miércoles, 20 de noviembre de 2013

Entrevista a Guillermo Cabrera Infante. Programa “A fondo”. 4. La Revolución.

Guillermo Cabrera Infante en la redacción de Lunes de Revolución, en La Habana.
Hablemos un poco de la Revolución. Se había, realmente, puesto muy mal la situación en el país con los últimos años de la dictadura de Batista. Había germinado la famosa Revolución que empezó en Sierra Maestra y llegó un momento en que Fidel Castro entró triunfalmente en La Habana. ¿Ya entonces Guillermo Cabrera se había situado al lado de las fuerzas revolucionarias?

-Sí.

Ya.

-Además yo tuve cargos oficiales, casi enseguida. En el mismo enero del año 59 fui miembro del… quiero decir… miembro… presidente efectivo del Consejo Nacional de Cultura. Después pasé a ser uno de los presidentes del Instituto del Cine y, finalmente, edité y fundé el magazine Lunes de Revolución [y 2]. Es decir, la Revolución, en su primer año, fue un año de extraordinaria libertad. Había una especie de embriaguez en Cuba, pero según fueron pasando los años, y acentuándose las dificultades, esa embriaguez dejo de ser tan… expresada abiertamente como en principio y la gente empezó a ser más cauta en lo que decía. Y ocurrió un incidente que es que yo produje, y mi hermano, que se llama Saba Cabrera, dirigió un corto… un documental, de la vida nocturna habanera y este documental fue… cuando ellos fueron a pedir permiso para exhibirlo en los cines… fue primero exhibido en un programa de televisión que yo tenía que se llamaba Lunes de Revolución en televisión, y fue acogido por los televidentes con bastante buen grado.Esta película en vez de darle… de otorgarle permiso de proyección fue secuestrada por el Instituto del Cine, que en esos momentos estaba en una efervescencia estalinista, y así… fue la primera vez en Cuba que se había prohibido una manifestación artística per se, en sí misma; es decir que no había ninguna connotación política.Simplemente se acusaba a la película de mostrar a la gente divirtiéndose,cuando se supone que debían estar con el fusil al hombro y vigilando las costasde Cuba. Esta película se filmó a principios del año 60, y fue recogida en mayo de 1961. Entonces hubo una manifestación intelectual muy grande. Doscientos intelectuales, artistas, escritores, etcétera. publicaron… esto es, no publicaron… redactamos un manifiesto ["Un congreso de escritores y artistas", Lunes de Revolución, numero 109, 11 de junio de 1961] que lo hicimos llegar al presidente entonces, de lo que iba a ser la Unión de Escritores y Artistas, Nicolás Guillén, y este a su vez, lo hizo llegar a otras esferas hasta que, finalmente, fue a parar a manos del presidente de la República, y de Fidel Castro. Y entonces se decidió hacer una serie de reuniones de Fidel Castro con los intelectuales para saber porque había esta agitación con respecto a la película. De ahí vinieron unas conversaciones, que se llamaron las Conversaciones de la Biblioteca Nacional, que ocurrieron tres viernes sucesivos, en los cuales había una gran vigilancia en la entrada (nada más podían entrar escritores y artistas conocidos) y en la tribuna estaba Fidel Castro, estaba el presidente Dorticós, estaba el ministro de educación, estaba la directora del Consejo Nacional de Cultura, estaba –cosa curiosa- yo, como director de Lunes de Revolución y productor de la película. Y estas discusiones terminaron en que la película fue, definitivamente, prohibida y el magazine que yo dirigía, Lunes de Revolución fue… dejó de existir, por pretextos de que no había suficiente papel, tres meses más tarde. Ahí comenzó, verdaderamente, mi gran desilusión con la Revolución.


Estaba Guillermo Cabrera en esa película como productor presentando la alegría habanera en la noche. En la noche, La Habana ha sido siempre una noche muy alegre. Ha sido una noche multicolor. Una noche llena de ritmo. Una noche llena de sones. ¿No es así?

-Exactamente como está descrita en mi libro. Porque, en realidad, Tres Tristes Tigres comenzó como una suerte de escritura de esta película que se llamaba P.M., es decir, “Pasado Meridiano”. Yo trate de hacer… de rehacer, de reconstruir la vida nocturna que se presentaba en P.M. por medio de la literatura. Es así por eso que aparecen los tres músicos que parece tres tigres tristes en la portada de mi libro. Y… después de que dejó de existir Lunes de Revolución yo tuve una serie… un cierto exilio oficial, porque fui nombrado agregado cultural en Bruselas, que era para Cuba, como la otra cara de la luna…

Era una manera amable de alejarle a usted de…

-Sí. Alejarme… comenzaban a agruparse alrededor mío, cuando yo había yo dejado de ser director de Lunes de Revolución, los colaboradores de Lunes de Revolución, los firmantes de este manifiesto en contra de la prohibición de P.M., y allí en Bruselas estuve tres años. Entonces regresé a Cuba por la muerte de mi madre, en 1965, y realmente me asombro el cambio tan grande que había dado La Habana. Es decir era una ciudad… con una cierta tristeza. La gente parecía como una suerte de zombíes. No había un vida exterior plena como la que yo había dejado antes de irme para Bruselas. Y esto me hizo decidirme a que no podía vivir más en Cuba. Y así solicité el permiso y dejé, más o menos… con buen grado oficial, la Cuba de Castro. Y vine a vivir a España durante nueve meses, porque aquí se iba a publicar mi libro Tres Tristes Tigres,que en aquel tiempo estaba prohibido por la censura, y luego que después le hice una serie de alteraciones, fue admitido y se publicó aquí definitivamente por Seix Barral en Barcelona.


¿Esa ruptura suya con la Cuba de Castro fue una ruptura, en cierto modo, pactada, una ruptura abierta aceptada y admitida por ambas partes? Sin mayores violencias, quiero decir…

Sí… inclusive ellos me pagaron los pasajes para mis hijas y para mí de regreso a Europa, y durante algún tiempo hubo una cierta… entente entre el Gobierno y yo; es decir yo me dediqué a escribir en Inglaterra escribiendo guiones de cine, después que dejé España en 1966… pero había una cierta… inquina de ciertos elementos dentro de la Revolución hacia mí, y fue en 1968 cuando la muy importante prevista Primera Plana [en el número 292, de 30 de julio a 15 de agosto], vino a hacer una serie de entrevistas a escritores latinoamericanos que vivíamos en Europa, que yo expresé, por primera vez, mis contradicciones con respecto a la Cuba de Castro… es decir, donde expresé, por primera vez, el encuentro que había tenido con esta Habana triste y desapacible y… fui expulsado, como consecuencia, de la Unión de Escritores y Artistas de la cual yo era, todavía vicepresidente, y declarado “traidor”. Esto me resultó bastante cómico porque, en realidad, yo hacía rato que había decidido abandonar a Cuba porque a mí me interesa, más que nada, la libertad, y eso es lo que he encontrado en Inglaterra. Es decir… Londres es para mí una de las ciudades más libres del mundo.

¿Piensa usted, señor Cabrera Infante, que usted ha traicionado la Revolución o que la revolución cubana le ha traicionado a usted y a los demás cubanos? ¿Qué piensa usted hoy, en definitiva, hoy que está dónde está?

-Yo pienso que la Revolución se ha traicionado a sí misma. Y que Fidel Castro ha sido el Robespierre y el Napoleón de la Revolución. Que su afán de poder lo ha llevado a adoptar el comunismo cuando, si hubiera surgido como líder… revolucionario en 1939, quizá se habría aliado al fascismo o al nazismo para mantenerse en el poder.

Usted hijo de comunistas, de los fundadores del Partido Comunista de Gibara y, en cierto modo… sino del todo comunista, por lo menos inscrito dentro de la Revolución castrista, hoy se siente alejado de…

-Bueno, en realidad nunca fui comunista. Como yo conocí el Partido por dentro cómo… mis padres me llevaban a reuniones clandestinas cuando yo era niño… a mí nunca me gustó la imagen que proyectaba el Partido Comunista Cubano, que era un partido muy estalinista. Y así nunca fui comunista a pesar de que mi padre trabajaba en el periódico comunista, el periódico Hoy, y mi madre era también comunista. Pero la Revolución, en un principio, a la que di todo mi apoyo no era una revolución comunista, era una revolución que se presentaba, más o menos, liberal, liberalizadora, que iba a poner en práctica la constitución que Batista había abolido. Es decir, toda una serie de medidas que el pueblo cubano estaba en un 90-95% de acuerdo. Lo que ocurrió después fue un trastrueque verdadero de estas ansias del pueblo cubano.

¿Se sitúa usted en una posición abiertamente liberal y democrática?

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