jueves, 18 de octubre de 2018

Tres artículos de María José Ragué Arias sobre el Berkeley de la Contracultura. (La Vanguardia Española, 21 de septiembre de 1969, 26 de septiembre de 1969 y 1 de febrero de 1973)


El 44 por ciento de los jóvenes norteamericanos estudia en universidades
El centro de Berkeley
Estados Unidos es actualmente el país económicamente más poderoso del mundo; su renta nacional equivale al doble de la de los países del Mercado Común y Gran Bretaña juntos y a una tercera parte de la renta nacional de los restantes países del mundo, mientras que su población y su área geográficas representan, respectivamente, sólo el 6% y el 7% de las mundiales. Esta afirmación no es sólo válida a efectos estáticos, sino dinámicamente y en términos relativos; es decir, la distancia económica entre Estados Unidos y el resto de los países tiende a aumentar con el tiempo. Este fenómeno ha sido comentado repetidamente y una de sus más claras y documentadas exposiciones se halla en «El desafío americano», aunque en él se llegue a conclusiones equivocadas. Las causas que originan esta situación son más complejas y difíciles de explicar, pero parece cierto que una de ellas es la capacidad de organización de los americanos, su aptitud para el trabajo en equipo, su flexibilidad, su descentralización, su eficiencia y lo expeditivos que son en la toma de decisiones. Probablemente la causa última del período económico de la capacidad de organización de Estados Unidos es la enorme importancia de la Universidad.
2.252 Universidades
En Estados Unidos hay 2.252 Universidades en las que estudian una tercera parte de los universitarios del mundo, En 1966, un 44% de la población estadounidense entre 20 y 24 años estudiaba en la Universidad, y Estados Unidos gastaba 39.000 millones de dólares en educación. Las Universidades más importantes eran, y siguen siendo, Berkeley, Stanford, Harvard, M.I.T. (Massachussets Institut of Technology), Yale y Princeton. La mayor de estas es la de Berkeley, que tiene actualmente 27.500 estudiantes, 1.583 profesores y cerca de 5.000 ayudantes.
El campus de la Universidad de Berkeley es un enorme parque situado en las laderas de las colinas que miran a poniente sobre la bahía de San Francisco, atravesada por el Baybridge, puente que une San Francisco con Oakland y Berkeley. En este parque de césped, árboles y jardines donde los estudiantes pasean, discuten, tocan la guitarra o toman el sol, hay unos 65 edificios en donde están establecidos los 70 departamentos de la Universidad, 4 restaurantes universitarios, la ASUC (asociación de estudiantes), 2 teatros, un museo, la biblioteca general y otras 14 bibliotecas especializadas, las agencias de empleo para universitarios, los' Campos de deportes y, presidiendo el campus, el horrendo «campanile» que el ascensorista compara sin rubor a la torre de Pisa, la torre Eiffel y otras torres famosas.
Sistema docente
Entre los 70 departamentos se dan 5.000 cursos diferentes; entre estos cursos, los estudiantes pueden elegir libremente las asignaturas que cuentan para su licenciatura si su tutor aprueba la elección. El sistema de enseñanza se organiza por trimestres y en cada trimestre se celebran tres o cuatro cursos; cada curso (o asignatura) vale por un cierto número de puntos que oscilan de 2 a 6; el conseguir una graduación o una licenciatura depende del número de puntos acumulado. Hay tres grados distintos que alcanzar en cada especialidad. El B. A. (Bachelor in Arts), requiere cuatro años de Universidad; en los dos primeros, las asignaturas pueden escogerse libremente y pueden aplicarse a casi todas las especialidades, en el tercer y cuarto año, ya se ha escogido un campo determinado en el que se obtiene el B. A. Después del B. A., con normalmente dos años más de estudios, se puede obtener el grado de Master o M. A. (Master in Arts), de la misma especialidad o de cualquier otra que guarde una cierta relación con los estudios de B. A. El grado máximo es el doctorado o Ph. D. (Philosophy Doctor), que puede hacerse en la misma especialidad del Master o en otra rama relacionada; para el doctorado se requieren dos años más de universidad, pasar unos exámenes generales y la presentación de una tesis doctoral. Los exámenes de doctorado y a veces un examen para Master, son los únicos exámenes generales que se efectúan en la universidad; los demás son sólo exámenes de asignatura trimestrales y no de todas, ya que en la mayoría de asignaturas se valora al alumno por su trabajo de clase o por la presentación de un trabajo de investigación, en lugar de hacerlo mediante un examen. Excepto en los dos primeros años de universidad, o en algunas asignaturas comunes a muchos departamentos, las clases son de 10 a 20 alumnos; en ellas se establece una colaboración entre profesor y alumnos que permite a los alumnos sugerir, y a veces incluso escoger, las materias a tratar en el curso y la distinción profesor-alumno se basa únicamente en el mayor conocimiento del profesor sobre la materia a tratar.
Actividades de los estudiantes
A parte de las clases, los estudiantes desarrollan múltiples actividades dentro del campus universitario en el que prácticamente viven. Su ágora es Sproul Plaza. Sproul Plaza es un espacio abierto situado entre Telegraph Avenue (la calle de mayor vitalidad de Berkeley, donde populan también los hippies), Sather Gate (uno de los pasos más transitados del campus), los restaurantes y la asociación de estudiantes, y el siniestro edificio de la administración que da nombre a la plaza: Sproul Hall. Sproul Hall es la manifestación más viva de la actividad estudiantil; de 8.a 9 de la mañana, los estudiantes la cruzan apresuradamente deteniéndose sólo a recoger el «Daily Californian», periódico universitario que se distribuye gratuitamente; de 11 a 2 es el ágora donde se distribuye todo tipo de propaganda, donde se organizan manifestaciones o donde charlan los estudiantes mientras van y vienen de los restaurantes y del ASUC, donde hay librerías, salas de actos y de exposiciones, taquillas de localidades y salas de estar; por las tardes, Sproul Plaza adquiere un carácter apacible, algunos estudiantes sentados en las escaleras del ASUC o de Sproul Hall, tocan instrumentos, los niños pequeños, probablemente hijos de estudiantes, juegan; algunos estudiantes pasean tranquilamente camino de su casa Pero la vida de esta zona del campus de Berkeley no termina aún, porque casi todas las noches, los estudiantes organizan sesiones de cine, de teatro, conciertos, conferencias, reuniones o fiestas en las aulas magnas de algunas Facultades. Y es que el campus de la Universidad de Berkeley constituye en sí mismo un mundo que unido en estrecha comunidad al de los hippies de Telegraph Avenue, constituye una isla en el sistema de vida americano, una isla en la que muchos jóvenes de Estados Unidos querrían vivir.
María-José RAGUE ARIAS
La Vanguardia Española, 21 de septiembre de 1969, p. 48

Berkeley: los «hippies» de Telegraph Avenue
La función de la Razón, es promover el arte de la Vida.
(Whitehead)
Uno de los elementos básicos que dan a Berkeley su carácter de ciudad abierta a cualquier posibilidad de cambio es la importante afluencia de «hippies» que ocupan las proximidades del campus universitario y principalmente la zona de Telegraph Avenue, en sus 500 metros más próximos a Sather Gate, la entrada principal del campus. En este tramo, Telegraph Avenue se llena de grandes librerías, casas de discos, de objetos de importación orientales, tiendas de modas, de trajes y objetos antiguos, comestibles, restaurantes baratos y cafés.
Descubrimiento de los cafés
Los cafés, tan normales para nosotros, son algo muy especial y nuevo en Estados Unidos, en donde se ven sustituidos por los «snack-bars», más apropiados para la vida apresurada norteamericana que impide disfrutar do la tranquilidad necesaria para sentarse a tomar un café y charlar con los amigos, pero por ser precisamente ese ritmo de vida agitado una de las cosas que los «hippies» quieren evitar, en Telegraph hay dos cafés al estilo mediterráneo, el «Forum Expresso» y el «Mediterranean», dos cafés que con al movimiento «hippie», lo que «Les deux Magots» y el «Café de Flore» fueron al existencialismo. En estos cafés se mezclan a todas horas los tipos humanos más diversos, desde el «straight» (terminología «hippie» para indicar a los individuos con chaqueta y corbata) al extravagante vestido a la federica, o la chica con vestido de malla transparente y sin ropa interior, pasando por el estudiante y el «drop out» (estudiante que ha abandonado sus estudios): en el «Forum» o en el «Med», contrariamente a las formas típicas de comportamiento americano, se habla con desconocidos, de toda clase de cosas antiguas que los «hippies» utilizan en su ansia de inconvencionalismo y desmasificación. Enfrente, «Moe’s», una enorme y destartalada librería en donde se puede encontrar casi todo libro o revista, nuevo o usado, discos usados, posters, periódicos, postales, y donde uno puede pasar largos ratos sentado en el suelo leyendo o escuchando música: los «hippies» y estudiantes usan la puerta y la fachada de «Moe’s» como pancarta de anuncios más o menos originales en magia y ocultismo, y en cuyo sótano se puede aprender a tirar las cartas del Tarot o a usar el «Ching».
¿Les sobra algún duro?
En las aceras, vendedores de flores, de periódicos, de velas de cera perfumadas, de collares de cuentas, música de banjo y de guitarra, grupos de gente parada, hablando, tomando el sol, fumando; si el que pasa por la calle tiene aspecto «straight», le piden: «Do you have a square dime?» (¿le sobra algún duro?), si parece «de Berkeley», si tiene un estilo «casual», no va muy arreglado y lleva pelo largo, le susurran «acid, grass» (ácido, hierba), sinónimos de LSD y marihuana: para quien llega a Berkeley, esta sugerencia le da a entender que se ha integrado ya en el ambiente, este ambiente berkeliano que es quizá el único «melting pot» (crisol de razas) auténtico de Estados Unidos. En Telegraph Avenue se mezclan todas las características «hippies»: e1 ansia de tranquilidad que contra el frenesí americano pone al «hippy» «doing his thing» (haciendo lo suyo) tranquila y apaciblemente; el gusto por lo extravagante en oposición al gregarismo de traje gris y corbata a rayas, el misticismo oriental que les induce a amar a todas las cosas con un deseo de integrarse en la naturaleza con la convicción de que todo cuanto está o ocurre en ella es bueno por el mero hecho de estar u ocurrir; y el uso de productos que expanden la mente («blow the mind») y agudizan los sentidos, poniéndoles «high» (alto), término «hippie» contrario al término americano «down» (bajo), que indica un estado de depresión demasiado frecuente en el americano medio. Y es que los «hippies» son un fruto de la sociedad americana que se ha salido del sistema de consumo e intenta luchar contra él. Quevedo abrió un ciclo al decir: «poderoso caballero es Don Dinero», pero la época del «tiempo es oro» debería haberse acabado en un país en donde la renta per cápita cubre sobradamente las necesidades de sus habitantes, pero en donde el engranaje de consumo ha convertido a los hombres en máquinas desintegradas por la especialización que les divide en personas de trabajo, de hogar y de esparcimiento, provocando en ellos tensiones que les impiden disfrutar de una vida feliz en la que sea compatible el trabajo con el placer de crear y con !a verdadera vida familiar. Por esto, los Beatles, representantes de la juventud y precursores de los «hippies», cantan «I don't care too much for money, money can't buy me love» (no me importa demasiado el dinero, con dinero no puedo comprar amor): por eso las mujeres «hippies», cansadas ya de ser un objeto a quien el hombre adorna para poseer algo bello, han dejado de maquillarse y de usar sostén, prenda que ven como un símbolo de la opresión femenina: por esto los «hippies», al luchar contra el lema favorito americano «white, clean and dry» (blanco, limpio y seco), se niegan a preocuparse por la limpieza, por eso los «hippies», al intentar vivir una vida integrada, quieren vivir en el campo, donde hay más espacio para la diversidad y la creación que dentro de la masa urbana homogeneizada de la sociedad occidental, y en donde puede producirle un retorno a la Naturaleza y las relaciones primarias del hombre con el mundo que le rodea.
Comunidades «hippies»
Los «hippies» quieren organizar comunidades de familias dedicadas a la agricultura, a la artesanía y al arte, pero no al arte considerado como cosa aparte, que se contempla, sino como algo integrado en la vida, en una vida que es como una obra de arte, porque la felicidad la da el gozo de crear, que es amor. Haciendo de la vida una obra de arte, los «hippies» quieren vivir cada instante de su vida dándole un carácter de ritual, porque lo que importa no es ese algo que hay que conseguir en el futuro, como el americano medio quiere conseguir un bienestar económico para un retiro a los 65 años, sino la felicidad que produce cualquier acción cotidiana ejecutada como acto ritual de creación y de amor. Ese ideal no es solamente «hippie»; «hippie» es un término convencional utilizado para denominar un amplio sector de la juventud: los «hippies» nacieron como «flower children» en San Francisco, en el verano de 1964, y celebraron su funeral simbólico en octubre de 1967; a los jóvenes de Telegraph Avenue que aún no han conseguido la vida comunitaria en el campo a la que muchos aspiran, no les gusta que les llamen «hippies» y les molesta que les pregunten lo que son; no les gusta que les distingan o clasifiquen; no te definen, sólo dicen: «Estoy aquí».
María-José RAGUE ARIAS
La Vanguardia Española, 26 de septiembre de 1969, p.40

La evolución, significado y situación actual de Berkeley
«Berkeley no es sólo una universidad. Berkeley es un modo de pensar y de vivir».
El significado de Berkeley como modo de pensar íntimamente conectado con el movimiento cultural de los hippies, tiene sus orígenes en el movimiento «beat» aparecido en el barrio de North-Beach, de San Francisco, en los años 50, y formado alrededor de Ferlinghetti. Corso, Ginsberg, Kerouac, Lamantia, Meltzner... En 1955, Ginsberg publicó «Howl», un aullido de dolor ante el monstruo de la civilización que nos devora. Ferlinghetti nos habla de los poderes de la Imaginación. La historia de Berkeley podría decirse que comienza en 1964 con el FSM (Movimiento pro-libertad de expresión en público) en el que Mario Savio actuó como líder y Joan Baez como musa de las «sentadas». Finalmente, en 1965, en el barrio de Haight-Ashbury, de San Francisco, nace el movimiento hippy que alcanza sus momentos culminantes en el verano de 1967. El movimiento «beat», el Free Speech Movement, y el nacimiento de los hippies, son los tres pilares sobre los que se apoya la vida extra-académica de Berkeley, vida extra-académica que a su vez se apoya en el hecho de existir en Berkeley una importantísima universidad que aglomera un enorme número de los jóvenes académicamente más brillantes de Estados Unidos.
La época más significativa.
La época más significativa de Berkeley es la transcurrida entre el otoño de 1968 y la primavera de 1970, la Universidad de California en Berkeley es, en estos momentos, la mejor universidad americana en su conjunto y en ella estudian 28.000 estudiantes y enseñan 5.000 profesores adjuntos y casi 21.000 catedráticos, 14 de los cuales son premios Nobel. Alrededor de la universidad, en la zona de Telegraph Avenue, se reúne la gente que ya ha dejado Haight-Ashbury, la gente que sigue buscando un nuevo estilo de vida más humano del que depara la civilización tradicional. En Sproul Plaza, el ágora de la universidad, al final de Telegraph Avenue, hay todos los días «rallies» públicos, conciertos de música pop, teatro radical, tenderetes de grupos radicales: Panteras Negras, Panteras Blancas, Frente de Liberación del Tercer Mundo, Frente de Liberación de la Mujer, Frente de Liberación de Homosexuales, Asociación de Estudiantes Radicales, Asociación de Estudiantes Pro-Sociedad Demócrata, Iglesia Libre... Es el momento de mayor número y poder de los grupos radicales. Entre la primavera de 1968 y la de 1969, se producen tres hechos clave para el desarrollo de la nueva cultura. En mayo de 1969, los estudiantes y la comunidad de Telegraph Avenue convierten un solar sucio y abandonado en un parque público al que llaman People’s Park, parque de la comunidad. Sin embargo, el solar pertenecía a la universidad y la policía protegió esta propiedad invadiendo el parque y rodeándolo de una alambrada metálica. En las manifestaciones producidas a consecuencia de este incidente, murió accidentalmente de un disparo al aire James Rector, que se hallaba encaramado en un tejado. Un hecho histórico más alentador fueron los conciertos de Woodstock y Altamont, a los que asistieron 400.000 y 300.000 personas, respectivamente. El concierto de Woodstock, que duró tres días sin interrupción, se dice que representó la autoafirmación de la nueva cultura. El otro hecho histórico de tal año fueron las manifestaciones originadas por la invasión de Camboya, en las que murieron cuatro estudiantes de la universidad de Kent y que provocó la paralización de las clases durante más de un mes.
En otoño de 1970 se cree que ha llegado el principio del fin, los grupos más radicales son aniquilados y hay una inhibición política casi absoluta, los conciertos de música pop se comercializan y pierden su significado cultural, se empiezan a usar drogas peligrosas y que causan hábito, como la heroína y la cocaína, la universidad de Berkeley pierde, además, bastantes lugares en la clasificación entre las universidades americanas...
Sin embargo, ahora que acabo de llegar de Berkeley, tengo la sensación de que es el bello fruto de una época activista y explosiva a la que naturalmente ha sucedido un periodo de sedimentación y estabilización, una época más serena, de menos manifestaciones externas, pero de consolidación interna... de cambio real producido en el interior de los individuos, en su concepción del mundo, en sus aspiraciones y su escala de valores, en su modo de pensar y de vivir.
Consecuciones materiales
El poder de los grupos radicales ha disminuido y la inhibición política es evidente y se ha demostrado en las últimas elecciones. Sin embargo, los grupos culturalmente más revolucionarios, el Gay Liberation Front, y el Women's Liberation Front, han adquirido mucha más importancia, trascendencia y difusión. De ambos existen cantidad y sub-grupos y publicaciones, ambos disponen de bastantes instituciones propias, ambos han obtenido ya pequeñas reivindicaciones... Por otra parte, la nueva cultura ha conseguido, a nivel práctico e inmediato, una serie de instituciones propias que les permiten funcionar al margen del sistema establecido. Tienen, por ejemplo, algunas instituciones sanitarias gratuitas que proporcionan cuidados para todo tipo de enfermedades, problemas psicológicos o psiquiátricos, y que incluyen incluso centros de rehabilitación para toxicómanos y centros de control de natalidad, tienen también organizado un pequeño sistema de asistencia legal gratuita, existe la Food Cospiracy, institución que se encarga de evitar los intermediarios de productos alimenticios, abaratándolos en gran medida, tienen —aunque insuficientes— guarderías infantiles permanentes y gratuitas, tienen una pequeña red de alojamiento y otra de comida gratuitos, tiene una Universidad Libre y una Universidad Sin Muros, en la que cualquier persona puede ofrecer todo tipo de curso si obtienen un mínimo de 10 alumnos interesados en el mismo; disponen de un cuerpo de lampistas, fontaneros, carpinteros, albañiles. etc. que por no estar sujetos a regulaciones oficiales ofrecen sus servicios a mucho menos del precio usual, existe la Rent Control, que intenta evitar las subidas desmesuradas de alquileres, y tienen finalmente un sistema de información casi perfecto que incluye desde numerosos periódicos y revistas hasta un libro de 130 págs. llamado «Las páginas amarillas de la gente», equivalente a la sección profesional de la guía telefónica, pasando por varios servicios telefónicos de información permanente, una emisora de radio y varios programas de televisión. Además del incremento de instituciones autónomas contraculturales. se ha producido un nacimiento de modos de vida alternativos, ya iniciado hace muchos años en el barrio de casas-embarcación en Sausalito, al otro lado de la bahía, y continuada ahora, además de en las comunidades rurales, con la organización de pequeñas comunidades urbanas de 50 a 100 personas que viven en viejos almacenes que ellos mismos, al gusto de cada cual en los espacios privados, han habilitado y medianamente acondicionado, convirtiéndolos en viviendas caóticas, pero alegres, divertidas y personales.
La sedimentación
Se ha producido, pues, una sedimentación en la misma esencia del individuo y en su mayor búsqueda de cambios internos que de cambios externos. De ahí una enorme búsqueda interior encaminada al «desarrollo espiritual», al aumento del grado de consciencia y a ampliar la percepción... a estar «alto», y ya no tanto con la ayuda de sustancias alucinógenas, sino más bien con la de las técnicas orientales de concentración y meditación y con la de las ciencias esotéricas.
El sistema científico occidental, basado en la razón, no responde a las cuestiones vitales básicas, y por esto la gente joven se interesa por la astrología, las ciencias ocultas, la magia, las religiones orientales y el misticismo.
El activismo político casi ha desaparecido en Berkeley, pero el movimiento cultural surgido hacia 1965 parece seguir estando ahí, en una sedimentación serena de una época explosiva ya pasada, que algunos de los jóvenes de Berkeley añoran.
Haight-Ashbury, una vez transcurrida su época de esplendor, quedó convertido en un barrio pobre y sin vida, Berkeley, después del periodo 68-70, sigue conservando su mismo aspecto físico, vivo y lleno de colorido y formas nuevas, y aunque acuse una disminución de actividad, parece seguir siendo el foco más importante de la nueva cultura y de los estilos de vida alternativos.

María-José RAGUE ARIAS
La Vanguardia Española, 1 de febrero de 1973, p. 47

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