viernes, 30 de diciembre de 2016

Nestor Luján sobre Jose María Castroviejo

Pasó José María Castroviejo. Poeta y cazador celta

El escritor alza la copa de albariño en las fiestas de este antiguo vino, en Cambados
PASÓ por Barcelona José María Castroviejo, el escritor compostelano venido a nuestra ciudad para hablamos de la poesía del alma celta y Valle Inclán, dos temas que el gran escritor siente profundamente. José María Castroviejo, reside en su Galicia natal, frente a Vigo, en Tirán, donde ha filudo sus últimos escritos, cumple allí, amén de su alto oficio de escritor, sus dos más vehemente aficiones: el amor al mar y el cariño por los bosques, por los pájaros, por la caza. José María Castroviejo, barbado y bondadoso, es un hombre de múltiples sabidurías: el ejercicio misterioso y profundo de la poesía, el conocimiento de pájaros y peces, el celoso cuidado de la caza, pues no en vano es guarda mayor de Caza y Pesca Fluvial del Reino de Galicia, el vigilante celoso de otras cosas seculares gallegas como son la cocina y el vino —es presidente del Tribunal que averigua anualmente cuál es el mejor albariño en la villa de Cambados—. Escribe sobre todo ello, camina, incansablemente por la tierra gallega y navega por el mar. Y al lado de ello posee una serie de conocimientos envidiables en nuestros días: conoce canciones, imagina leyendas, escribe puntuales narraciones de sucesos sobrenaturales y mantiene sobre todos estos temas un constante contacto con su gran amigo, otro poeta e inventor de misteriosos sucesos como es Álvaro Cunqueiro.

Vive Castroviejo con un envidiable aplomo esta vida antigua y rural lado mismo de la muy moderna ciudad de Vigo. De todos estos conocimientos va dejando muy completa noticia en sus libros. Once ha publicado, el mismo número que hijos ha tenido. En sus libros de poemas recoge su amor al mar y a la montaña en la forma más lírica y estremecida. En sus obras en forma de guías espirituales sobre la tierra gallega, une el sentimiento lírico a la exacta noticia y al palpable conocimiento. Así acaece en sus «Rías bajas» y en su «Galicia» —guía espiritual de una tierra— donde, según el autor, puso lo mejor de su alma para explicar su antiguo país. Ha escrito también sota la ciudad de Santiago, su prodigiosa Compostela natal. Y, sobre todo, ha explicado el bosque gallego, sus habitantes, un libro inolvidable —«Teatro venatorio y coquinario gallego»— de amante de los animales y cazador, esta rara y deportiva mezcla que en casos muy excepcionales convergen en personas que, como él son, a la vez, contemplativas y de pura y decidida acción. Ha escrito también una novela, «La burla negra», sobre las hazañas del pirata Benito Soto, gallego audaz y estremecedor. José Marta Castroviejo se nos presenta en el extremo occidental de la península como un Hombre auténtico y palpitante, ligado a su tierra a pesar de ser un impenitente viajero.
Castroviejo con sus dos cuervos que visitan diariamente su casa en Tirán
Estuvo en Barcelona solo unos días, que aprovechó para abrazar a sus amigos, para dar una conferencia en el Centro Gallego de le ciudad, para visitar con atenta roción nuestro museo románico de Montjuich, el Museo de Vich, donde le acompañamos, y oficiar, después de una comida plenamente gallega, en cuya confección nos pareció sabio maestro. La «queimada» que se elabora flameando aguardiente de orujo con azúcar y cortezas de limón y añadiéndole, muy bien calculadas, dosis de vino tinto, fue conseguida en un difícil punto de perfección.

Está ya de regreso Castroviejo en su Tirán, rodeado del fabuloso paisaje «y de la mejor arquitectura que forman el románico, el laurel y el roble». Allí está dando los últimos toques a su próximo libro «Viaje por los montes y chimeneas de Galicia», que escribe en colaboración con Álvaro Cunqueiro Se trata de una ampliación del « Teatro venatorio y coquinario gallego», que publicó hace unos años en una edición de bibliófilo, ilustrada con los últimos bojes que grabó nuestro inolvidable E. C. Ricart. En este libro Castroviejo trata de la caza de su país, desde la torcaz huraña «al oso filosófico y gruñón que aún mora en los Ancares». Álvaro Cunqueiro escribió de la cocina de esta caza que Castroviejo cobraba amorosamente, pieza a pieza, en cada capítulo del libro. Desde Tirán nos envía estas fotografías: una de ellas con sus hijos y su esposa, otra catando el albariño y una tercera con sus dos cuervos que viven en el cercano bosque y le acompañan amables y habladores, en su vida cotidiana. Estos cuervos roqueros —la chova piquirroja castellana, que nosotros llamamos «gralla de bec vermell»— acompaña a este ser fabuloso que sabe tantos lenguajes —de las aguas, del viento, de los pájaros, de los fantasmas, de los árboles— y que escribe con profunda seguridad el castellano y habla con sabrosa rotundidad el delicado y popular gallego materno.
José María Castroviejo y su esposa con nueve de sus hijos, pues falta el menor.

NESTOR LUJAN. Destino. Año 1962, No. 1295-1299 (Junio) p. 45

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