viernes, 27 de junio de 2008

Una entrevista a Pla (II)

SP ¿Escribe usted cada día?
JP Hay días que no escribo nada y me limito a pasear. Es muy agradable vivir aquí. Ustedes no lo aguantarían ni veinticuatro horas.
SP Me parece que usted dispone de una dimensión contemplativa.
JP Y solitaria. Yo soy un solitario y un contemplativo, poco aficionado a hablar con la gente.
SP Pero es usted un conversador extraordinario.
JP Yo no sé nada de nada. Me gustaría saber cómo se las agencian estos profesores que no tienen nada que decir y que no de hablar, y que encima viven de lo que hablan. Es un curioso misterio, todo esto. ¿No le parece? Es como los médicos que sólo utilizan la penicilina. No va muy bien el mundo. Con esta leyenda de que todos somos iguales se cree que el mundo marchará, y la verdad es que hay muy poca gente que de verdad sepa algo. Quiero decir algo real. Llegará un momento en que la gente sabrá manipular un complicado mecanismo, pero no sabrá encender un fuego.
SP Usted ve el futuro con pesimismo.
JP Esto no quiere decir que el mundo deje de funcionar. Hay muchas cosas que van mal y que funcionan; quiero decir que funcionan sin ningún resultado. Probablemente la historia es una de estas cosas que funcionan sin ningún resultado.
SP De momento estamos aquí hablando usted y yo, y esto ya es algo.
JP Esto es mucho. Y se cultivan los campos y todo el mundo tiene una barra de pan cada mañana. El misterio de la barra de pan diario es muy grande. En este sentido hemos llegado a resultados importantes. Pero aparte de esto no creo que se haya conseguido nada más.
SP Ahora iremos a la luna
JP ¿Y qué quiere que vayamos a hacer a la Luna? Todo esto son historias para entusiasmar a los chiquillos y a los norteamericanos. Usted sabe muy bien que en la Luna no hay restaurantes y que el ambiente allí es de lo más inhóspito. Ahora bien : los chicos norteamericanos, que están hartos del Maine y del Connecticut y del atlas terráqueo, quieren la geografía de la Luna. A los chicos norteamericanos les divierte salir de su casa, y quizá por esto mantienen siempre alguna guerra fuera de su país. No interprete usted la historia a base de filosofías complicadas. La historia funciona así.
SP Yo opino que merece la pena ir a la Luna, tal vez por falta de alternativas, y porque cuando se profundiza en algo, sea lo que fuere, se profundiza en todo.
JP Seguro, seguro, puede ser muy conveniente. ¿No quiere comer cerezas? Las primeras no son muy buenas ; son las que se comen los pájaros.
SP Usted debe de ser un experto en agricultura.
JP Yo, desgraciadamente, no sé labrar, porque no me enseñaron ; pero trato bastante a los payeses de este país, que son gente endemoniada; gente que se defiende, gente complicada, desengañada, abandonada y pobre. Yo no soy más que un payés de la parroquia de Llofriu. A mí me hicieron estudiar, pero tal vez esto haya sido un error.
SP ¿Usted no cree que con su obra ha enriquecido a los demás?
JP ¿Yo? No, nada. Vamos; mi sentido del ridículo llega hasta aquí.
SP Sin embargo, ha de admitir que en algo ha contribuido a la toma de conciencia de su país.
JP Hombre, ciertamente yo he ido a la procesión de mi país. Yo he tomado parte en la procesión de mi país con una cerilla. Hay quien ha ido con una candela, quien con un hachón y quien con un cirio: yo he ido con una cerilla. He creído que había que ir a la procesión y he tomado la única cosa que podía llevar. Eso es todo.
SP ¿Cómo ve el futuro de España?
JP España es un país que está todavía en formación. Probablemente nos encontramos en el comienzo de su historia. Cuando yo nací éramos dieciséis millones a comer diariamente de la olla ; hoy somos treinta y un millones, y como que no hay más cera que la que se quema, la cosa ha cambiado. Por esto abrigo la esperanza de que las revoluciones que hemos visto en este siglo se hayan acabado ya, por aquello que decía Goethe que de la cantidad sale la calidad.
SP Esto lo dicen los marxistas.
JP Marx lo sacó de Goethe.
SP Usted, desde el ángulo religioso, ¿por dónde navega?
JP Yo, hasta la fecha, carezco de sensibilidad religiosa. Me encuentro como un mediterráneo más, y ya sabe que los mediterráneos no tenemos sensibilidad religiosa. Nosotros creemos aquello de que la vida es una aventura, a menudo desagradable, situada entre una Nada inicial y una Nada final. Esta frase es una tontería, pero es una frase inmortal. Nosotros, la religión la utilizamos cuando estamos enfermos y cuando nos tenemos que morir. No sé por qué.
SP ¿No cree usted que la alternativa está entre si la cosa funciona de alguna manera o si la cosa no funciona de manera alguna?
JP Ya sé que hay gente con sensibilidad religiosa que cree en la Providencia y en un Dios con barbas que dirige el mundo. A mí la teología me parece que no es nada. Con todos los respetos, me parece una mera elucubración del barroco, desconectada del mundo real. La religión ya es otra cosa. Probablemente la religión es una importante forma de acción.
SP Ahora tendríamos que hablar de su ética. ¿Cuál es su ética?
JP La ética burguesa corriente: la bondad. Yo creo que no he hecho nunca daño a nadie. Entiéndame : puede que haya hecho mucho daño sin enterarme ; pero, al menos, no he pedido nunca nada a nadie y he luchado contra lo que me parecía mal. Por ejemplo: yo he sido un gran adversario de la prostitución. Ahora bien, si usted me dice que el capitalismo es una inmoralidad colectiva, entonces le diré que yo estoy dentro de esta inmoralidad. Pero no creo que el comunismo resuelva nada.
SP ¿Qué opina de Jesucristo?
JP El Sermón de la Montaña es muy importante. Me parece que es lo más importante del mundo occidental.
SP ¿Cómo interpreta usted el Sermón de la Montaña?
JP De una manera literal. Que hay que hacer siempre el bien.
SP Pero el Sermón de la Montaña dice algo más. Sugiere una inversión de valores.
JP Es que el bien no es más que una inversión de valores. La gente está abocada a la maldad.
SP A buscar sólo su propio interés.
JP Eso, a la maldad. En general. Cuidado : le digo esto a beneficio de inventario.
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