jueves, 26 de julio de 2007

Desde aquellos "siglos oscuros"


“El principio de la disciplina es la humildad [...] y a través de la humildad el lector aprende tres lecciones especialmente importantes: la primera, que no debe despreciar ningún conocimiento o escrito, cualquiera que sea. La segunda, que no se avergonzará de aprender de ningún hombre. La tercera, que cuando él mismo haya alcanzado el conocimiento, no mirará nadie por encima del hombro. Una vida tranquila es igualmente importante para la disciplina, tanto cuando la tranquilidad es interior, de modo tal que la mente no se distraiga en deseos ilícitos, como cuando es exterior, de modo tal que disponga del tiempo libre y la oportunidad para estudios loables y útiles.
Para la disciplina es especialmente importante saber prescindir de cosas superfluas. Como dice el dicho, una barriga prominente no puede parir una inteligencia fina. Por último, el mundo entero debe convertirse en territorio extranjero para aquellos que quieran leer con perfección. Dice el Poeta: “No sé debido a qué dulzura el suelo natal atrae al hombre; y no puede aceptar que deba olvidarlo”. El filósofo debe aprender, paso a paso, a abandonarlo”

Del Didascalion de Hugo de San Victor (Siglo XII)

Nota: el concepto de disciplina para Hugo es parecido al griego de paideia

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