Como sé que muchos de los que leéis este blog, pertenecéis o tenéis alguna relación con la enseñanza, aquí os envío -en homenaje- un pequeño párrafo del libro de San Agustín Del profesor (De magistro.)
“¿Acaso pretenden los maestros que se conozcan y retengan sus pensamientos, y no las disciplinas que piensan enseñar cuando hablan? Porque ¿quién es tan tan neciamente curioso que envíe a su hijo a la escuela para que aprenda qué piensa el maestro? Mas una vez que los maestros han explicitado las disciplinas que profesan enseñar, las leyes de la virtud y de la sabiduría, entonces los discípulos consideran consigo mismos si han hecho cosas verdaderas, examinándolo según sus fuerzas aquella verdad interior. Entonces es cuando aprenden; y cuando han reconocido interiormente la verdad de la lección, alaban a sus maestros, ignorando que elogian a hombres doctrinarios más bien que a doctores, si con todo, ellos mismo saben lo que dicen. Mas se engañan los hombres en llamarse maestros a los que no lo son, porque, la mayoría de las veces, no media ningún intervalo entre el tiempo de la locución y el tiempo del conocimiento; y porque, advertimos, piensan haber sido instalados por la palabra exterior del que enseña”
2 comentarios:
A modo de provocación, y para animar el inicio de la semana, ahí de jo una réplica del primer Nietzsche ("Sobre el futuro de nuestras escuelas", en las Intempestivas): "Una educación auténtica debería reprimir con todos sus esfuerzos las ridículas pretensiones de una independencia de juicio".
Procuraré ampliar la cita, si encuentro el libro, para demostrar que tiene más sentido del que parece (en realidad, es un pasaje a favor de las enseñanzas técnicas, que, trasladado a nuestro triste presente, constituiría una crítica de primer orden a la 'filosofía' de la LOGSE, pero es que no tengo el libro a mano, ni creo que vaya a encontrarlo en breve; quizá algún otro lector pueda ayudarnos con esto ;-)
Salute
Interesante lo que cuentas de Nietzsche. En cuanto al texto que San Agustín mi idea era subrayar algo que creo que está -desgraciadamente- de capa caída: la comprensión de la educación como un proceso en el que tanto el profesor como el alumno son comprendidos desde un ideal o voluntad común de aprendizaje. Ese es el sentido que quería dar a este texto -en mi opinión- canónico de lo que es el magisterio.
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