viernes, 18 de abril de 2008

Un modelo de propaganda

Una de las más meritorias iniciativas editoriales que se están realizando en España es la fantástica recuperación de libros y autores de la república del 31 y del exilio republicano que está realizando la Editorial Renacimiento -en especial através de sus colecciones Biblioteca del Exilio y España en armas. En este sentido, acaba de aparecer en las librerías la reedición de Espionaje en España seguido de El trotskismo al servicio de Franco. Un testimonio documentado de la traición del POUM en España.
Como introducción a la historia de este libro y su edición, ya existe un interesante texto realizado por Juan Manuel Vera para la Fundación Andreu Nin, al que no creo que haya mucho más que añadir.
Pero en lo que quiero llamar la atención, es en el prólogo que escribió para esta edición José Bergamín. Y mi interés no es ni por el autor -brillante a pesar de todo- ni tan siquiera por el hecho histórico concreto al que se refiere -el descabezamiento del POUM- sino por el lenguaje que usa. Es el lenguaje modelo de los procesos estalinistas. Admiremos el detalle puntilloso con que se desarrolla el argumento de la acusación, organizado en torno a unos datos reales (mayo de 1937, efectivamente existió), alredor de los cuales -una vez "elaborados"- se da la imagen de un crimen (el POUM es un instrumento fascista) y una advertencia final (quien defiende al POUM se identifica con el enemigo).


"La organización trotskista española del POUM se reveló por la traición de mayo de 1937 como una eficacísima instrumentación fascista dentro del territorio republicano. (. .. ) Otras veces he señalado cómo los hechos que se producen en plena guerra en uno de los dos campos que combaten, por algunos combatientes, causando grave daño, a veces mortal daño, a aquellos mismos con quienes combaten, sea cual fuere su motivación psicológica o política, son hechos de traición. ( ... ) De ese modo, sostener una campaña demagógica contra el gobierno popular, ( ... ) es el hecho de traición más viva que puede verificarse en una guerra. ( ... ) Los sucesos de mayo de Barcelona, en 1937, revelaron al POUM y a sus directivos como un pequeño partido que traicionaba. Pero la discriminación de estos sucesos ha mostrado que no era tal partido, sino una organización de espionaje y colaboración con el enemigo; es decir, no una organización en connivencia con el enemigo, sino el enemigo mismo, una parte de la organización fascista internacional en España.
La advertencia es clara para todos. Tomar la defensa de unos hombres acusados de delito de tal naturaleza es algo que no puede hacer un partido ni un hombre libre. La defensa del delincuente la hace, ante el Tribunal, su abogado. Pero hacer la defensa del delincuente como tal, traidor o espía, no es la defensa del hombre, es hacer la defensa de su delito. Y, en este caso de la guerra, es identificarse totalmente con el enemigo.
Defender el trotskismo español, como a los trotskistas españoles procesados por delitos tales, es pasarse al enemigo; y cuando eso se hace debe tenerse la sinceridad moral de decirlo."
Como nos dice Czeslaw Milosz en El poder cambia de manos, mencionando a un poeta polaco, "Haz crecer una mentira de un granito de verdad. No seas de los que mienten olvidando la realidad"

2 comentarios:

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Está mal hablar de uno y lo que escribe, pero el papel poco airoso de Bergamín y otros en el Congreso de Intelectuales por la Defensa de la Cultura de julio de 1937 en Valencia queda recogido en mi reciente biografía de Cernuda. Por cierto,¿por qué se dice estalinismo tan a menudo cuando en realidad mejor sería hablar de comunismo a secas? Diciendo estalinismo parecen irse de rositas muchos otros criminales.

Don Cogito dijo...

TIENES TODA LA RAZÓN. El estalinismo ha sido en la inmensa mayoría de los casos pura y simplemente comunismo. Muchas veces se menciona estalinismo en vez de comunismo dando a entender que Lenin (el artífice de toda esa tragedia espantosa) "no era tan malo" etc.

Sin embargo, creo que a la hora de referirse a una forma de propaganda muy concreta puede hablarse legitimamente de estalinismo como algo diferenciado. Otra cosa es que tal forma de propaganda sea algo que se limite a la vida de Stalin -algo que evidentemente no creo.

Por supuesto intentaré localizar tu libro.

Muchas gracias por tu interés.

Saludos