"El arte de ayudar a los estudiantes se llama Pedagogía. Y el peligro de la Pedagogía está, como el de tantas cosas, en la ideología romántica. Desde Rousseau hasta Spencer, y aún más tarde, ella ha impuesto, en la obra de enseñanza, con la superstición de lo espontáneo, la repugnancia a lo que hemos llamado, desdeñosamente,"medios mecánicos", o "medios librescos", y sensiblemente, "medios fatigosos" de aprender. Se dice que esta pedagogía viene ya del Renacimiento. Pero hay aquí, me parece algún error. Casi nada es, en el siglo XIX, continuación del Renacimiento. Rousseau abre un ciclo mental, no ya distinto, sino contrario al iniciado por Rabelais. Hay en el gran libro de éste un admirable capítulo en que se contiene toda su doctrina pedagógica, aquel capítulo matriz sobre la reforma de la educación de gargantúa. Lo que le da sentido es su exaltación del esfuerzo, de la tensión de cada hora, en cada minuto, su espíritu de voracidad, de gula intelectual, característicos del humanismo. ¿Qué tiene que ver romanticismo con humanismo? Comparemos el espíritu heroico de la educación y del aprendizaje que estalla magnificamente en el Gargantúa, con las blanduras del Emilio rousseauniano, de donde ha salido la ralea infinita de blanduras modernas:claramente podremos ver que en estas últimas hay ya un principio de retorno a la sensualidad viciosa, oprobio de los primeros maestros del Gigante y de que le redimieron sus nuevos maestros renacentístas."
Eugenio d´Ors. Aprendizaje y heroísmo (1915)
EL MUNDO EN LA BOCA DE PANTAGRUEL
ResponderEliminar"Entre estos temas resuena otro completamente distinto y nuevo, por aquel entonces muy actual: el del descubrimiento de un nuevo mundo, con todo el asombro, los desplazamientos del horizonte y los cambios en la imagen del mundo que tal descubrimiento trae consigo. Éste es uno de los grandes temas del Renacimiento y de los dos siglos siguientes, uno de los resortes fundamentales de la revolución política, religiosa, económica y filosófica. ... El motivo encierra una fuerza revolucionaria, removedora de lo existente, que lo sitúa dentro de una conexión más amplia, relativizándolo por consiguiente. Rabelais no ha hecho más que evocarlo en nuestro pasaje, sin desarrollarlo. El asombro de Alcofrybas a la vista del primer habitante bucal dorma parte de esta categoría de vivencias, y sobre todo la reflexión que se ha ce al final del viaje: entonces comprendí cuán cierto es lo que se dice: que la mitad del mundo no sabe cómo vive la otra mitad.
[...]
Lo revolucionario de su mentalidad no consiste propiamente en lo anticristiano, sino en el engatusamiento de la vista, del sentimiento y de las ideas producido por su trato constante con las cosas ... Pero hay quie reconocer que Rabelais se ha adherido a algo, y precisamente en una forma fundamentalmente anticristiana: para él, el hombre que sigue su naturaleza propia, y la vida natural, ya sea de las cosas o de los hombres, es bueno. ... Su tratamiento "criatural" del hombre no posee ya el tono básico de miseria y caducidad de la vida y lo terreno en general, como ocurría con el realismo de fines de la Edad Media. El realismo "criatural" recibe con Rabelais un sentido totalmente nuevo, rudamente opuesto al mediaval, el del triunfo vitalista y dinámico de la corporalidad y de sus funciones. No existe ningún pecado original para Rabelais, ni ningún juicio final, ni tampoco temor matefísico alguno ante la muerte. Como una parte de la naturaleza, el hombre goza de su vida palpitante, de las funciones de su cuerpo y del vigor de su espíritu y, como las otras creaciones de la naturaleza, está sujeto a la natural disolución."
E. Auerbach, Mímesis, 1942 [FCE, 1950]
http://es.wikipedia.org/wiki/Erich_Auerbach
.... qué maravilla!!!! Con tu permiso sacaré algo de esta parte me pones del libro de Auerbach, completándolo con algo del capítulo que d´Ors se refiere del libro de Rabelais para un próxima entrada...
ResponderEliminarMuchas gracias.
Una vez más: ¡chapeau! ¿Será el desconocimiento de D´ors lo que ha allanado el camino a toda la serie de reformas educativas a las que ya nos hemos acostumbrado? Parece tener categoría de ley, pero, entre el conocimiento y la ignorancia, el pergeñador de normas, reformas y leyes parece siempre inclinarse por lo segundo, como cuando los ministerios de educación entregan potestad para hacer y deshacer a todos esos pedagogos y filósofos resentidos mientras postergan a D´ors y tantos que tienen "algo" que decir sobre la auténtica pedagogía (y tómese eesto en el sentido más platónico y reaccionario que pueda imaginarse).
ResponderEliminar...la verdad es que cuando lo leí me acorde de vosotros... lo que más me sorprendió fue la fecha:¡1921!... por cierto...¿Quienes eran en esa época los "pedagogos rousseounianos"?... me he quedado con la intriga...
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