jueves, 24 de abril de 2008

El "caso" Maritain

Si hay alguien que puede servir -como contraste- para explicar el ambiente filosófico que ha existido en España a lo largo de gran parte del siglo XX, ese es Maritain. Para quien no lo sepa, Maritain fue, probablemente, el mayor renovador del pensamiento de Santo Tomás en el siglo XX, aquel filósofo que partiendo de la doctrina filosófica oficiosa de la iglesia católica alejó, a parte de esta, de los devaneos coorporativistas que (¡ay!) tan profundas raices de echaron por estos lares después de la Guerra Civil. Maritain, además, fue quien cortó filosóficamente de raíz cualquier nuevo intento de Restauración de la alianza entre Altar y Trono, y abrió el tomismo a facetas hasta entonces ignoradas como la estética, el psicoanalisis o el existencialismo... tomando, por último, una postura tajante, contraria a toda colaboración con Hitler y los fascismos. Algo tendría, cuando en Serrano Suñer, en 1938, se despachaba de esta manera al filósofo francés:

Tenemos un enemigo más poderoso que el ejército rojo, más peligroso que el socialismo y el comunismo... Quiero denunciar aquí al judío y traidor Maritain y a una cierta prensa cuya lectura nos aterra en tanto que católicos ... Nada hay más opuesto a la fe católica ... que el materialismo histórico y el ateísmo categórico del marxismo al que sirven -muy conscientemente por otra parte- que colaboran con la gran infamia de Maritain. Todos los esfuerzos de ese enemigo bilioso de la España nacional están dirigidos desde hace muchos meses a imposibilitar a cualquier precio la victoria de Franco. Felizmente el gobierno está muy por encima de las posibilidades de Maritain. («La Gaceta del Norte», Bilbao, 24-6-1938)

Tal ataque del "cuñadísimo" -y la posterior desaparición de toda referencia a al autor francés en España durante décadas- tiene, como es normal, unos orígenes: la crítica que en la "Nouvelle revue française" en julio de 1937 realizó Maritain no sólo a los desmanes del bando republicano sino a los producidos por el bando nacional y a la idea de "Guerra Santa". Y evidentemente, tal caracterización de "rojo peligrosísimo", no tenía nada que ver con la realidad, algo que se puso claramente de manifiesto en repetidas ocasinones, pero que alcanzó su punto álgido con la dura reprimenda que en 1966 Maritain dirigió al progresísmo posconcilar en su libro "El campesino de Garona":

"¿Qué vemos a nuestro alrededor? En anchos sectores de clero y el laicado -pero es el clero quien da ejemplo- apenas se ha pronunciado la palabra “mundo” surge un relámpago de éxtasis en los ojos de los oyentes. Todo lo que amenaza con recordar la idea de ascesis, de mortificación o de penitencia, queda naturalmente apartado ... Y el ayuno está tan mal visto que mejor será no hablar del que sirvió a Jesús para preparar su vida pública ... En la iglesia un amigo oyó el otro día el pasaje de San Pablo: «Se me ha dado como estímulo de mi carne un ángel de Satán que me bofetee” con esta interpretación: “Tengo problemas de salud”...."

Como puede entenderse, tal postura -otra vez- volvió a alejar a Maritain fuera de los intereses de una inteligentzia carpetovetonica que antaño bordeaba (ni no sobrepasaba) los límites del integrismo, y que, ya por estas fechas, se lanzaba con igual "integridad" hacia las nuevas fronteras del progresismo. Hasta hoy.

¿Qué quiero decir?... que, quizá, la practica inexistencia en España de un contacto profundo con la obra del autor francés nos ha impedido (a todos, creyentes y no creyentes) evitar (o por lo menos atenuar) ciertos extremos, ciertas faltas de matíz que, de derechas a izquierdas, todavía sufrimos.

«bonum ex integra causa, malum ex quocumque deffectu»
(lo bueno lo es totalmente, y se convierte en malo por cualquier defecto).

Cada día que pasa pienso que este sería un buen lema para el escudo de este país.

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