¿De
qué quiere usted hablar?
Moisés Broggi, el “Bhagavad-Gita” y la crisis de sentido
religioso
El
doctor Moisés Broggi reconoce que las páginas del “Bhagavad-Gita” le han cautivado desde el día, hace muchos años, que
se aproximó por primera vez a ellas.
Este
poema didáctico escrito en lengua sánscrita por un autor o unos autores
desconocidos parece tiene su origen en el siglo quinto antes de Cristo. El “Bhagavad-Gita” es, en opinión de los
expertos, el texto sagrado más venerado en la india.
En
1976, prologando una edición impresa en Argentina, Aldous Huxley terminaba su
introducción escribiendo: “Frente a un
mundo en guerra, un mundo que por carecer de los prerrequisitos intelectuales y
espirituales necesarios para la paz sólo puede arbitrar una especie de precaria
tregua armada, el Gita señala, clara e inequívocamente, la única vía de salida
a esa autoimpuesta necesidad de destrucción".
En
1983 la palmesana editorial Moll tradujo el “Bhagavad-Gita” al catalán. La traducción corrió a cargo de Elisabet
Abeyá a partir, según se hacía saber en nota previa, “de la maravillosa versión inglesa de Joan Mascaró”, autor asimismo
del prólogo de la versión catalana.
Joan
Mascaró es una vida catalana dedicada al sánscrito y a la traducción del “Bhagavad-Gita”, libro que finaliza sus
páginas con estas palabras: “Dondequiera
se encuentren Krishna, el Señor del Yoga,
y Arjuna, el más grande arquero, allí estarán aseguradas la prosperidad, la
victoria, la justicia y la bienaventuranza eternas”.
Joan
Mascaró i Fornés nació en Santa Margalida, Mallorca, en 1897. Licenciado en
literatura inglesa y lenguas orientales por la Universidad de Cambridge, fue
lector en Oxford y vicerrector del Parameshvara College at Jaffna de Colombo,
en Ceilán.
Durante
la segunda República española regresó a Barcelona. Fue profesor de inglés en el
Institut d´Escola y profesor de sánscrito en la Universidad Autónoma de
Barcelona. Fue entonces cuando el joven doctor Moisés Broggi le conoció. “Mascaró formó parte del grupo de Xirau,
Casalmiglia. Maragall y Goma, que tanto prestigió a la filosofía catalana de
aquellos años."
Por
aquellos tiempos Joan Mascaró ya planeaba una traducción del “Bhagavad-Gita” al catalán directamente
desde el original sánscrito. Broggi recuerda que ya había traducido parte de la
obra escrita mucho antes de que nacieran Buda, Confucio o Jesucristo. “El “Bhagavad-Gita” había sido traducido al inglés en el siglo
XVIII y la primera versión castellana se llevaría a cabo en 1908."
La
guerra civil rompería aquella tradición filosófica que tomaba cuerpo en
Cataluña. Sería una ruptura más. Muchos tomaron el camino del exilio y entre
los que se quedaron —Casalmiglia y el propio Broggi, en medicina— vieron
cerrado su futuro en el campo de la docencia.
Mascaró marchó a Inglaterra, instalándose definitivamente en Cambridge. Su magisterio
sería fundamental para el desarrollo del interés por la mística oriental en los
países de habla inglesa.
En
su prólogo, Joan Mascaró termina afirmando: “Aquesta traducció fou comentada
vint anys abans d'esser publicada »com que a vegades he traduït un vers més de
vint vegades abans de quedar satisfet. confio haver estat fidel a l´Esperit de
l'original i a mi ma-teix. Hi ha un vers al “Bhagavad-Gita” que
a vegades em ve a la ment: Si un m’ofereix amb devoció just una fulla, o una
flor, o una fruita o també una mica d'aigua. jo ho accepto de questa ànima
anhelant perquè amb un cor pur en fou ofert amb amor".
Tiempo y chispa
Para
Moisés Broggi el “Bhagavad-Gita” nos
viene a decir lo siguiente: “El mundo de
la realidad no es nuestro mundo de los sentidos”.
Viene
a decirnos también que todo lo que está supeditado al tiempo es falso y está destinado
a destruirse, y Broggi, recuerda que los físicos nos están diciendo ahora que
la materia no existe, que todo es energía...
-Todos los seres humanos llevamos en nuestro
interior una chispa de la divinidad y esa chispa es lo único inmortal. La forma
de escapar de esa trampa que es la vida es identificarse con esa chispa
interior, y lo podemos lograr de dos formas a través de la meditación
acompañada de la renuncia a todo aquello que nos apega a la vida (que es lo que
hacen los místicos), o por la acción, nunca dirigida hacia un provecho personal
y sí hacia el bien y el amor del prójimo.
En
los acotados textos del “Bhagavad-Gita”
que en sus ediciones castellana y catalana Moisés Broggi me muestra, textos
trabajados personalmente por su mano, tanto subrayando como añadiendo
comentarios, leo una subrayada interpretación de Aldous Huxley:
“El conocimiento unitivo del Fundamento
Divino requiere, como condiciones necesarias, la autonegación, la renuncia y la
caridad. Sólo por medio de la auto-negación, la renuncia y la caridad podemos
desprendemos del mal, la locura y la ignorancia que constituye lo que llamamos
nuestra personalidad y que nos impiden conocer el destello de divinidad que
ilumina al hombre interior.” Moisés Broggi empezó a interesarse por la
filosofía oriental hace ya muchos años. “En
realidad diría que lo que me ha interesado siempre han sido las historias de las
religiones”, y al revisar viejos papeles encuentro uno de hace diez años en
el que Moisés Broggi, me dice, respondiendo a un cuestionario, que el personaje
histórico que más le interesa no es uno, sino dos:
-Cristo y Buda.
Ahora
me ha dicho:
-“Cuando la religión se ha materializado y ha
defendido intereses es cuando ha entrado en crisis”.
-Ya
ve doctor: tantas veces hablando y descubro ahora que la religión es uno de sus
lemas predilectos de meditación y estudio...
-Las religiones dan una justificación a una
vida. Dan una trascendencia. El ser humano necesita una religión para poderse
decir que tanto sufrimiento, tanto dolor, no es inútil.
-Pues
parece que estamos en años de crisis religiosa...
-Si. Y la falta de sentido religioso, la
crisis de ese sentido, es una de las causas de la crisis del mundo actual.
-El
mundo en el que los físicos ponen en duda la materia jamás había resultado tan
apegado a las cosas materiales. .
-Ese mundo materialista, en el que sólo se
valora la ganancia, el bienestar físico, es un mundo egoísta que lleva a la
aniquilación, a la destrucción.
-Sin
que el “Bhagavad-Gita” influya...
-Ni el “Bhagavad-Gita” ni los Evangelios. La
filosofía del texto sánscrito está contenida también en los Evangelios y en los
libros básicos de las grandes religiones monoteístas.
Dice
el “Bhagavad-Gita”:
“El
Señor dijo:
1. ¡Oh Bharata! Ausencia de miedo, pureza
de corazón, constancia en el conocimiento y las acciones, caridad, dominio de
si, estudio espiritual, sacrificio, austeridad, rectitud.
2. No violencia, verdad, carencia de ira,
compasión, dulzura, rechazo de la calumnia, modestia, abstención de actividades
inútiles.
3. Espiritualidad, clemencia, corrección,
falta de odio y orgullo son las cualidades que se encuentran en el hombre que
nace con herencia divina.
4. Los atributos de quien nace con
herencia demoníaca son: arrogancia, hipocresía, envanecimiento, ira, crueldad,
ignorancia..."
-Y
usted, doctor, ¿Cree posible que en nuestra vida de hoy se pueda practicar todo
eso?
-Pues
la verdad es que si hay alguien que renuncia a la lucha material se lo comen
los demás y encima lo toman por imbécil
-Y
a lo peor, incluso lo detienen los guardias...
-Entra
dentro de lo posible.
-¿Para
usted qué es el alma?
-Algo
indefinible.
De subrayados y
esperanzas
Dice
el “Bhagavad-Gita” —y el doctor
Broggi lo ha subrayado en la traducción catalana, leyendo el prólogo de Joan
Mascaró—, que "el amor es el medio
para llegar a Dios".
Y
Joan Mascaró sigue escribiendo, y Moisés Broggi subrayando, que “Sócrates nos dice que el amor es el mensaje
entre los dioses y el hombre", y San Juan de la Cruz afirma que “sólo es amor aquello que une al alma con
Dios".
-Doctor.
¿Cómo muere el hombre de nuestros días, ese hombre en crisis de identidad
religiosa?
-La gente no se resigna a morir, no asume que
la muerte forma parte de la vida. El apego a la vida, la espera de la muerte
como una cosa natural... Conforme desaparecen las apetencias materiales,
disminuye lo primero y se acepta con más tranquilidad lo segundo.
-¿Y
qué hacemos con el alma, ese algo indefinible?
-En
el fondo de todo el universo pienso que hay un espíritu animador, el motor del
todo. La finalidad de una vida es identificarse con ese motor al que se puede
llamar Dios. En el principio animador de la vida está el alma e
identificándonos con ella nos integramos en ese espíritu animador que es el
motor de todo.
Un
rectángulo a bolígrafo enmarca en la página 41 de la versión catalana del “Bhagavad-Gita” este párrafo de Joan Mascaró:
"L'autèntic
progres de l´home a la terra és el progres d'una visió interior. Tenim un
progrés en la ciència, però està en harmonia amb el progrés espiritual?
Desitgem un progrés científic, però desitgem també un progrés moral? No n'hi ha
prou amb tenir mes, ni tampoc amb saber més, cal viure més, i si volem viure
més, hem d estimar més. L´amor és ’el tresor amagat en un camp', i aquest tresor d’acord amb el “Bhagavad-Gita” és la nostra pròpia ànima. El
tresor el troba aquell savi mercader que 'vengué tot el que tenia’. I contràriament a les lleis materials segons les quals donar més
significa tenir menys, en la llei de l'amor com més dones més tens."
-¿Usted
cree en un más allá?
-
Algo ha de existir, ¿no? No sé qué, pero algo. La idea del todo, del infinito,
es una necesidad. La idea de la nada es muy difícil de captar. El ser humano
siente la necesidad de creer más en algo eterno que no en la nada. En este
punto las grandes religiones monoteístas también tienen puntos de contacto.
Al
doctor Moisés Broggi siempre le han fascinado los suicidios colectivos de los
lemmings, los pequeños animales que en las tierras polares se arrojan desde los
altos acantilados, cuando la comida empieza a escasear. "Del suicidio colectivo quedan excluidas, en
una selección natural, las hembras gestantes, que garantizan la renovación de
la especie". Considera el doctor Broggi que los lemmings tienen un
sentido de la supervivencia como especie superior a la del género humano.
-El
género humano es más agresivo con sus semejantes. Diría, visto el arsenal
atómico en permanente escalada, que el género humano es también más cretino que
los lemmings.
Lo
decía Aldous Huxley prologando el “Bhagavad-Gita” y en el párrafo puso el
doctor Broggi su bolígrafo:
“No habrá paz duradera a menos y hasta que
los seres humanos adopten una filosofía de vida más adecuada a los hechos
cósmicos y psicológicos que las dementes idolatrías del nacionalismo y la
publicitada fe apocalíptica del hombre en un Progreso que se encamina hacia una
Nueva Jerusalén mecanizada.”
Piensa
Moisés Broggi que en las páginas del “Bhagavad-Gita”
un lector espiritualista encontrará la gran lucha espiritual del alma humana.
-Y
luego, sale usted a la calle, practica esa filosofía y se lo rifan...
-Sí.
Pero la lectura reconforta. Te señala un camino y aunque no seas capaz de
seguirlo, saber que está ya es importante.
Al
“Bhagavad-Gita” los familiarizados
con sus páginas le llaman simplemente “el
Gita”.
-¿Usted
no cree que al leer esto habrá gente que dirá “el Broggi está
loco”?
-Que
lean el “Gita” primero, doctor.
JOSÉ
MARTÍ GÓMEZ
La Vanguardia,
26 de junio de 1986, p. 23
No hay comentarios:
Publicar un comentario