“Así en la paz como en la guerra” es su libro de relatos publicado en
La Habana en 1960, que tiene una segunda edición en España, en el año 71.
-Sí. Este libro fue escrito bajo
la dictadura de Batista… y no lo publique hasta el segundo año de la Revolución.
En esos años había una gran curiosidad, no solamente en La Habana, sino
en el mundo entero, por los jóvenes revolucionarios, los jóvenes escritores e
intelectuales que estaban de cierto modo asociados a la revolución de Castro,
que creo que ha sido una revolución vista con general simpatía en todas partes
(hablo de los comienzos…
-...sí...
… estamos hablando del momento…
-... por supuesto...
… del momento en que los barbudos teniendo una etapa estelar… y de
enorme popularidad). ¿Acaso eso pudo influir en el éxito que tuvo este libro
cuando apareció?
-Yo creo que sí. El libro tuvo un
gran éxito… porque tuvo tres ediciones sucesivas en tres meses a partir de su
aparición. Era un libro que describía, por primera vez, la lucha en la Sierra
Maestra, en las ciudades, contra Batista… y mechado entre estas descripciones
muy breves, lacónicas, casi viñetas, se podrían llamar, había fragmentos de la
vida en Cuba bajo Batista y antes de Batista.
¿Conoció a usted a algunos de los famosos nombres, de los famosos personajes
de la revolución?
Castro, Rafael del Pino y Armando Gali Menendez 1947 Gang de la Union Insurreccional Revolucionaria (UIR). |
-Sí. Yo conozco a Fidel Castro
desde el año 48. Es decir, él solía asistir a una especie de peña literaria que
había en una esquina habanera. Él formaba entonces, aunque a él no le gusta que
recuerden este pasado, forma entonces parte de uno de los grupos de acción que
eran una especie de pandillas que se mataban entre sí, y él formaba parte
de una de estas pandillas, y estas pandillas, cosa curiosa, se congregaban
alrededor del llamado Paseo del Prado en La Habana, frente a la Peña Literaria,
en el Salón Cristal y aunque no se hacían nada en público estos gansters, se
miraban siempre con malos ojos, y Fidel castro se aproximaba mucho a la Peña
Literaria… entonces, por supuesto, no tenía barba, tenía una barbilla fugitiva,
más bien, y siempre “estaba de… traje”… es decir, siempre llevaba un saco bajo
el que ocultaba la… una pistola. Y lo volvía a encontrar en el año 59,
cuando yo hice, junto con otros periodistas, todo el periplo que lo condujo a
Washington, a Nueva York, a Canadá, y después por América del Sur.
¿Conoció usted a Cienfuegos?
-Sí. Era el más simpático de los
líderes revolucionarios… el más simpático de los guerrilleros… y fue lamentado
por mucha gente en Cuba que muriera en circunstancias… tan extrañas…
¿Qué opinión tiene usted del Ché?
-Era un hombre excesivamente
autoritario. Muy argentino… es decir muy… muy poco cubano. Bastante rígido y
muy contradictoria figura. En principio él se unió mucho a los comunistas
locales y después terminó, más bien, en conflicto con esos comunistas… los
comunistas oficiales del entonces llamado Partido Socialista Popular. Y su ida
de Cuba fue ida en el cual él no se fue en muy buenas migas con Fidel Castro. Es
decir, él decidió emprender esta aventura… guerrillera que le fue fatal en
América del Sur, como una salida a sus problemas cubanos. Él decide… él ya no
tenía nada más que hacer en Cuba.
¿Raúl?
-Raúl Castro era un hombre
con el cual se podía hablar más que con Fidel Castro; es decir, Fidel Castro
tenía la tendencia a no oír a nadie, había que oírle a él todo el tiempo,
mientras que con Raúl se podía dialogar. Pero en sus últimas fotografías se me
parece, cada vez más, a un dictador latinoamericano.
Raúl ha sido un hombre, o por lo menos durante el ejercicio de su… de
sus funciones, ha sido un hombre muy atento con los visitantes extranjeros, un
hombre, además, de una gran puntualidad…
-Sí.
… de una cortesía quizá exquisita, aunque un poco fría…
-Eso parece, sí.
… ha dado una sensación completamente distinta a la imagen que no tiene
nada que ver que con la de Fidel…
-E inclusive no llevaba barba.
Ahora lleva un bigote. Muy latinoamericano.
¿Desaparecieron los barbudos ya?
Adenda:
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