jueves, 8 de mayo de 2008

Sin comentarios

BERMAN: En cierta ocasión—creo que fue en 1948—, bailé con Molotov.
ENTREVISTADOR:
¿Quiere decir con la señora Molotov?
BERMAN:
No, ella no estaba allí; la habían mandado a un campo de trabajo. Bailé con Molotov—debió de ser un vals, o en cualquier caso algo sencillo, pues a mí se me da muy mal el baile—; me limitaba a mover los pies más o menos según el ritmo.
ENTREVISTADOR:
¿Hizo usted de mujer?
BERMAN:
Molotov era el que llevaba. Yo no habría sabido. Por cierto, él no bailaba tampoco muy bien, y yo trataba sólo de no perder su ritmo; pero a mí aquello me pareció más una pantomima que un baile.
ENTREVISTADOR:
¿Y qué me dice de Stalin? ¿Con quién bailó?
BERMAN:
Ah, no. Stalin no bailó. Stalin estuvo donde el gramófono. Parecía como si hubiera estado obligado. No lo dejó en ningún momento. Ponía un disco, y miraba.
ENTREVISTADOR:
¿Lo miró a usted?
BERMAN:
Sí, nos miró mientras bailábamos.
ENTREVISTADOR:
Y qué, ¿lo pasó usted bien?
BERMAN:
Bueno, no lo pasé mal; aunque, eso sí, estuve algo tenso.
ENTREVISTADOR:
O sea que... en el fondo no lo pasó muy bien.
BERMAN: El que se lo pasó pipa fue Stalin.

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