miércoles, 5 de abril de 2017

Entrevista de Amador Vega a Charles Lohr, director del Raimundus Lulius Institut [La Vanguardia, Cultura, 24/2/1987]


Ramón Llull, en la historia de la cultura europea
Esta semana se cumplen treinta años de la fundación del Raimundus Lulius Institut en la ciudad de Friburgo. Actualmente se realiza allí un congreso lulista. También de lulismo -edición de obras, investigaciones personales, preferencias- habla aquí el profesor Charles Lohr, director del citado centro
¿CUAL es el principal trabajo de este instituto?
-La edición de todas las obras que Ramón Llull escribió en latín. Desde su fundación, en 1957, hemos editado 14 volúmenes, de los cuales 9 han aparecido en los últimos nueve años.
-Además de la edición, ¿qué se quiere difundir?
-Confiamos en que sea conocida la importancia científica de este gran mallorquín.
-¿Quiere decir que, por ejemplo, en España, y en Cataluña en particular, tan sólo se ha tenido en consideración en la versión literaria de la obra de Llull?
-Sí, es cierto, y no sólo en España. Desgraciadamente, en todo el mundo es poco conocida la gran importancia que, para la historia de la cultura europea, representó el lulismo. El significado de su inmensa obra es patente en el Renacimiento; por ejemplo, Agrippa de Nettesheim, Paracelso, Giordano Bruno, Athanasius Kircher y Leibniz entre los más representativos. Intentamos que el nombre de Ramón Llull ocupe el lugar que merece en la historia del pensamiento; es más, diría que el Renacimiento no puede ser entendido sin él.
-¿En qué sentido es relevante Llull en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento?
-Llull fue un filósofo laico y burgués, en contra de la teología del siglo XIII, que ha de entenderse como una ciencia clerical.
-¿Llull es un heterodoxo?
-Aquellos que dicen esto no han leído a Llull.
-¿Por qué se interesó usted por Ramón Llull?
- Yo llegue a Friburgo en 1961 para hacer mi tesis doctoral. En aquel entonces sabía muy pocas cosas acerca de Llull; había oído el nombre, pero nada más.
-¿Dónde leyó, por primera vez, el nombre de Llull?
-En Nueva York, donde nací; después, en Washington, en donde estudié; más tarde llegue a Friburgo. Mi director de tesis fue Friedrich Stegmüller, uno de los más grandes hispanistas que ha habido en Alemania. Stegmüller fue doctor honoris causa por las universidades de Salamanca y Coimbra. También fue premiado por el Institut d'Estudis Catalans. Él me propuso trabajar en torno a Llull.
-¿Que le hizo trabajar con Stegmüller?
-Stegmüller se había dedicado a la historia de la teología y filosofía medievales. Hizo el inventario de lodos los comentarios de la Biblia en la Edad Media. Esto es lo que, precisamente, yo había hecho con Aristóteles. Usted entenderá lo que suponía para mí estar cerca de un hombre así. Simplemente pensé: “con él puedo aprender algo”. Fue entonces cuando me dijo: “tómese unas vacaciones de Aristóteles y, si quiere doctorarse, hágalo sobre Llull”.
Investigaciones
-¿Cuál fue su primer trabajo?
- La influencia de la lógica árabe, la lógica del gran teólogo musulmán Algazel, en la obra de Llull.
-Volvamos sobre la edición de las obras. El trabajo del instituto se centra en la producción latina...
-Llull escribió en latín, catalán y árabe. La edición de los escritos en catalán se reanudará muy pronto, a cargo del Patronal Ramón Llull, en coordinación con el Instituí d’Estudis Baléárics. En el año 1906 fue iniciada en Palma de Mallorca por Obrador y Bennasar y, hasta 1950, aparecieron 21 volúmenes. Los escritos latinos son editados aquí e impresos en la editorial Brepols, de Bélgica, en la colección del Corpus Christianorum. Esperamos trabajar paralelamente con la edición de las obras en catalán. Para ello, aprovechando la celebración del treinta aniversario del instituto, llegan especialistas de diferentes países, así como también de Cataluña, Mallorca y Valencia. Querría destacar las estrechas relaciones que unen a los gobiernos de Cataluña y de Badén-Württenberg, que ahora se verán reforzadas. Por lo que hace a las obras escritas en lengua árabe, desgraciadamente, están todas perdidas. Hemos buscado en Túnez, en Argelia -en donde Llull desarrolló diversas misiones-, y yo, personalmente, busqué manuscritos en Marraquesh. Es interesante destacar que, aproximadamente treinta años después de la muerte de Llull, en 1350, el sultán de Fez, digamos un antepasado de Hassan II, quedó fuertemente impresionado por la calidad caligráfica de un manuscrito árabe de Llull. Ciertas fuentes atestiguan que el sultán dijo: “debía estar escrito por manos de ángeles”.
-¿Qué otros trabajos, aparte de la edición de la producción latina, desarrolla este centro bajo su dirección?
-En sus orígenes fue fundado exclusivamente para este proyecto editorial, pero al tener una fuerte relación con la filosofía, la teología y las ciencias naturales de la Edad Media y el Renacimiento, en 1964, los objetivos fueron ampliados y en la actualidad se denomina Raimundus Lulius Institut, para la investigación de las fuentes filosóficas y teológicas del Medioevo y el Renacimiento.
-¿Qué papel desempeña este instituto en el contexto de la Universidad de Friburgo?
-Esta Universidad tiene una larga tradición en los estudios de historia de la Corona de Aragón. El profesor Heinrich Finke editó, en el año 1908, la “Acta Aragonensia" y, en su larga labor docente, dirigió más de cuarenta tesis sobre temas relacionados con Cataluña. También habría que resaltar la profunda huella que dejó la amistad personal entre el profesor Stegmüller y el doctor Vives de Barcelona.
Interés
-¿Por qué se halla este instituto en la República Federal de Alemania y no en Palma de Mallorca o en Barcelona?
- La tradición de esta Universidad en los estudios de historia medieval mediterránea y de hispanística en general, es una razón. Además, son muchos los turistas alemanes que en verano escogen Cataluña o Palma de Mallorca. Sin embargo, su contacto con la cultura catalana es ínfimo. Creo que hay una gran necesidad entre los alemanes de aprender algo de dicha cultura, y no simplemente tenderse en la playa a tomar el sol. La última semana, por ejemplo, estuve en una conferencia sobre Palma de Mallorca, aquí en la Universidad. Nunca he visto tanta gente reunida en una sala de conferencias. Más de 500 asistentes no pudieron entrar. Esto significa que los alemanes no tienen un interés limitado a las discotecas o la playa. También la cultura de los lugares que visitan podría formar parte de sus proyectos.
-¿Qué otros investigadores o instituciones colaboran en las tarcas del instituto fuera de Friburgo?
-Mantenemos un estrecho contacto con el Warburg Institute de la Universidad de Londres, en donde Francés Yates, la gran historiadora de la cultura del Renacimiento, estuvo ocupada en investigaciones lulianas; Jocelyn Hillgarth del Instituto Pontificio para estudios medievales en Toronto; en Francia, donde Llull dejó algunos discípulos, Marie-Thérése d’Alvemy, de la Biblioteca Nacional, investiga las fuentes árabes medievales. A causa de la gran repercusión de los escritos lulianos en la alquimia, la astrología, etcétera, del Renacimiento italiano, trabajamos conjuntamente con Claudio Leonaidi de la Universidad de Florencia y Eugenio Garin del Instituto Nacional del Renacimiento de esta misma ciudad. El profesor Ruedi Imbach ha desarrollado la historia del lulismo en Alemania, desde la Universidad de Fribourg de Suiza.
-¿Qué escribió Llull para ocupar un lugar tan relevante y al mismo tiempo controvertido?
- La obra de Ramón Llull es inmensa: escribió sobre filosofía, teología, pedagogía, mística, astrología...
-¿Cuántas obras?
-Alrededor de 250. Me gustaría decir que Llull es conocido en Cataluña como fundador de la lengua literaria nacional, pero no es conocido como científico y ésta es la gran aportación de Francés Yates. El siglo XIV es considerado como la decadencia de la filosofía medieval, pero desde que editamos la obra de Llull hemos observado interesantes relaciones entre la filosofía luliana y el pensamiento del siglo XIV en París, especialmente Duns Scoto y la tradición franciscana. Nicolás de Cusa, gran pensador alemán, leyó a Llull en París, pero ya lo había descubierto, realmente, siendo estudiante en Padua y Venecia. Es interesante ver cómo en el comienzo del Renacimiento, en el tiempo de Petrarca, algunas obras de Llull son traducidas al italiano y, al mismo tiempo. Brunetto Latini, Dante y otros autores, importantes autores, son traducidos al catalán.
Influencias
-¿Qué hay de las influencias lulianas en España?
-A fines del siglo XV es fundada en Barcelona una escuela lulista. Conforme al testamento de Llull, los manuscritos de sus obras fueron depositados en París, Génova y Palma de Mallorca, con la intención de que su obra fuera difundida y no corriera el riesgo de desaparecer de una sola vez. Los manuscritos de París fueron investigados, en su día, por Hillgarth y los de Italia por el padre Miquel Batllori. Pero la importancia científica de Llull en España no ha sido, en mi opinión, suficientemente estudiada.
-Sin embargo, recién llegado al instituto, el primer libro que usted me aconsejó fue el escrito por los hermanos Carreras i Artau...
-El libro de Carreras i Artau no es sólo la mejor historia del lulismo, sino también una referencia imprescindible en la historia de la filosofía española de los siglos XII y XIV.
-¿En qué se ocupa usted actualmente?
-Aparte de Llull, siempre he trabajado en la tradición aristotélica medieval. Entre los siglos XIII-XIV Aristóteles fue muy importante. Pero se dice que en el Renacimiento ya no se interesaron más por él, que el siglo XVI fue una liberación con respecto a Aristóteles. Para mí esto no es cierto. Yo he demostrado, estadísticamente, que se escribieron en latín más comentarios en el siglo XVI sobre Aristóteles que en lodos los siglos anteriores.
-¿Qué lugar ocupa Santo Tomás de Aquino en esa tradición?
-Naturalmente, Santo Tomás es importante, pero los historiadores que se han ocupado de él no han visto que la historia de la filosofía después del siglo XIV no es la de una decadencia, sino el inicio de una nueva época.
-¿Qué opina sobre el llamado escolasticismo popular de Llull?
-No estoy de acuerdo. Llull no fue escolástico. Teología o filosofía escolástica tienen un específico significado para mí. La filosofía y la teología escolásticas fueron concebidas como ciencias clericales que tomaban los artículos de la fe como principios básicos. Las relaciones entre fe y ciencia fueron concebidas por Llull desde una perspectiva más moderna.
- ¿Cuál es su personal aportación al lulismo?
- La edición del volumen XI de la producción latina, es decir, los libros que Llull escribió en Montpellier antes del penúltimo viaje a París. Se había preparado para disputar con los escolásticos, pero se encontró, además, con los averroístas, quienes pensaban que la verdad teológica y la filosófica pueden estar en oposición. Llull estuvo en medio de esta disputa. Por otro lado, me he interesado en las fuentes islámicas del pensamiento luliano y en esta línea descubrí una posible referencia; la lógica del sufí murciano Ibn Sabin, el cual sostuvo correspondencia con Federico II de Sicilia. Llull fue un autodidacta y esto tiene muchos inconvenientes, pero también muchas ventajas. Fue muy original, increíblemente original. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que fue el único que, entre los autores de los siglos XIII-XIV, pudo leer a Avicena, Averroes, Algazel directamente, mientras que los escolásticos sólo conocían traducciones latinas. Por esta razón, entre otras, la investigación de las fuentes lulianas se hace tan compleja.
-¿Dónde hay que buscar el contexto histórico de Ramón Llull?
-La historia de la filosofía y teología medieval ha sido escrita hasta hoy por teólogos católicos y sacerdotes, que centraron su atención en París y Oxford. Pero si tenemos presente las ciencias naturales y la medicina de la Edad Media, podemos decir que no sólo aquellas universidades, sino también en Cataluña, Montpellier, por ejemplo; hubo centros importantes en la evolución intelectual de Occidente. A raíz de los contactos, en esta zona, entre judíos, árabes y cristianos catalanes, se establecieron misiones en Bugía y Túnez. En Cataluña convivieron las tres grandes religiones, y la obra de Llull es un claro testimonio de ello. Es desde esta perspectiva, en mi opinión, que deben ser entendidas la filosofía y la ciencia en la Edad Media.
-Finalmente, ¿qué obra de Llull le gusta más?
-Oh, es muy difícil. No sé, quizás el “Libre d’amic e amat". Sí. Es muy bonito. Llull no fue solamente místico, sino también poeta.
AMADOR VEGA I ESQUERRA
La Vanguardia, Cultura, 24 de febrero de 1987, p. 39

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