lados de la carretera.
A partir de aquel momento Kosok recorrió decenas de kilómetros, analizó decenas de estos surcos... levantó su trazado geométrico y los llevó al tablero de dibujo... Con gran sorpresa advirtió que uno de los dibujos iba adquiriendo los contornos de un pájaro.
En una de sus visitas... observó que, situado en la encrucijada de muchas líneas, el sol se ponía exactamente en la dirección que marcaba una de ellas. Era el 21 de junio, el día del solsticio de invierno en el hemisferio sur, el día más corto del año. Kosok, como buen arqueólogo, conocía sobradamente otros monumentos construidos para la observación del cielo, monumentos erigidos a lo largo de la historia por culturas muy distantes... Stonehenge en el sur de Inglaterra o... el observatorio astronómico de Jantar Mantar en Delhi. Por lo tanto, a ellos les pareció muy posible que todo el tramado de líneas de Nazca correspondiese «al atlas de astronomía más grande del mundo».
Para comprobar esta hipótesis plausible, en 1968 la Smithsonian Institution envió al matemático Gerald Hawkins, acompañado de varios científicos, a que levantaran planos y recogieran información astronómica... no pudieron confirmar que las líneas correspondieran a calendario alguno, y el propio Hawkins concluyó que la hipótesis más verosímil era que el motivo que había llevado a los antiguos nazquenses a tomarse aquel increíble trabajo fuese de carácter religioso.
Para la mirada de los dioses habrían hecho este prodigio de diseño y de replanteo topográfico, habrían trazado el Lagarto, el Perro, el Tiburón, el Pelícano, el Cóndor, el Colibrí, el Mono, la Araña, el Alga... tan enormes, tan bellos, con una grafía tan sencilla, abstractizada, geometrizada ... , y las espirales, Y las otras figuras geométricas, y las líneas infinitas, rectísimas, que se intersectan con tal precisión y limpieza.
Pero esta motivación resultaba tan exótica para las mentes contemporáneas que comenzaron a buscarse explicaciones alternativas.
Es evidente que, a los ojos de un peatón, el monumento carece de la más mínima dignidad. Se realizó apartando los guijarros parduscos del lugar, raspando la fina capa marrón de la superficie Y hacerlo aparecer la base amarilla del sustrato. Las trazas tienen pocos centímetros de profundidad; sólo un clima excepcional con unas precipitaciones escasísimas -una media de un cuarto de hora de lluvia al año- puede explicar la permanencia de tan endeble intervención. O sea que todo esto no se hacía para el, deleite de paseantes. Pero el lugar es relativamente plano, no posee puntos elevados que permitan entender las inmensas figuras (el Lagarto mide 180 metros). Por lo tanto estaban proyectadas para que las disfrutase un ser que pudiese observarlas desde 10 alto, ¿y quién puede observarlas y valorar su belleza desde tan alto ... ? Un aviador, evidentemente... Nazca sólo ha podido ser valorada... a partir de las primeras fotografías aéreas.
Así que las líneas y figuras estaban hechas para aviadores. Pero sabemos perfectamente que estos surcos fueron trazados hace unos dos mil años; el análisis radiactivo del carbono 14 en las excepcionales cerámicas nazqueñas lo demuestran sin ningún género de duda. Es difícil imaginar que por aquella época los antiguos lugareños, o cualquier otra civilización de terrícolas tuviese aparatos voladores. Por lo tanto sólo nos queda una explicación racional: se trataba de extraterrestres.
Esta hipótesis la lanzó, con apariencia de absoluta seriedad, el suizo Erich van Daniken... El ínclito helvético aseguraba, entre otras cosas, que los seres del espacio aterrizaron en nuestro planeta mucho antes de que el Homo sapiens poblase la tierra. Los visitantes... produjeron una criatura con suficiente inteligencia como para que se le pudiesen transmitir las reglas básicas que posibilitaban la convivencia social... inventaron la agricultura... las primeras obras de arte, pero también sus propias armas destructoras. Sodoma y Gomorra fueron destruidas por una bomba atómica. El Arca de la Alianza era un emisor electrónico que permitía a Moisés comunicarse con los antiguos astronautas; astronautas... representados en los relieves mayas... de Copán. Las líneas de Nazca reflejan visitas extraterrestres de hace muchos miles de años, aunque los arqueólogos hayan demostrado que sólo tienen unos dos mil años de antigüedad.
Los más prestigiosos arqueólogos han aportado múltiples pruebas de lo absurdo de las teorías de Daniken, pero éste no se rinde; recientemente, en su nuevo libro, Arrival of the Gods, vuelve a las andadas.
Miramos condescendientes a los ingenuos andinos que tomaron a los extraterrestres por dioses. Como nosotros, resabiados, sabemos que dioses no puede haber, deducimos que los dioses en que ellos creían, y para los que realizaban sus obras, tenían que ser forzosamente extraterrestres. Hemos dado un gran paso en el cientificismo de nuestra hipótesis. Ahora ya no somos esclavos de la superstición, ahora nos apoyamos sobre bases científicas irrefutabIes ... como la existencia de extraterrestres.
...
Dentro del sistema solar parece del todo evidente que no existe ni ha podido existir vida inteligente fuera de la Tierra. Aunque no parece haber razón para que no se den planetas fuera del sistema solar, nos está costando dios y ayuda encontrarlos -hasta ahora sólo hemos detectado 31- y cuando al fin parece que logramos dar con alguno, estaría en la quinta puñeta, a muchos años luz de distancia. Estadísticamente, necesitaríamos miles de planetas para que uno tuviese las condicione de habitabilidad que permitiesen la aparición de la vida y su posterior desarrollo a organismos más complejos. Aunque estos miles de planetas existieran, algunos eminentes astrobiólogos comienzan a pensar que las condiciones del planeta Tierra son tan excepcionales, tan apropiada su distancia respecto a una estrella caliente como el Sol, tan escasa la caída de meteoritos -que se desvían atraídos por la gran masa de Júpiter-, tan conveniente la presencia de un satélite grande como la Luna -que estabiliza su eje de rotación-,tan atípicas todas estas condiciones, que es muy creíble que estemos solos en el universo. Me parece muy razonable, opino que muy probablemente este auténtico milagro estadístico puede haberse dado en una sola ocasión; no veo por qué no puede ser así.
Tal vez esto no sea más que una intuición personal. Lo que no es una intuición es que si este milagro estadístico ha tenido lugar, ha sido tan lejos de nosotros que cualquier contacto físico no tiene el menor sentido; a no ser que la teoría de la relatividad de Einstein esté totalmente equivocada. Si creemos en esta. teoría -y cada vez los hechos parecen confirmarla con mayor certeza, ningún objeto físico, ni siquiera ningún mensaje, puede viajar a mayor velocidad que la luz.
La cuestión ya no estriba en si existe o ha existido, otra vida inteligente estriba en si esto nos va a ser dado a conocer. Si tenemos en cuenta la distancia que nos separaría de uno de esos hipotéticos planetas habitados, cualquier mensaje que nos pudiese llegar del Universo provendría de tan lejos, que los seres que lo emitieron muy probablemente ya se habrían extinguido; quizás podríamos llegar a escucharlas, pero nunca podremos llegar a dialogar con ellos.
Nos va a resultar por lo menos tan difícil como lo era para los antiguos nazqueños dialogar con sus dioses."
2 comentarios:
¿Y esa unicidad de la Tierra no sería de algún modo una prueba de la existencia de Dios, y del privilegio concedido, y malgastado por, el hombre?
Algo van un poco por ahí las cosas... de hecho, el texto en el que estoy trabajando para feacios tiene bastante que ver en lo que dices...
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