La esencia de lo político
[Introducción]
[La noción de esencia] Para comenzar,
quiero precisar la noción de esencia que no es una noción abstracta. Lo que
comprendo por esencia y más precisamente, esencia de lo político, es la
política que siempre se practicó desde que hubo historia. Es decir, la política
que se encontraba bajo formas rudimentarias en los antiguos países africanos o
que se encuentra bajo una forma desarrollada en los países de hoy. Por consiguiente,
la esencia no está fuera de la experiencia, por el contrario, la esencia busca
las constantes en todas las experiencias que tenemos en la historia de la vida
política. La humanidad siempre estuvo dividida en unidades políticas
particulares; por experiencia no conocemos un Estado universal que incluya el conjunto
del globo y por lo tanto, es a partir de esa experiencia puramente histórica
que quisiera hacerles comprender las condiciones de toda vida política.
[Metodología] Pero al mismo tiempo hay
que plantear desde el principio un problema de metodología: no comparar más que lo que es comparable.
En las ciencias de hoy, sobre todo en los campos de la sociología, la politología
y la economía, caemos en una confusión que molesta al rigor científico. Comparamos
por ejemplo, el socialismo con el liberalismo y el error reside en la forma en
que hacemos la comparación pues se opone el ideal socialista al real-liberal.
Esta comparación es falsa, o bien se compara el ideal con el ideal, o bien lo
real con lo real. Lo ideal del liberalismo es tan valioso como el ideal del
socialismo y por otra parte, el socialismo realmente practicado es tan débil
desde algunos puntos de vista como el liberalismo practicado. Hay un punto
esencial para tomar en cuenta: todos los socialistas que han llegado al poder,
sin excepción alguna, terminaron en un despotismo. Si se nos presenta el
socialismo ideal, estoy de acuerdo, pero que no se lo oponga al liberalismo
real. Hay que comparar la práctica liberal con la práctica socialista. Esto es
lo que llamo comparar lo que es
comparable.
[Maquiavelismo] Quisiera agregar un
segundo punto. Reflexionemos sobre el maquiavelismo. El maquiaveliano es el
hombre que analiza lo político tal cual es, con todas las prácticas que
condenamos y son maquiavélicas. Maquiavelo nunca fue un maquiavélico, pues si lo
hubiera sido no hubiera escrito su trabajo sobre El Príncipe, hubiera escrito un trabajo de moral política.
Maquiavelo puso en evidencia un precepto fundamental del maquiavelismo: en política hay que hacer creer, o sea,
hay que tratar de engañar a la gente sin que ésta se dé cuenta de que es
engañada; ésta es la esencia del "hacer
creer".
Estos
son los principios básicos para comprender lo que llamo la esencia de lo político.
[La esencia de lo político visto desde
tres puntos de vista]
Analizaré
esta esencia desde tres puntos de
vista:
1) Dato
2) Presupuestos
3) Finalidad de lo político
1)
Por
dato, entiendo al fenómeno humano
perpetuo que hace que haya una
política, ya que toda sociedad debe organizarse y como consecuencia de esta
organización surge lo político. Del ámbito económico surge otro dato: somos
seres de necesidad; también del religioso: morimos todos, por lo tanto este
dato debe responder a dos condiciones:
a)
Es y debe estar en la naturaleza humana,
en todos los órdenes. No es exacto afirmar que la sociedad sea un hecho natural
pero el hombre vive naturalmente en sociedad. La naturaleza humana hace que
ningún ser humano se haya creado a sí mismo; es el fruto de una pareja, es
decir, el principio esencial de una sociedad. Si el hombre se pudiera crear a
sí mismo, podría prescindir de ella, pero como no se crea a sí mismo, es
natural que viva en una sociedad.
b)
Este dato es insuperable, lo que
quiere decir, que no se modifica con el espacio o el tiempo. Este dato se
encuentra ya en las sociedades de antaño y aún en las sociedades de hoy. Todas
esas sociedades debieron organizarse con formas rudimentarias de costumbres que
hoy constituyen formas más desarrolladas de la ley. Es por eso que el hombre es
por esencia un ser político, y desde ese punto de vista, me opongo a la idea
marxista de la posible superación de lo político. Marx nos enseña que se puede
contribuir a la decadencia del Estado pero el error que comete es confundir
estado y política. Es posible que el estado pueda ser superado, ya que el
estado es una creación de principios del Renacimiento, pero la decadencia
posible del estado no significa la decadencia de la política. Aún si el estado
debe decaer, la política subsistirá bajo otra forma distinta de la estatal.
Es
en ese sentido que creo que la sociedad es el dato fundamental de lo político.
2) Presupuestos de lo político [(de orden,
de opinión, de lo público)] son las
condiciones mismas del ejercicio de la actividad política. Si una faltara
de las tres condiciones, no tendremos una verdadera política pues la sociedad
en sí misma no es nada. No puede coexistir porque incluye instituciones como la
familia, la justicia, la división del trabajo, reglas, costumbres o leyes. Una
sociedad no tiene sentido si no está organizada, poco importa que la
organización sea rudimentaria o completa.
a) [Noción
de orden] Pero ¿qué quiere decir "sociedad
organizada"?: sociedad que se desarrolla según un cierto orden. Querer
hacer otra política, es querer instituir otro orden. Se puede derrocar un
régimen tiránico por un régimen democrático, pero en los dos casos hay un
problema de orden, siendo el orden la expresión misma de la voluntad de
organizar. Se puede, desde ese punto de vista, ser izquierdista, reaccionario,
conservador o socialista. En todos los casos se quiere instituir un orden, y
vemos entonces que el primer presupuesto es el orden; la política es la
actividad instauradora de un orden. Pero ¿cómo se instaura un orden? De la
misma manera que como se lo conserva, es decir, por una voluntad política. El
orden no se instaura por sí mismo, es el resultado de la voluntad que él
establece. Cuando Lenin tomó el poder en 1917, puso fin al orden zarista para
instituir al orden comunista, es decir, sustituyó un orden por otro. Si nos
referimos al tema de la propiedad (privada y colectiva, las dos forman un
orden), Lenin instituyó una propiedad colectiva por su voluntad y si otro
hubiera triunfado en 1917, por ejemplo los mencheviques, tendríamos ahora, en
Rusia, la propiedad privada. El error que se comete es creer que la propiedad
colectiva será el resultado de un desarrollo lógico de la economía. No es
exacto, o bien se elige el sistema colectivo o el privado. No excluyo que
mañana América pueda pasar bajo el régimen de propiedad colectiva, pero será
por una voluntad política y no por un desarrollo interno de la economía. Lo
comprobamos con Lenin; cuando en 1919 se dio cuenta que su sistema de propiedad
colectiva no era válido, al contrario, debilitaba a Rusia, e instituyó la nueva
economía política que daba lugar a la propiedad privada. Fue con la llegada de
Stalin al poder, que por voluntad política se suprimió esta nueva economía.
Ø [Noción
de ley] Para comprender la noción de orden, es necesario considerar que no hay
orden sin regla. Una regla se define por un permiso y una prohibición. Si todo
está permitido, no hacen falta reglas; es porque se prohíbe algo que hay un
orden y una regla. Hoy la noción de prohibido está mal vista pues se quieren
hacer leyes permisibles; es importante llamar la atención sobre este hecho pues
cuando se legisla sobre el permiso, se llega a la dictadura. En efecto, en un
sistema como el de Rusia Soviética, se legisla sobre el permiso y todo lo demás
está prohibido, en cambio, en los sistemas occidentales se legisle sobre lo
prohibido y todo el resto está permitido. La diferencia es enorme y en ella
reside la condición misma de la libertad.
Ø [Noción
de jerarquía] El segundo aspecto de la noción de orden es que éste está fundado
sobre la noción de comando y obediencia, es decir, sobre la jerarquía. Comandar
es imponer un signo y el comando es del orden del signo. Solamente la
obediencia es acto, al comando no es nunca acto, indica intenciones. Por
ejemplo, un general que comanda indica intenciones y son los soldados que
obedecen, los que hacen el cumplimiento del acto militar. Pero, porque la
obediencia es acto, no tiene sentido más que por la desobediencia posible y si
no hay posibilidades de desobediencia, la obediencia se vuelve inútil. Es en la
medida en que queda la posibilidad de desobedecer, que la obediencia toma toda
su significación. El régimen tiránico es precisamente el que no acepta más la
posibilidad de una desobediencia. Esto es en cuanto al primer presupuesto; al
segundo concierne la noción de opresión.
b) [Noción
de opinión] Dado que el orden del que acabo de hablar es el resultado de
reglas y leyes, el orden no es natural pero es convencional, o sea, establecido
por voluntad humana. El problema que explica el fenómeno de la revolución, es
que si el orden es convencional, quiere decir que fue hecho por el hombre. Los
revolucionarios dicen: ya que fue hecho por el hombre, puede disolverse e
imponer otro. Este es el principio mismo de todo sistema revolucionario: sí se
puede reformar el orden, éste no es una necesidad natural ya que se pueden
concebir órdenes diferentes que dependen de funciones diferentes de los hombres.
En
este nivel de opinión intervienen las creencias morales o ideológicas, según se
estime que un orden es más justo que otro, que debe tener más autoridad o más
igualdad, que la mayoría debe participar en el orden o que una minoría debe
decidir. De esta manera, enseguida captamos la importancia de la opinión en la
instauración del orden.
Hay
que examinar en forma más precisa el papel de la opinión en la política. Es en
virtud de la opinión que una sociedad por sí misma, acepta ser esa sociedad y
no otra. Es porque ustedes argentinos aceptan ser argentinos que tienen su
status particular de argentinos, y porque los franceses quieren ser franceses
que tienen ese status particular francés y un orden diferente al de los
argentinos. Pero eso depende de la opinión general de unos y otros y según las
opiniones, se puede estar por un ordenamiento en general y no por un orden
francés, alemán o italiano.
Donde
hay una opinión, hay necesariamente otras múltiples opiniones. Una opinión
única no existe. Ese es el error de les ideologías, queremos hacer creer (en el
sentido en que hablé de Maquiavelo) que hay una sola opinión y que sólo ésa es
la cierta.
Es
también a causa de la opinión que en una colectividad política determinada, se
da un régimen constitucional diferente del régimen de otro país, siendo que en
función de la opinión, en un régimen se entrevé de cierta forma la relación
comando-obediencia y en otro régimen, en función de la opinión, se tiene otra idea
de la misma relación. Pero, cualquiera sea el régimen, todos tienen una
policía, todos tienen un ejército y sobre ese punto ningún país puede hacer
saber más que otro. Hay constantes y las instituciones no son más que opiniones
materializadas.
Vimos
que la noción de orden, el primer presupuesto, descansaba en el comando y la
obediencia. La noción de opinión, segundo presupuesto, descansa en la
distinción de lo privado y lo público. Esta distinción no es jurídica ni
económica, sino política. Es decir, en virtud de la opinión política del poder,
lo que concierne a lo público será más importante que lo privado o viceversa.
Conocemos sistemas, por ejemplo, bajo la República Romana la esfera de lo
privado era mucho más importante que la de lo público. En nuestros días,
asistimos a lo contrario, queremos aumentar la esfera de lo público y disminuir
la esfera de lo privado, hasta caer en el totalitarismo, que no es otra cosa,
que el proyecto de supresión de la esfera de lo privado para no dejar más que
la esfera de lo público, de forma que el individuo, el encontrarse solo frente
a esa masa que constituye lo público, habrá perdido toda posibilidad.
Lo
importante en una comunidad política es saber reconocer un lugar a lo privado
-que es un intermediario-, una especie de nexo entre el individuo y lo público.
La esfera de lo privado, es cierto, es la esfera de los conflictos, pero
también de les negociaciones. Cuando se suprime la esfera de lo privado, no hay
más conflictos pero tampoco negociaciones; por ejemplo: Rusia Soviética; allí
no se negocia, los sindicatos y la prensa están pagados por el gobierno; no hay
más que lo público; los pobres individuos están aplastados y si algún día se rebelan,
se los manda a un "gulag".
Entonces, es importante remarcar la importancia desde el punto de vista
sociológico y político, de esta relación entre lo privado y lo público:
aceptamos lo privado y tenemos posibilidades de ser libres, o eliminamos lo
privado y seremos llevados a la servidumbre de un poder tiránico.
c) [Noción
de lo público] Desde el momento en que hay diversidad de opiniones, éstas
entran en oposición y la oposición se puede desarrollar en lucha. Esta lucha
puede mostrarse bajo dos aspectos:
Ø Para
este primer aspecto, he creado el término agonal
que proviene del griego agon, es
decir, la oposición del adversario que respete una misma regla de juego. Por
ejemplo, dentro de un sistema constitucional dado.
Ø Al
segundo aspecto lo llamo polemológico,
es decir, los adversarios se vuelven enemigos y no tienen las mismas reglas de
juego, pues adonde llegan los enemigos hay que triunfar. No es, por lo tanto,
con las reglas de juego con las que se triunfe, salvo cuando se juega al fútbol
o al rugby.
Hay
un fenómeno de lucha que aparece en toda actividad política y es gracias a él
que vamos a comprender la noción de estado. Antes del Estado, o sea, antes del
Renacimiento, una unidad política como la ciudad griega o la República Romana
aceptaba una violencia privada. Es así que el "pater familias" tenía derecho de vida y de muerte sobre sus
hijos o sobre sus esclavos. La característica del estado moderno es suprimir la
violencia privada y no aceptar como legítimo más que el monopolio de la
violencia pública. Es decir, sólo el estado tiene derecho a usar la violencia.
Es característica del Estado Moderno, la eliminación del enemigo privado para
no reconocer más que el enemigo exterior, es decir otro estado.
Hay
que reconocerlo, el genio de Marx consistió en reintroducir el enemigo
interior, pero no un enemigo particular sino uno universal bajo la forma de la
lucha de clases. El juego del marxismo propone un enemigo exterior y también,
un enemigo interior. El fenómeno terrorista de nuestros días responde a los
mismos esquemas: reintroducir el enemigo interior en el estado para
desestabilizarlo. De la misma forma que se establece una relación para el orden
entre comando-obediencia, y para la opinión, entre lo privado y lo público,
para el presupuesto de [lo] público existe la relación amigo-enemigo, que fue
puesta en evidencia por Carl Schmitt, un politólogo alemán. Hay que reflexionar
sobre esa noción de amigo-enemigo porque condicione la noción de paz. Entre
amigos no haca falta hacer la paz ya que la amistad es por definición, un estado de paz. Hay que hacer la paz con el enemigo, es decir, con aquél con
quien hacemos la guerra. El error de los pacifismos actuales, por ejemplo los
de Europa -hoy-, es que quieren una paz sin saber con quién hacerla. Hay que
hacer la paz con el enemigo, de forma que la condición de la paz, sea el
reconocimiento del enemigo. Cuando el Gral. De Gaulle, reconoció al enemigo,
que era la organización terrorista, (Frente de Liberación Nacional de Argelia)
casi inmediatamente tuvimos el acuerdo de Evian y con él, la paz. El día en que
el presidente Sadat, en Egipto, reconoció que Israel era su enemigo, yendo a
Jerusalén, se hizo posible la paz, con los acuerdos de Camp David entre Egipto
e Israel.
[3) Fin y medios de la política] Todo objetivo debe ser realizable y no
utópico, fuera de todo espacio y todo tiempo. El objetivo de lo político es
la protección -como lo decía Tomás Hobbes. La protección significa asegurar,
por un lado, la concordia interior en un Estado y por otro lado, la seguridad
exterior con respecto a otros estados; o sea, lo que se llama también el bien
común.
Los
otros fines de la política son falsos fines; el error que cometemos hoy es el
de querer dar a lo político otros fines que el de la protección. Por ejemplo,
la política puede constituirse en el fin de la ciencia o del arte, (realismo
socialista en Rusia Soviética). La protección es un fin mínimo pero hay que
garantizarlo para que las otras actividades humanas como al arte, la ciencia,
la religión, la economía, puedan desarrollarse cada una según su genio propio.
No pertenece a la política cumplir con el fin de la economía, la religión o el
arte. Hay que pedir a la política que alcance su fin político, que quizás sea
un fin mínimo, pero que sirve a otros fines más ideales de la moral y la religión. Cuando la política no alcanza su fin, es entonces que se vuelve
destructora y convierte en serviles a los hombres.
Para
terminar, quisiera plantear el problema de la moral y la política. Personalmente
no acepto la idea de una política moral, porque la idea de una política moral
sirve a la moral y no a la política. Recordemos a Carter o Giscard d'Estaing en
Francia. ¿Cuál es la verdadera relación entre la política y la moral? Rechazo
la política moral pero acepto una moral de la política que consiste en cumplir
el fin de la política y no fines exteriores a ella. Debe un hombre político
cumplir el fin de la protección, como pertenece a un profesor hacer buenos
cursos y a un carpintero hacer buenos muebles, y ésa es la moral de carpintero
o del profesor. Así, hay una moral de lo político, en tanto que al político
debe cumplir su fin político y no otros fines exteriores a su esfera. Esto es lo que llamo esencia de lo político.
***
[DIÁLOGO]
1) ¿Es posible concebir una total o
intervención del estado en lo económico; la economía está o no subordinada a lo
político?
Les
he presentado una esencia de lo político, es decir, he tratado de hacerles comprender
cómo la actividad política es autónoma y específica. Estoy escribiendo un
trabajo sobre la esencia de lo económico para mostrar en que la actividad
económica es autónoma y específica. Es posible y si Dios me da vida, que lo
pueda demostrar con respecto a la religión, al arte o a la ciencia. Entre estas
diversas actividades autónomas y específicas hay solamente relaciones. Ellas puedan
ser amistosas u hostiles. Puede haber una oposición entre política y religión,
política y economía, pero al mismo tiempo, hay relaciones factibles entre
ellas. Así, hay una mediación posible entre la economía y lo político y esta
relación se llama cuestión social; de
la misma forma, que hay una relación mediatriz entre lo político y la moral y
esa mediación se llama derecho, o una
relación de mediación entre lo político y la religión que se llama educación o pedagogía.
Por
consiguiente -en el sistema de pensamiento que trato de elaborar- reconozco
perfectamente la relación entre la economía y lo político.
Cuando
estas dos esencias -política y económica- entran en conflicto se quiere subordinar
una a la otra. Observen el esquema marxista, que es la subordinación de lo
político a la economía y otro esquema, que trata de subordinar la economía a lo
político. La sociedad como tal está hecha de un tejido de esas diversas
relaciones entre lo político, lo económico, el arte, la religión, el derecho, etc.,
pero es fundamental prestar atención al problema de la subordinación de lo
político a lo económico. Quisiera formularles una pregunta que se refiere a una
frase que conocen todos, a un slogan que proclama a la economía como el factor
determinante en último análisis; pero... ¿qué quiere decir un último análisis?
Esta es una pregunta fundamental, en la medida en que el marxismo afirma que es
científico porque lo económico está determinado en último análisis, pero la
ciencia no conoce último análisis. Cuando Einstein desarrolló su teoría de la
relatividad, la solución que trajo se volvió la fuente de nuevos problemas. La
ciencia es una investigación indefinida que vuelve a pensar sus soluciones para
plantear constantemente nuevos problemas y no conoce último análisis. Los que
sostienen el argumento del último análisis, están en el dogmatismo, ya que es
para el dogmatismo que hay un último análisis y no para la ciencia. No es por
nada que en los partidos comunistas, en el ejercicio del poder existe el
dogmatismo, con una línea definida por el partido que rechaza otra opinión. Si
tomamos en cuenta este análisis, se hace evidente el peligro de querer
subordinar una actividad a otra, o lo económico a lo político, o lo político a
la economía. Hay que reconocer las relaciones de mediación que hay entre las
dos y entonces tendremos una sociedad equilibrada. Pero a partir del momento en
que se quiere subordinar una actividad a otra, caemos en un despotismo.
Si
se subordina lo político a la religión -por ejemplo- caemos en un sistema
teocrático, que es un sistema de subordinación, pero que falsifica finalmente
lo político y de contragolpe, lo religioso. Es necesario encontrar entonces, esa
mediación necesaria entre la política y la religión, como entre la economía y la
política y es normal, en esas condiciones, que el estado intervenga en la
economía.
Hay
una primera forma de intervención del Estado: la legislación. Una de las leyes
más extraordinarias ejercidas por lo político para el desarrollo de la economía
es la ley de las sociedades anónimas. El empuje económico de la segunda mitad
del último siglo es atribuida a esta legislación que concierne a la economía.
Hay
una segunda intervención posible. Existen sectores de interés general –p. j. el
transporte, los correos– donde el estado puede instituir monopolio y en ese
caso, también se da una intervención del estado en la economía. Lo que rechazo
es que lo político se subordine a lo económico pues entonces, estamos en un
sistema de despotismo y de servidumbre. Reconozco que hay una intervención necesaria
del Estado, como reconozco que la economía puede intervenir en lo político,
pero éste es un problema de equilibrio social al que no se debe renunciar.
2) ¿Qué entiende por "reconocer
al enemigo"? ¿Qué implica esta idea?
Cuando
dos países se enfrentan en un conflicto, hay sólo dos soluciones: a) uno
triunfa y el otro fracasa -caso que ocurre muy seguido en las guerras- y es el
vencedor quien dicta sus condiciones; b) el reconocimiento del enemigo; cuando
una guerra dura demasiado y ni uno ni otro llega a obtener la victoria, no hay
entonces otra forma de restablecer la paz más que el reconocimiento del
enemigo, es decir, reconocer el derecho a la existencia del enemigo. Mientras
que en la derrota el enemigo depende de las decisiones del vencedor, en el
reconocimiento del enemigo, se reconoce el derecho a su existencia.
3) ¿La teoría del Estado de Hegel es
totalitaria, a su juicio?
No,
porque Hegel es un conservador pero no un totalitario. Pero, ¿qué es un
conservador? Es un creador, pues para conservar hay que crear. El día en que mi
cuerpo no produzca más células, no me conservaré más, me volveré un muerto. Por
lo tanto, conservación y creación están íntimamente ligados. Hegel considera
esa categoría existente entre la creatividad del espíritu y la conservación
material del Estado. Es por eso que no puede ser un totalitario, pues en el
totalitarismo todo está fijado y no se aceptan más ideas nuevas. Se posee la
verdad y no pueden aceptar más creaciones; es en ese sentido que no creo que
Hegel sea un totalitario.
4) Dice usted que en la antigüedad,
la esfera de lo privado prevalecía sobre lo público, mientras en el estado
moderno prevalece lo público sobre lo privado, dos preguntas: a) En las
ciudades de la antigüedad, cuando la madre espartana sacrificaba a su hijo
deforme, ¿no era ése un acto público que indicaba que la esfera de lo privado
era mínima? b) En la moderna política, ¿no tiende a prevalecer lo privado sobre
lo público? Pienso en decisiones de sociedades multinacionales que afectan a
política estatales, ¿no habrán cambiado -tanto las sociedades multinacionales como
los agitadores marxistas- y la política se ha subordinado al plano privado, es
decir, al económico?
Voy
a empezar respondiendo a la última pregunta; quiero hablar de las
multinacionales. La gran paradoja de nuestra época es que, por ejemplo, la
Rusia Soviética que eliminó lo privado y se hace pasar por el estado supremo
del socialismo, introdujo las multinacionales en su sistema. Es en la Rusia
Soviética que las multinacionales tienen muchísimo éxito, sean Fiat, Renault o
firmas americanas. Frente a la economía soviética, la introducción de las
multinacionales es la expresión misma del fracaso de la economía en dicho país.
Tenemos que tomar conciencia de ese fenómeno que la ideología trata de
esconder, de camuflar, y que es el motor mismo de la sociedad moderna: las
multinacionales.
¿Es
que hay una prevalencia de lo público hoy sobre lo privado, por oposición a
Esparta, donde la madre podía eliminar al hijo mal nacido? Eugenesia: estamos
frente a otros eugenismos; el problema del aborto es, por ejemplo, un fenómeno
de eugenismo, pues consiste en afirmar que: "no acepto más que al niño que quiero y no a otro". Uno de los
consejeros económicos de Mitterrand, Jacques Attali, preconiza el eugenismo,
pero no [sólo] sobre los niños sino también sobre personas de cierta edad,
diciendo: "Las personas de sesenta
años deberían desaparecer". Como tengo sesenta años yo tendría que
desaparecer.
Quisiera
participarles de una experiencia que tuve en la Universidad Católica de Lovaina,
en Bélgica. Antes existía sólo una gran universidad de Lovaina y por razones
lingüísticas, esas dos universidades debieron separarse, una, en la antigua
ciudad de Lovaina y la otra, en Lovaina, la nueva. Y Lovaina, la nueva, es una
ciudad que se construyó de la nada, como Brasilia en Brasil. Por mucho tiempo
enseñé sobre invitación en Lovaina y discutí con los estudiantes. Esos
estudiantes me comentaron que esa nueva ciudad sólo estaba habitada por
jóvenes, hasta que finalmente llegó un momento en que no se soportaron y fue
por eso, que después de un año, comenzaron a alquilar cuartos en los pueblos de
los alrededores, para encontrar personas de edad avanzada y así poder
reequilibrarse. Es que en la vida humana hay un verdadero juego entre las
generaciones y no hay que separar los jóvenes de los adultos y de los viejos,
como tampoco hay que separar los viejos de los adultos y de los jóvenes. La
vida debe unir a todas las generaciones para así, lograr un lógico equilibrio,
es por eso que insisto que lo privado tiene que existir en nuestros días,
porque mientras que en lo público se puede hacer esa separación de jóvenes y de
viejos, lo privado es el centro de las negociaciones indispensables en la vida
social,
Pero
no creo que en todos los ámbitos asistamos, en estos días, a la supremacía de
lo público sobre lo privado. En el trabajo que estoy terminando sobre Capitalismo y Socialismo trato de
presentar la idea siguiente: el capitalismo es un sistema económico, pero este
sistema económico tiene dos versiones sociales. La primera versión es la del
"liberalismo" y la segunda
la del "socialismo", lo que
quiere decir que el socialismo no es para nada un sistema económico, es un
sistema social y en países socialistas o en países liberales, los fenómenos
económicos son los mismos. La diferencia es que en un sistema liberal, la
plusvalía está contabilizada a nivel de empresa y la inversión se hace al nivel
de la empresa, mientras que en el sistema socialista, la contabilización de la
plusvalía se hace a nivel nacional según un plan, y la inversión se hace
también a nivel nacional según un plan. Pero los mecanismos económicos por un
lado y por el otro son los mismos, solamente la versión social es diferente.
Esa
versión social significa que el "liberalismo"
mantiene un sistema privado o un sector privado y el socialismo, en cambio,
quiere eliminar todo sector privado. Esta es la diferencia esencial entre
socialismo y liberalismo. No debe confundirse el liberalismo económico, que
acabo de definir, con el liberalismo político; soy partidario de un liberalismo
económico, en cambio tengo algunas dudas en lo relacionado al liberalismo
político por una razón extremadamente simple: en su lógica misma el liberalismo
político quiere eliminar la dualidad o reducirla .al mínimo, pero hace falta
una autoridad para que una sociedad pueda existir, hay que comprender la noción
de autoridad en cuanto a la competencia de su función. Cuando un profesor es
competente en su función de profesor, tiene normalmente autoridad y el profesor
que se vuelve autoritario por falta de competencia, es el que es incapaz de
cumplir su función; cuando se es competente en una función, no se necesita ser
autoritario, porque la autoridad se tiene normalmente: es por eso que creo que
hay que mantener el papel de la autoridad, si no, es la sociedad misma la que
se disgrega.
¿Se
comprende en qué sentido tengo dudas sobre el liberalismo político? Tengo dudas
porque considero que ataca los principios mismos de la autoridad, que es
fundamental en toda sociedad.
5) ¿Cuál es la relación entre la
política y ciencia? ¿Podemos hablar de Ciencia Política?
Quisiera
participarles de una discusión que tuve en Bruselas con [Anatol] Rapoport. Profesor de la
Universidad de Toronto en Canadá. Su tesis consideraba que los políticos hacen
la guerra y los intelectuales y los profesores tienen que hacer la paz. Yo creo
que si se confía a los profesores la misión de hacer la paz, podría fracasar
porque no viven en paz entre ellos.
Doy
esta referencia para situar la respuesta. La ciencia política debe responder, para
ser una ciencia, a las exigencias metodológicas de toda ciencia, pero no
pertenece a los profesores jugar el rol de políticos. El profesor debe hacer
política, es cierto, pero allí donde todo el mundo la hace, en las reuniones
públicas, en la calle, si hace falta, en el diario, pero no en una sala de cultos; pues en una sala de cultos tiene que desempeñar su papel de profesor y no el de político. Como soy
especialista en ciencia política, lo que traté de hacer es una reflexión de
investigador sobre la esencia de lo político. No los comprometo a adherir a tal
o cual partido lo que no quiere decir que la ciencia política esté
absolutamente separada de la política y pienso que el hombre político no es un
político "de perfil bajo".
Considero que cuando defino la noción de "amigo-enemigo", aporto al hombre político una reflexión
sólida, pero es él quien debe poner mis teorías en funcionamiento. Mi acción es la de
un universitario y me reconozco totalmente en ella, por lo tanto no quiero
incurrir en errores porque corro el riesgo de transformar la ciencia política
en doctrina política y olvidarme de mi función específica de profesor para
convertirme en un mal político.
6) En el Tratado de Camp David hay
relación amigo-enemigo. ¿Qué papel juega para usted Estados Unidos, terciando
en esa relación? El ejemplo por usted dado no parece feliz, ya que se introduce
de esa manera, un elemento extraño en ella.
Querría
atraer su atención sobre el papel de terceros en toda sociedad. Cuando una
sociedad está únicamente reducida a la relación amigo-enemigo, está en la
guerra civil y hace falta que intervenga un tercero, porque el tercero es el
elemento estabilizador de la sociedad. Siento mucho que nuestros sociólogos, a
excepción del alemán George Simmel, no
hayan analizado nunca el papel fundamental del tercero en una sociedad.
Veamos
este papel del tercero, antes de hablar de Camp David quiero referirme al
análisis de algunos datos reveladores de la Segunda Guerra Mundial.
Hitler
llegó al poder en 1933, en 1936 decidió ocupar la zona desmilitarizada del Ruhr y mandó a sus tropas para que se instalaran en esas regiones. El Presidente
del Consejo Francés, Albert Sayons, declaró: "No dejaré Estrasburgo bajo los cañones alemanes" y estaba
listo para atacar a los alemanes. Hoy sabemos, gracias a los archivos del
Ministerio de Relaciones Exteriores Alemán, que Hitler había dado orden, al
mismo tiempo, de ocupar la zona desmilitarizada y de retirarse si los franceses
hacían algún movimiento en contra de los alemanes. Esta hubiera sido una
derrota muy dura para Hitler. Es en este momento cuando los ingleses van a
jugar el papel de terceros, efectivizando un acuerdo naval con Hitler. Chamberlain
fue el encargado de ir a Bierstadt para terciar en el conflicto.
En
Múnich, en septiembre de 1938, se decidió que en adelante los alemanes no
tendrían derecho a llevar a cabo la conquista de Europa. Seis meses después,
Hitler ocupó Praga y Checoslovaquia y algunas semanas más tarde, Inglaterra
firmó al tratado secreto con Polonia, en abril de 1939.
Como
Inglaterra rechazaba su papel de tercero, el conflicto se redujo sólo a la relación
amigo-enemigo y cuatro meses después estalló la guerra.
Consideremos
ahora esta relación en una sociedad.
Si
Ud. es A como individuo y B como individuo, no hay posibilidad de una relación
de mayoría a minoría, es uno contra uno. Pero si al tercero interviene, se
tiene que A puede ligarse con B para ser una mayoría contra C, que se vuelve
minoría. De esta manera, se hace evidente la relación fundamental de mayoría y
de minoría que no son posibles más que por la presencia de un tercero. En ese
fenómeno que se jugó en Camp David, los americanos llevaron a cabo al papel de
tercero y es por eso, porque el tercero intervino, que la relación
amigo-enemigo se distendió.
7) ¿Cuál es la causa o las causas que
provocan que en las peleas del Tercer Mundo se hable de valores democráticos
pero no se los practique?
Voy
a ser muy directo, no sé lo que es la democracia. Cuando alguien me dice que es
democrático, estoy obligado a hacer la pregunta ¿es democrático a la manera
norteamericana? ¿A la forma parlamentaria europea? ¿A la manera de las democracias
populares del Este de Europa? ¿O como las democracias socialistas del Tercer
Mundo?
No
sé más lo que quiere decir democracia porque esta palabra abarca varios
significados, hasta su contrario con respecto a la democracia clásica. Lo vemos
muy bien en África, donde se dice que hay un régimen democrático pero nadie lo práctica.
Para escapar a esta dificultad propuse en mi trabajo La nueva edad otro término, que es el de "mesocracia" y que viene del griego "meso", no medio sino medida; sería oportuno recordar aquí la
frase de Montesquieu; "el poder debe
detener al poder".
Cuando
un poder se vuelve exclusivo, corre el riesgo de cometer errores. Otro poder
tiene que operar como catalizador por medio de su oposición; eso es la
mesocracia, que reconoce al lado del poder político el poder independiente y
autónomo de la economía, de la prensa, y de otras formas de poder en las
sociedades. Esa es la medida indispensable que conlleva como condición no
renegar de la autoridad y que permite proponer esta mesocracia, para salir de
las antigüedades actuales con respecto a la noción de democracia.
Quisiera
agregar otra frase de Montesquieu; es una frase de una profundidad
extraordinaria: "Hay que transformar
una ley por una ley, transformar las costumbres por costumbres; nunca hay que
tratar de transformar una costumbre por una ley, o la ley por las costumbres".
Es fundamental llegar a esta idea de la sociedad, la mejor, donde las guerras
se hacen en nombre de la perfección, porque no hay una sola idea de la
perfección, sino varias.
Y
es en nombre de las diferentes perfecciones que combatimos y es en nombre de las
diferentes ideas que hacemos la paz, que hacemos la guerra.
Es
cierto que hoy se quiere hacer todo en nombre de la ley con leyes: las leyes
deben actuar sobre elementos esenciales de la vida social, no deben entrar en
el detalle de la vida de las costumbres, porque entonces se enfrentan al
fenómeno de la burocracia que consiste en un sistema que quiere, por la fuerza
de la ley, transformar a menudo arbitrariamente, nuestras formas de vida.
8) Régimen privado con libertad, o
régimen estatista con despotismo. ¿Son definitivas estas nociones o puede
establecerse un punto intermedio?
Nunca
dije que el Estado era despótico; al Estado es un sistema público. Lo que dije
es que cuando el Estado reduce todo a lo público, se vuelve despótico. Por sí
mismo no es necesariamente despótico, es solamente en algunas condiciones,
cuando elimina lo privado, que se vuelve despótico.
9) ¿En qué medida existe la relación
amigo-enemigo, a su criterio, en el concepto de unidad latinoamericana?
Me
gustaría comenzar por el concepto de Europa. Uds. saben que hay un Mercado
Común que intenta sobrepasar lo económico por una integración política para conseguir
una fórmula única de Europa. El mismo problema se plantea en África donde ya existe
la organización unida de África y es posible que en América Latina se trace una
fórmula análoga.
Sin
embargo, quisiera atraer su reflexión sobre un punto; solamente el militar es
federador, no lo económico o lo cultural, y en la medida en que lo militar es
federador aparece la relación amigo-enemigo. Cualquier Estado, hasta el
africano, se formó por la vía de una guerra, es decir, por el militar federador.
Algunos africanos hicieron la objeción; "Pero nos descolonizamos sin guerra". Yo considero que sí, pero
también debo remarcar que sus fronteras son el resultado de las guerras
coloniales y su Estado, fundado por guerras coloniales, [de un Estado que] después
se volvió independiente.
Cuando
se piensa en una integración, como por ejemplo la de Europa, se produce un
fenómeno que de nuevo se interpreta mal. Se dice que las naciones van a
desaparecer. No es cierto, son los estados los que corren el riesgo de
desaparecer. Para comprender bien lo que ocurre en Europa, hay que ligar la
idea de la integración política europea con la explosión, a veces bajo la forma
terrorista, de las etnias como los vascos, los corsos, los flamencos, etc.
Si
hay una unidad política a encarar que no sea militar, no puede ser más que
cultural […], pero nunca se logrará una unidad política en América del Sur. Al
viajar por diferentes países de América Latina, veo que hay tanta diferencia
entre Perú y Argentina como la que hay entre Suecia y Grecia. Quisiera que
mantengan esa diferencia, pero que guarden una unidad cultural, porque esas
diferencias son creadoras y si hacen desaparecer las diferencias, corren el
riesgo de que América Latina caiga en la mediocridad espiritual.
Signos
Universitarios,
Vol. 6, Núm. 12 (1984), Universidad del Salvador.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina pp.
11-19.
Texto corregido. Texto original