"evito comentarios las emociones mantengo a raya escribo sobre hechos
/aparentemente sólo ellos son valorados en los mercados foráneos"
Zbigniew Herbert
Hola, don Cógito: Muy bueno. ¿Es el ídolo posmoderno, el hombre orquesta o 'érase una vez el circo'? Por cierto, tienes premios a tu nombre en mi blog, por si deseas aceptarlos y ponerlos en el lateral de tu blog. Un fuerte abrazo
Le copio-pego mi respuesta por si no la ve en Tumbaitolandia.
El drac dijo...
Bueno, es queee... luego hubo una fuerte escisión en la comunidad y bueno... se acabó lo que se daba. Una parte de ella debe de seguir allí, pero los perdí de vista.
Era un monasterio en el Puente del Arzobispo (Toledo), si no me equivoco. No recuerdo su nombre, lo lamento. Tenía unos diez años y en aquel momento el nombre no debió de interesarme. 21 de abril de 2009 19:14
El drac dijo...
Allí conocí a un cura viajero, una persona muy, muy interesante. Me confesé con él, nunca olvidaré la conversación. Me mostró lo más noble de mí. Nunca nadie más ha podido hacer algo semejante, pero con una vez tuve suficiente para toda mi vida (al menos hasta ahora). 21 de abril de 2009 19:18
Hola, don Cógito. Es un honor comunicarte que hemos elegido tu Blog para otorgarte "El Premio Blog Dorado". Pásate a recogerlo cuando quieras. Un abrazo
Hola, don Cógito:
ResponderEliminarMuy bueno. ¿Es el ídolo posmoderno, el hombre orquesta o 'érase una vez el circo'?
Por cierto, tienes premios a tu nombre en mi blog, por si deseas aceptarlos y ponerlos en el lateral de tu blog.
Un fuerte abrazo
Le copio-pego mi respuesta por si no la ve en Tumbaitolandia.
ResponderEliminarEl drac dijo...
Bueno, es queee... luego hubo una fuerte escisión en la comunidad y bueno... se acabó lo que se daba. Una parte de ella debe de seguir allí, pero los perdí de vista.
Era un monasterio en el Puente del Arzobispo (Toledo), si no me equivoco. No recuerdo su nombre, lo lamento. Tenía unos diez años y en aquel momento el nombre no debió de interesarme.
21 de abril de 2009 19:14
El drac dijo...
Allí conocí a un cura viajero, una persona muy, muy interesante. Me confesé con él, nunca olvidaré la conversación. Me mostró lo más noble de mí. Nunca nadie más ha podido hacer algo semejante, pero con una vez tuve suficiente para toda mi vida (al menos hasta ahora).
21 de abril de 2009 19:18
Por cierto, bastante complicado el ídolo posmoderno. Puede que creamos que cuanto más complicado mejor.
ResponderEliminarNo sé.
Un saludo
tienes unblog muy interesante.
ResponderEliminarHola, don Cógito.
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Un abrazo